¿Cómo desarrollar las habilidades cognitivas en la infancia?

Desde que nacemos, estamos expuestos a estímulos y aprendizajes continuos. La forma de ver el mundo y de adaptarnos a él dependerá en gran parte de cómo desarrollamos nuestra mente. En otras palabras, las habilidades cognitivas son necesarias para resolver tareas y obstáculos diarios satisfactoriamente. La infancia es una etapa esencial en la adquisición y desarrollo de estas competencias. Una buena estimulación cognitiva es la clave. Pero ¿Cómo desarrollar las habilidades cognitivas en la infancia? Te lo explicamos en este artículo.

¿Qué son las habilidades cognitivas?

Se les llama habilidades, capacidades o funciones cognitivas a aquellos procesos mentales gracias a los cuales nos desenvolvemos en el día a día, y a partir de ellas podemos realizar todo tipo de tareas.

Las habilidades cognitivas no son innatas, es decir, hay que aprenderlas. También se pueden practicar, mejorar o contener según la actividad que se esté realizando. Así, este proceso tiene lugar desde que nace el niño y se mantiene durante el resto de su vida.

Tipos de habilidades cognitivas

Percepción

Nos permite, a través de los diferentes sentidos, recibir e interpretar los estímulos del medio que nos rodea, haciéndonos consciente de él. De esta forma, transformamos la información de este mundo físico en información psicológica.

Relacionadas con este ámbito, las gnosias se definen como la capacidad de reconocer la información aprendida con anterioridad gracias a los sentidos.

Atención

Recibimos tanta información continuamente que sería imposible hacerle caso a toda a la vez, además de que requeriría un gasto de energía gigantesco. Frente a varios estímulos (externos o internos, de la misma o diferente clase), la atención nos permite concentrarnos en uno y descartar los demás (discriminación). Así, nos vamos focalizando en los diferentes estímulos conforme vamos procesando otros.

La atención favorece llevar a cabo otros procedimientos como la observación, anticipación, interpretación e inferencia.

Memoria

A través de los distintos tipos de memoria de los que disponemos, podemos recibir, registrar, almacenar y recuperar las experiencias y aprendizajes previos.

Funciones ejecutivas

Facilitan que se lleven a cabo los procesos cognitivos superiores, como la planificación, organización, inhibición de conductas, control de impulsos, la creatividad, etc.

Gracias al razonamiento podemos asociar ideas, conceptos, procesos mentales y deducciones lógicas.

También es importante la resolución de problemas. A partir de nuestras experiencias y aprendizajes, tratamos de responder satisfactoriamente ante conflictos o situaciones de diversa índole.

En cuanto a la conceptualización, podemos identificar y seleccionar un conjunto de objetos para buscar sus características principales. Es así como realizamos clasificaciones y diferenciamos unas clases de otras.

Lenguaje

Tanto verbal como no verbal, es fundamental para la comunicación con otras personas. Nos permite expresar pensamientos, emociones, opiniones, conocimientos, etc., de manera satisfactoria.

Orientación espaciotemporal

Necesitamos saber situarnos en un espacio y tiempo determinados para poder integrarnos en sociedad. No solo reconocer el lugar donde vivimos para movernos libremente por él, sino también a qué familia pertenecemos, cuáles son nuestros amigos… En definitiva, nuestro lugar y momento en el mundo.

Esquema personal

Nos permite conocer tanto nuestro cuerpo como nuestra mente, así como nuestras fortalezas y limitaciones.

Desarrollo habilidades cognitivas en los niños

Desde que nacen, los niños van adquiriendo sus habilidades cognitivas según atraviesan las distintas etapas de desarrollo. Gracias a ellas, van avanzando en su conocimiento sobre los objetos, sus propiedades y cómo pueden interactuar con ellos. Como hemos visto, esto incluye la exploración, manipulación, transformación, así como la agrupación, la seriación (por ejemplo, colocar de mayor a menor), la medición, el conteo, la representación a través de símbolos, la localización, la interpretación de la hora y de los calendarios, la anticipación de sucesos, etc.

Para entender mejor estos conceptos, nos basaremos en la teoría del psicólogo Jean Piaget, quien elaboró una serie de estadios y subestadios que atraviesan los niños en su desarrollo cognitivo.

Período sensoriomotor (0-2 años)

La actividad motriz y la experiencia sensorial son claves para el aprendizaje. La imitación es la estrategia más utilizada. Este período se divide, a su vez, en otros seis:

  • Ejercicio de reflejos (0-1 mes). El bebé se relaciona con el entorno mediante reflejos innatos.
  • Reacción circular primaria (1-4 meses). El bebé realiza acciones simples con su cuerpo que repite por placer.
  • Reacción circular secundaria (4-8 meses). El bebé realiza acciones con objetos porque le gusta el efecto que consigue.
  • Coordinación de esquemas secundarios (8-12 meses). El bebé actúa con intencionalidad. Coordina diversas acciones para lograr cierto objetivo.
  • Reacción circular terciaria (12-18 meses). El niño realiza más acciones con objetos, buscando nuevos resultados.
  • Combinaciones mentales (18-24 meses). El niño es capaz de imaginar lo que sucederá si lleva a cabo un tipo u otro de conducta.
En el período sensoriomotor, los niños interaccionan con objetos buscando nuevos resultados

En el período sensoriomotor, el niño busca nuevos resultados con los objetos

Período preoperacional (2-7 años)

El lenguaje empieza a desarrollarse, así como la utilización de símbolos como medio de comunicación. Se trata de un lenguaje egocéntrico, característica que comparte con el pensamiento. Esto significa que el niño no tiene en cuenta la perspectiva de los demás, tan solo la suya.

Período de operaciones concretas (7-11/12 años)

Los sistemas de símbolos empiezan a emplearse de un modo lógico y orientado a la solución de problemas. Ahora es capaz de relacionar y clasificar a partir de los principios de conservación, reciprocidad, simetría y seriación.

Período de operaciones formales (a partir de 11/12 años)

El cerebro está lo suficientemente desarrollado como para establecer las líneas de pensamientos que conducen a las hipótesis necesarias para la resolución de problemas.

Desarrollo de las habilidades cognitivas: ¿Cómo se adquieren las habilidades cognitivas en la infancia?

Son tres etapas gracias a las cuales se adquieren estas capacidades, se almacenan y se aplican automáticamente cuando es necesario.

  • Reconocimiento. El niño aún no cuenta con la habilidad cognitiva en su repertorio.
  • Desarrollo. Se asimila la capacidad mediante la experiencia y el aprendizaje. Después, la práctica hace que se desarrolle y afiance.
  • Capacidad. La habilidad cognitiva ya se ha interiorizado, así que se puede recurrir a ella de manera inconsciente y espontánea.

¿Qué es la estimulación cognitiva?

Entendemos la estimulación cognitiva como el conjunto de acciones orientadas al mantenimiento y/o la mejora del desempeño cognitivo. Dicho de otra forma: potenciar la capacidad mental.

En el ámbito infantil es crucial, pues cuanto más se estimulen las habilidades cognitivas desde el nacimiento, el desarrollo de estas será mejor. De hecho, una carencia o estimulación deficiente desembocará en un progreso inferior al que corresponde a su edad. Y es precisamente la edad la que hay que tener en cuenta para adaptar la estimulación cognitiva a cada una de las etapas del desarrollo.

Por otro lado, la estimulación cognitiva también es muy importante en aquellos niños que presentan dificultades en el desarrollo de sus facultades.

Los entrenamientos cognitivos se convierten en una gran forma de que el niño adquiera estas competencias, e incluso que pueda destacar en ellas. De este modo, su rendimiento será mayor en las distintas actividades en las que participe. Poco a poco, su cerebro se hará más competente y hábil gracias a la plasticidad neuronal, por la que el cerebro cambia tanto su estructura como su funcionamiento en su adaptación al entorno. Las neuronas establecen nuevas conexiones, las modifican y las eliminan a partir de la experiencia.

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¿Cuáles son los beneficios de la estimulación cognitiva en la vida diaria?

Además de la mejora de las habilidades cognitivas propiamente dichas, la estimulación cognitiva afecta de un modo muy positivo a otros aspectos diarios:

  • Mejora de la autoestima.
  • Mejora de la autonomía personal y social, tanto en la familia como en el colegio.
  • Incremento de las competencias sociales (relaciones interpersonales, respeto de las normas, respeto a los demás, saber escuchar, etc.)
  • Mejora de la comprensión de los términos abstractos.
  • Mejora de la capacidad comunicativa: comprensión y expresión, tanto oral como escrita.
  • Aumento de la motivación sin aburrimiento.
  • Aprendizaje de la abstracción y la simbolización de los conceptos.
  • Generalización de los diferentes aprendizajes a otros contextos.
  • Comprensión de la importancia del aprendizaje para desenvolverse en la vida.
  • Adquisición de competencias escolares y, posteriormente, laborales.

Actividades para el desarrollo de las habilidades cognitivas en la infancia

¿Quién dijo que el aprendizaje debe ser aburrido? El juego, agradable en sí mismo, permite interactuar con el entorno y aprender de él, además de transferir los aprendizajes a la vida real. Por eso os presentamos una pequeña selección de actividades y juegos para la estimulación cognitiva en la infancia. Estos se pueden adaptar a diferentes edades y diferentes niveles de dificultad para que supongan retos sin llegar a generar frustración.

Estimulación de la percepción

Adivinar los objetos por su sonido

Se sacan varios objetos sonoros de una caja. Se van enseñando uno a uno mientras se hace que suenen. Luego, se introducen en la caja de nuevo. Ahora, sin que el niño mire, se van sacando los objetos otra vez. El niño deberá adivinar cuál es el objeto que está sonando.

¿Quién hace el ruido?

Se trata de una actividad para jugar en grupo, ya sea con la familia o con otros niños. Sentado y con los ojos tapados, el niño deberá señalar a uno de los demás participantes. Después, le pedirá que haga el sonido de un animal. Deberá adivinar quién está haciendo el sonido, y para ello puede ayudarse del tacto.

Unir los puntos

El niño traza líneas de unos puntos a otros, cada uno marcado con un número y en orden. El resultado final será el dibujo de una figura. Esta actividad también desarrolla la memoria visual y numérica, así como la coordinación óculo-manual.

Estimulación de la atención

¿Para qué sirve?

Se guardan varios objetos, dibujos o recortes de revista de la misma temática en una caja. El niño los va sacando y debe decir qué es cada cosa y para qué sirve.

Elementos comunes

Se presentan una serie de dibujos de objetos y se le pide al niño que solo seleccione aquellos con características en común. Por ejemplo, «cosas que usamos en la cocina». Entrena la atención selectiva y la memoria semántica.

Encontrar las diferencias

Se le presentan dos imágenes muy parecidas entre sí. El niño deberá marcar las diferencias de formas y colores que encuentre.

Sopa de letras

Se le presenta al niño una serie de dibujos cuyos nombres deberá encontrar y señalar en una sopa de letras. Este juego también trabaja la memoria visual y la asociativa.

Estimulación de la memoria

Recuerdo de objetos

Se colocan en una mesa diez objetos o juguetes. Después de diez segundos, se tapan con una manta. El niño deberá expresar en voz alta todos los que recuerde.

Pintar lugares

Se le pide al niño que dibuje un sitio específico, como su parque favorito o la casa de los abuelos. La calidad del dibujo no importa tanto como los detalles que sea capaz de recordar y plasmar en el papel.

Encontrar la pareja

Se colocan parejas de cartas boca abajo. El niño levanta una carta y, si la siguiente levantada es la pareja de la primera, se quedan boca arriba; si no, ambas cartas vuelven a colocarse boca abajo. El juego termina cuando todas están boca arriba. Esta actividad entrena la memoria episódica y la de trabajo, así como la atención selectiva.

Estimulación de las funciones ejecutivas

Discriminación de figuras

Ya sea por color, tamaño, forma, etc., permite al niño aprender a clasificar a partir de las distintas características de los objetos.

Crear categorías

Es una versión más compleja que la anterior. Se presentan una serie de dibujos y el niño deberá clasificarlos en función de rasgos comunes. Este ejercicio facilita el aprendizaje de nuevos significados y su almacenamiento de forma duradera. Por ejemplo, de un grupo de animales, dividir en mamíferos, aves, reptiles, etc.

Crear una historia

Dentro de una caja se colocan diferentes imágenes sin relación entre sí (objetos, animales, etc.). Se le pide al niño que saque tres o cuatro papelitos y que invente una historia que conecte las imágenes que han salido. También se puede jugar en grupo: cada niño sacará una imagen y, por orden, irán creando la historia entre todos.

Interpretación de pistas

Un juego muy divertido y que suele gustar mucho es el de esconder pistas en casa y que, mediante la interpretación de cada una, se llegue a la siguiente. Un adecuado razonamiento y deducción terminarán conduciendo al niño al premio final.

Estimulación del lenguaje

¿A qué te recuerda?

Se dice una palabra en voz alta y el niño debe responder inmediatamente con otra relacionada que se le venga a la cabeza. Por ejemplo, ante «cielo» el niño podría responder «azul». La evocación de palabras contribuye a la mejora de su vocabulario y al desarrollo de su competencia lingüística.

Nombrar partes del cuerpo

También se le puede pedir que señale, a su vez, la zona en cuestión. Este ejercicio también ayuda a trabajar el esquema corporal.

Crear una frase

Se le da al niño varias palabras y se le pide, con cada una de ellas, que escriba o diga una oración en voz alta.

Crear una frase a partir de una palabra estimula el lenguaje en los niños

Crear una frase a partir de una palabra estimula el lenguaje en los niños

Muchas de estas actividades se pueden realizar a través de cuadernos de estimulación cognitiva, así como en ordenadores, tablets y teléfonos móviles. Aconsejamos crear hábitos de práctica junto al niño para también reforzar los vínculos familiares y su percepción de apoyo.

Los anteriores solo son unos cuantos ejemplos, pero existen multitud de variantes de actividades. ¡También podemos inventar las nuestras! Adaptando los juegos, además, podemos incluso aplicarlos a bebés. Para ello, debemos tener en cuenta los diferentes estadios del desarrollo cognitivo que ya hemos aprendido. La estimulación temprana es la antesala de un buen entrenamiento cognitivo.

Como apunte final, debemos recordar que una de las formas más comunes de aprendizaje es la imitación. Se define como la capacidad para aprender y reproducir comportamientos de un modelo. Por esta razón, resaltamos la importancia de un comportamiento y lenguaje adecuados tanto en casa como en la escuela.