Morderse las uñas: Todo lo que necesitas saber para dejar de hacerlo.

El hábito de morderse las uñas u onicofagia es uno de los problemas nerviosos más comunes. ¿Quieres dejar de morderte las uñas para siempre? En este artículo te revelamos las estrategias que te ayudarán a deshacerte de este molesto hábito de una vez por todas. Si eres madre o padre, te guiará para ayudar a tus hijos a dejar este hábito y te ahorrará muchos esfuerzos innecesarios. ¿Cómo dejar de morderse las uñas?

Mordiendo las uñas
Mordiendo las uñas

¿Cuántas veces has intentado dejar de morderte las uñas?

Seguro que lo has probado todo y hasta tus familiares, allegados y amigos han sufrido con nosotros.

Muchas veces se convierte en un hábito tan automatizado e inconsciente que solo nos damos cuenta cuando nos hemos mutilado el dedo y nos duele. Nos avergonzamos de nuestras manos y tratamos de esconderlas siempre que podemos. Hemos tenido dedos infectados o dedos con los moretones. Nuestros dientes pueden incluso estar torcidos debido a nuestros esfuerzos por torcerlos para mordernos las uñas. Si te sientes identificado con estas anécdotas, no dudes en seguir leyendo.

Si te sientes identificado con estas anécdotas, no dudes en seguir leyendo.

¿Cuál es su causa? ¿Por qué nos mordemos las uñas?

Por lo general, el estrés es la causa principal de este hábito nervioso, que comienza durante la infancia. Es una forma de gestionar la ansiedad ya sea por iniciativa propia o por imitación de un adulto.

Es importante recordar que la ansiedad y el estrés no son negativos en sí mismos. Nos preparan para la acción y movilizan nuestros recursos para hacer frente a las situaciones del día a día. Sin embargo, si la ansiedad es excesiva o se prolonga en el tiempo puede tener consecuencias más graves, tanto psicológicas como fisiológicas. Una vez que se establece el hábito, morderse las uñas puede ocurrir cuando estamos ansiosos o estresados, pero también puede no haber una causa aparente. Puede suceder cuando tenemos las manos libres porque simplemente lo hemos desarrollado como un hábito. 

Morderse las uñas: ¿qué puedo hacer para detenerlo? Puntas

1. Controla el estrés y la ansiedad para dejar de morderte las uñas

Lo primero que hay que hacer es atacar la causa principal: estrés y la ansiedad. Siempre va a depender de lo que está causando esto estrés. Si es algo que nos agobia y no lo podemos gestionar por nosotros mismos, lo mejor que podemos hacer es acudir a la consulta del psicólogo, que puede hacer un abordaje personalizado y completo.

Para problemas menores de estrés, podemos aprender técnicas relajantes como la atención meditación, yoga, música, etc.

2. Hacer consciente el hábito

En la mayoría de los casos, el acto de llevarnos los dedos a la boca es inconsciente, lo hacemos sin darnos cuenta. Para tratar el hábito es fundamental prestar atención para recuperarlo en nuestra conciencia y evitar conductas impulsivas. Los psicólogos usan autoinformes y horarios donde los pacientes tienen que señalar las veces que realizamos una determinada conducta y en qué situación. Este es un horario que muestra la hora, el día y la actividad, así como cuántas veces y cuánto tiempo te has mordido las uñas. Podemos añadir una columna que indique nuestro nivel de ansiedad.

Esta estrategia también es útil para saber en qué situaciones es más probable que nos mordamos las uñas y estar más atentos y evitarlo. También nos ayuda a ver nuestro progreso, ya que lo ideal es mantener el autoinforme hasta que cese por completo el comportamiento no deseado.

Otra herramienta que puede resultar muy útil es describir cuándo recurrimos a mordernos las uñas. Por ejemplo: “Estoy trabajando en mi computadora y pongo mi barbilla en mi mano. Las uñas se acercan a mi boca y empiezo a mordisquearlas”. Otro ejemplo: “Empiezo a frotar el costado de mi dedo con otro, encuentro una irregularidad en mi uña y la froto más. Me llevo la mano a la boca y trato de hacer coincidir el borde de la uña”. Esto ayuda hacer más conscientes los comportamientos que vienen antes de morderse las uñas. Esto nos ayudará a darnos cuenta cuando nuestras manos están cerca de nuestra cara, para detenerlas y alejarlas. 

Últimamente ha habido productos publicitarios que prometen ayudarnos a dejar de mordernos las uñas. Son esmaltes de uñas con un desagradable sabor amargo que supuestamente harán que el hábito desaparezca fácilmente. El hecho es que este tipo de métodos no han demostrado efectividad a largo plazo para estos hábitos nerviosos. Podría funcionar para que el hábito sea más consciente, pero esto funcionará solo por un tiempo, ya que nos acostumbraremos a los sabores.

3. Comportamiento inconsistente con el hábito de morderse las uñas

Una vez que conocemos las situaciones en las que es más probable que nos mordamos las uñas, tenemos que encontrar un comportamiento que podamos hacer fácilmente y sustituir el mordernos las uñas. Por ejemplo, lo más fácil sería apretar el puño o cualquier objeto que tengamos en la mano, durante 5 o 10 segundos, suficientes para que desaparezca el impulso de morderse las uñas. Pero también podemos ponernos guantes, esconder la mano debajo del muslo si estamos sentados, etc.

4. Control de estímulo

A menudo, lo que nos lleva a mordernos las uñas (incluso en personas que no tienen este hábito) es una uña irregular o una cutícula levantada. Por ello es muy importante que llevemos con nosotros en todo momento una lima y/o cortaúñas. Así, cuando detectemos alguna irregularidad podremos eliminarla, evitando mordernos las uñas.

También es útil tomarse un tiempo, preferiblemente una noche, para examinar las uñas y mantenerlas sin irregularidades. Esto evitará más tentaciones de morderse las uñas o llevarse los dedos a la boca. También es importante mantenerlas hidratadas y aplicar esmalte transparente endurecedor para que cojan fuerza y ​​sea más difícil morderlas.

Mordiendo las uñas
Mordiendo las uñas

5. Refuerzos

Podemos involucrar a las personas que nos rodean como activos para ayudarnos a detenernos. No sólo tienen que castigarnos cuando lo hacemos, sino reforzar o felicitarnos cuando no nos hemos metido en mordernos las uñas. También tenemos que felicitarnos a nosotros mismos.

podemos llevar un diario de fotos, en el que tomamos fotos regularmente para ver nuestro progreso y mantenernos motivados. Es importante que sepamos que es muy probable que haya recaídas, como en todos los problemas psicológicos. Después de un tiempo sin mordernos las uñas, es probable que volvamos. Sin embargo, eso no significa que hayamos fallado. Las recaídas son muy comunes, ya que vamos a pasar por momentos más delicados y vulnerables. Trate de vivir estas recaídas como oportunidades de aprendizaje para la próxima vez. Además, contarás con todas estas herramientas, que te ayudarán a que el proceso vuelva a empezar, y nunca será como empezar de cero. Te resultará más fácil dejar de morderte las uñas hasta que el hábito desaparezca.

Este artículo está escrito originalmente en español por Andrea García Cerdán, traducido por Alejandra Salazar.