Terapia de la Gestalt: Qué es y cómo puede ayudarte a mejorar tu vida

¿Alguna vez has oído hablar de la terapia de la Gestalt? ¿Quieres  aprender acerca de una terapia que no se centre en la enfermedad y que potencie tus puntos fuertes?. En este artículo definiré brevemente qué es la terapia de la Gestalt, en qué se basa, daré algunas técnicas que te pueden ayudar a mejorar en tu vida diaria, y también hablaré de cómo llevar a cabo una Terapia de la Gestalt desde una perspectiva de género. 

Terapia de la gestalt, desarrollo personal
Terapia de la gestalt, crecimiento personal

¿En qué consiste la terapia de la Gestalt? ¿Cuál es su origen?

La terapia de la Gestalt es un tipo de terapia psicológica que se encuentra dentro de la Psicología humanista. Esto quiere decir que se concibe al ser humano como un todo. Esto es, una buena salud mental implica pensamientos y cuerpo, pero también emociones y sentimientos. Sobretodo, la terapia de la Gestalt tiene en cuenta el contexto social en el que está inmerso la persona.

¿Qué es la Terapia de la Gestalt?


La terapia de la Gestalt es una terapia que se centra en los puntos fuertes de la persona. Es una terapia que se centra más en lo que sucede y lo que siente la persona en el presente. Esto no quiere decir que no se hable de la historia pasada, pero se hace desde la perspectiva del “aquí y ahora”. Es decir, desde cómo se manifiesta a día de hoy y cómo vive la persona esa historia pasada actualmente.

La terapia de la Gestalt hace hincapié en cómo interpretamos y asumimos las cosas que nos ocurren. Así que es más importante el cómo experimentamos un suceso que el suceso en sí mismo.

Esta terapia es muy útil actualmente teniendo en cuenta el ritmo de vida constante que exige esta sociedad. Muchas veces sentimos ansiedad sobre cosas que aún no han ocurrido y nos anticipamos. Otra veces nos estresamos por cosas que ya han sucedido y que no podemos cambiar. Es muy frecuente que no seamos capaces de disfrutar del presente por estar pensando en lo que hicimos, en lo que deberíamos haber hecho o en lo que tenemos que hacer. Por eso la terapia de la Gestalt es una solución a “no estar presente” o a estar entre el pasado y el futuro.

Esta terapia no se utiliza solo cuando la persona tiene un problema o un trastorno. Se utiliza sobre todo para promover la salud mental y mejorar los aspectos positivos de su personalidad.

¿Cómo surge la terapia de la Gestalt? ¿Cuál es su origen?

La terapia de la Gestalt surge en el siglo XX principalmente con la psicóloga Laura Perls, y su marido, el psiquiatra Fritz Perls. Esta terapia se forma también con la influencia de otros autores y autoras de la rama del Psicoanálisis como Paul Goodman, Karen Horney o Isadore From. Pero también está influenciada por la Psicología de la Gestalt con autores como K.Lewin.

Autores como Paul Goodman y Fritz Perls introdujeron en la terapia de la Gestalt algunas características del pensamiento oriental budista y Taoísta. El “awareness” o “darse cuenta”, que tiene que ver con mantener una atención plena acerca de lo que percibimos a través de nuestros sentidos y cómo nos sentimos en ese momento. En definitiva, prestar atención a lo que está sucediendo en el presente.

De todo este conjunto de influencias y de muchas otras, se crea una Terapia que se basa en un pensamiento holista. Es decir, que tiene en cuenta el cuerpo y la mente de la persona pero también el contexto en el que se encuentra inmersa esa persona.

Según fue avanzando este tipo de terapia, se ramificó en varias vertientes, pero las principales son: una más teórica, originada por Laura Perls, y otra más práctica y orientada al desarrollo personal originada por Fritz Perls.

Algunas técnicas de la terapia de la Gestalt que pueden ayudarte a crecer como persona.

Como ya sabemos, la terapia de la Gestalt es un tipo de terapia que favorece que la persona se centre en el momento presente. Esto facilita que la persona:

  • Esté más atenta a sus necesidades en ese momento
  • Pueda construir la realidad desde su perspectiva
  • Pueda tomar decisiones y autorrealizarse de manera más libre e independiente.

La Terapia de la Gestalt es un tipo de terapia psicológica, tiene que ser llevada a cabo por un profesional. Sin embargo, existen algunas técnicas que es importante conocer y que se pueden emplear para nuestro crecimiento personal:

1. La técnica de la Silla Vacía

La técnica de la Silla Vacía es una de las más conocidas en Terapia de la Gestalt. En terapia psicológica se utiliza para afrontar procesos de duelo o traumas. No obstante, en cuanto al crecimiento personal esta técnica también es muy útil. Por ejemplo para generar un diálogo con nosotr@s mism@s sobre algo que nos causa malestar. Por un lado aparecería escenificado el problema, situación, o pensamiento que nos causa malestar y, por otro, la parte de nosotr@s que quiere enfrentarse a él para mejorar su vida.

Cuando se utiliza esta técnica para procesos de duelo en terapia, consiste en que una persona se sienta ante una silla vacía y le habla como si allí estuviera sentada la persona con la que querrían hablar pero, por ciertas circunstancias, no puede. Se trata de personas que han marcado sus vidas y con las que no han tenido oportunidad de hablar sobre un hecho concreto, ni de cerrar emocionalmente el suceso y poner una conclusión final a la situación.

Cuando la técnica se utiliza a modo de crecimiento personal, el procedimiento es el mismo pero la persona se imagina que está hablando con la manifestación de ese problema que le causa malestar, y a través de ese diálogo busca una solución y cómo hacerle frente para mejorar su situación.

2. Asuntos pendientes

Los asuntos pendientes son sentimientos no gestionados. Es decir, situaciones del pasado que nos siguen afectando en el presente.  Según la perspectiva de la Gestalt, todas las personas tenemos asuntos pendientes con nuestro entorno más cercano: familiares, amistades, parejas, incluso personas que ya no están en nuestra vida. Por eso es importante saber gestionar esas emociones de forma adecuada para que aunque se sigan manifestando en el momento actual, eso no signifique que no nos dejen disfrutar del presente.

Es importante no evadir nuestras emociones y saber cómo lidiar con ellas. Para ello usaremos el “role-playing” . Consiste en hacer “cómo si” nos encontrásemos con la persona a la que necesitamos expresar nuestras emociones, afrontar ese encuentro y despedirnos a para dejar cerrada esa situación. También podemos rememorar a esa persona y decirle lo que necesitamos expresar. Una vez expuestos nuestros sentimientos, dejaremos de pensar en esa persona y daremos por concluida la situación.

3. No susurrar o no murmurar

Al igual que la técnica anterior, la regla de no susurrar favorece la gestión de emociones y sentimientos. Esta técnica consiste en evitar que una persona diga algo en tercera persona de otra persona que está presente y al que se puede dirigir directamente. Muchas personas hablan de otras “murmurando” o “susurrando”. Hablamos en tercera persona cuando no hemos podido manejar las emociones y sentimientos hacia esa persona.

4. Autoafirmarse en vez de preguntarse

Esta técnica de la Gestalt ayuda a la persona a dejar de tener pensamientos repetitivos y rumiativos y a pasar a la acción. Consiste en convertir estas preguntas repetitivas en afirmaciones. Hablamos de preguntas rumiativas sobre aquellas que nos hacemos como consecuencia de una situación o una emoción que percibimos como negativas. Un ejemplo de este tipo de preguntas sería “¿Por qué hoy estoy tan triste?” “¿Está molesta mi mejor amiga conmigo?”. Transformar estas preguntas en afirmaciones puede hacer que la persona deje de pensar y ponga en marcha sus recursos. “Si hoy me siento triste voy a intentar pensar por qué ha sido para poder cambiarlo y sentirme mejor mañana”. “No puedo sacar conclusiones precipitadas sobre lo que le pasa a mi mejor amiga sin hablar con ella, mejor voy a preguntarle”.

5. Atender constantemente a la conciencia

La terapia de la Gestalt se caracteriza por darle importancia al “cómo” interpretamos algo, más que a ese suceso en concreto. Por eso, es importante que el psicólogo analice cómo la persona interpreta una situación. También debe analizar como vive sus problemas y de qué manera los afronta. Esta técnica consiste en que la persona sea consciente de cómo interpreta las situaciones y de qué forma hace frente a sus problemas.

A nivel de crecimiento personal, podemos practicar esta técnica analizando y siendo conscientes de qué sentimientos y emociones experimentamos. También es importante darse cuenta de qué pensamientos preceden a esas emociones. Una vez identificados los pensamientos y emociones, podemos analizar de qué forma gestionamos esas emociones o tratamos de afrontar esos pensamientos. Esto nos va a permitir tratar de cambiar nuestras estrategias de afrontamiento para mejorar nuestra forma de solucionar problemas.

6. Hacerse responsable

Por último, otra técnica muy útil para el crecimiento personal es la de hacerse responsable. Consiste en darnos cuenta de qué cosas de nuestra vida dependen en parte de nuestra conducta, y que podemos controlar. Cuanto más conscientes somos de aspectos de los que somos responsables, y aceptemos esa responsabilidad, más fácil será llevar a cabo una conducta que nos permita cambiar un aspecto concreto.

Esta técnica es muy importante para no “echarle la culpa a otro”. Si bien es cierto que no podemos controlar todos los aspectos de nuestra vida al 100%, porque estamos inmersos en un contexto sociocultural y económico determinado, es cierto que sí podemos controlar ciertas cosas, a pesar de la influencia del entorno. Sentir que tenemos control sobre ciertas cosas y ser conscientes de eso hace que no nos sintamos frustrados y desesperanzados.  Es importante sentir que tenemos cierto control sobre nuestras acciones y sus consecuencias.

En conclusión, las técnicas de la Gestalt se utilizan mucho para mejorar y crecer como personas. Pero muchas de estas técnicas hacen que tengamos que hacer frente a aspectos que nos resultan dolorosos o problemáticos de nuestra personalidad o de algún aspecto de nuestra vida. Por eso, la terapia de la Gestalt y las técnicas que se utilizan son muy útiles para ver nuestros problemas desde una perspectiva general. Es decir, como un “todo», atendiendo a cómo nos ha afectado una situación concreta y cómo vamos a gestionar esas emociones, más que a la situación en sí misma. Es muy importante tener una buena inteligencia emocional para poder aplicar estas técnicas con éxito.

Estas son solo algunas de las técnicas de la Gestalt que se utilizan en terapia y que pueden servirnos para mejorar como personas,  para cuidarnos y tener en cuenta nuestras necesidades. Estas técnicas también nos ayudan a responsabilizarnos de nuestras emociones y a manejarlas. Esto nos ayuda a evolucionar como personas y estar bien con nosotr@s mism@s y con el entorno.

La Terapia de la Gestalt se centra mucho en el momento presente y en la atención plena a lo que estamos viviendo en ese momento. Es muy similar al Mindfulness, que es una terapia psicológica en auge actualmente, y que también se centra en la atención en el momento presente. Sin embargo, mientras que el Mindfulness incide en la atención al presente y en interiorizar los cambios, la Terapia de la Gestalt va más allá de la aceptación del momento presente y el cambio, e incide más en la forma de interpretar el mundo y de relacionarnos con el entorno.

¿Para quién es adecuada esta terapia?

Esta terapia se utiliza con mucho éxito en el ámbito del crecimiento personal y la promoción de la salud mental, más que en el ámbito clínico como tratamiento de ciertos trastornos mentales. Además, está respaldada por mucha documentación científica.

Esta terapia busca que la persona ponga el foco en el presente, sea consciente de sus sentimientos y emociones y pueda establecer una coherencia entre lo que piensa, siente y su forma de actuar. Para el bienestar de una persona, es fundamental que exista coherencia entre estos tres aspectos. 

Por consiguiente, la terapia de la Gestalt está indicada para aquellas personas que quieran conocerse mejor a sí mismas, mejorar como personas y aprender a solucionar sus problemas y gestionar bien sus emociones. Por lo tanto, en principio cualquier persona que esté interesada en hacer esto puede hacer uso de este tipo de terapia. 

En cuanto al objetivo de la terapia, la persona va tomando conciencia de ciertos problemas en su vida o en su forma de comportarse o pensar, relacionarse con los demás, tener ciertos hábitos … y poco a poco a través de la terapia aprende a ir cambiando su conducta o actitud en relación a su problemática. Es fundamental que se responsabilice de sus emociones y sentimientos para que pueda aprender a gestionarlos y para que lo que piensa, cómo se siente y cómo actúa sean congruentes.

En cuanto a la forma de realizar esta terapia orientada al crecimiento personal, puede ser individual pero también puede ser en pareja, en familia, o grupal, teniendo en cuenta que es una terapia que trabaja sobre la persona como un todo y tiene en cuenta sus relaciones interpersonales. 

En conclusión, la Terapia de la Gestalt es muy útil para personas que busquen mejorar la autorrealización y el autoconocimiento. Las técnicas que se utilizan en terapia de la Gestalt no están limitadas a ser utilizadas en consulta psicológica, sino que también se pueden usar para mejorar nuestro estilo de vida y nuestra forma de relacionarnos con los demás en general, sin que exista ningún problema para acudir a una consulta psicológica.

Terapia de la Gestalt con perspectiva de Género.

La Terapia de la Gestalt es una terapia que se utiliza mucho actualmente para personas que quieren crecer personalmente, para el desarrollo personal, la autorrealización y el autoconocimiento. Es imprescindible que los profesionales incluyan la perspectiva de género en su trabajo, pero especialmente hay profesionales que consideran que en el caso de la Terapia de la Gestalt es realmente necesario aplicar esta perspectiva. Algunas autoras que trabajan en esta línea son Aurora Fernandez, Erika Kjellander y Azucena González San Emetério.

¿Qué es la perspectiva de género?

La perspectiva de género se utiliza en una investigación o en el desarrollo de un programa y es lo que permite estudiar la discriminación y desigualdad de las mujeres. Es decir, que a través de la perspectiva de género podemos examinar las relaciones de poder que se dan entre hombres y mujeres, siendo ventajosas para los hombres. Incluir una perspectiva de género significa además, asumir que estas relaciones de poder se han construido socialmente y no tienen una base biológica, y que estas discriminaciones o desigualdades se suman a otras también construidas socialmente como puede ser la etnia, edad, diversidad funcional,orientación sexual, etc.

¿Por qué incluir una perspectiva de género?

Analizar una situación incluyendo una perspectiva de género nos permite entender mejor la desigualdad existente entre hombres y mujeres, las relaciones que se dan entre ambos, además de cuestionar los estereotipos sexistas que existen y la educación en esos estereotipos. En definitiva es esencial incluir esta perspectiva para no tener una visión sesgada del mundo, y porque incluir esta perspectiva nos ayuda a entender cómo se produce la discriminación hacia las mujeres y cómo podemos transformarla.

En concreto, incluir la perspectiva de género en la Terapia de la Gestalt tiene sentido especialmente por varias razones:

Como sabemos, el género es una construcción social que afecta a una persona u otra en función de cuál le asigne la sociedad al nacer y qué estereotipos vayan ligados a ese sexo. Los estereotipos sexistas que se asignan a una persona socialmente pueden influir en la formación de su personalidad, así como en su construcción social del mundo y su gestión emocional.

 La Gestalt, como ya se explicó, es una terapia que tiene mucho que ver con el desarrollo personal, la autorrealización, y el autoconocimiento, pero que también tiene en cuenta a la persona como un “todo”, considerando su entorno. Por eso es tan importante tener presente la perspectiva de género para conocernos mejor y poder crecer personalmente, pero sin olvidarnos del contexto y el entramado social en el que estamos inmers@s.

En conclusión, es imprescindible que un buen profesional que haga uso de esta terapia incluya la perspectiva de género para tratar la problemática de las personas y poder comprenderla.  Las creencias del psicólogo/a pueden desencadenar ciertas actitudes ante las personas que acuden a consulta con un problema, y si el profesional no ha trabajado sobre estas creencias su trabajo será de peor calidad, porque estará basado en prejuicios.

¿Por qué aplicar una perspectiva de género si queremos usar las técnicas de la gestalt para crecer personalmente?

En cuanto al uso de la terapia de la gestalt para el desarrollo o crecimiento a nivel personal, también es muy importante que apliquemos la perspectiva de género. Si queremos conocernos mejor para poder autorregular nuestras emociones, y tener en cuenta nuestras necesidades, tenemos que entrenar mucho el autoconocimiento y la reflexión. Es decir, tenemos que preguntarnos a nosotr@s mism@s sobre algunos temas importantes para la construcción de nuestra identidad.

Por ejemplo, desde la terapia de la gestalt se afirma que es importante conocernos mejor y asumir que somos responsables, en parte, de nuestra felicidad y nuestro bienestar. Si aplicamos una perspectiva de género feminista a esta idea, vemos que muchas veces la educación sexista y los estereotipos sexistas que impone la sociedad presionan a una persona hacia ciertas ideas de qué cosas debería desear acorde a su género, o cómo debería comportarse o vivir. Por lo tanto estas presiones varían en función del género y coartan la libertad de la persona para estar en el mundo, por eso deben tenerse en cuenta y trabajarse.

Un tema principal a tratar para crecer personalmente y que aparece de forma recurrente en la Gestalt es el del autoconcepto. El autoconcepto, “lo que uno cree que es” tiene que ver con su propia autoestima y es la clave para poder crecer y desarrollarse como persona.  Se desarrolla a partir de la conciencia y los sentimientos que una persona tiene hacia sí misma y también de su forma de relacionarse con el mundo y las asignaciones que hace el mundo hacia esa persona.

La identidad personal tiene que ver con lo que una persona piensa sobre sí misma. La identidad social tiene que ver con las asignaciones que hace la sociedad hacia una persona. Muchos problemas a nivel de crecimiento personal vienen dados porque ambas no coinciden. Las asignaciones sociales vienen dadas por prejuicios sociales, y en parte están muy influidas por los mandatos de género. Por este motivo es tan importante aplicar una perspectiva de género y poder trabajar sobre esos prejuicios sexistas. Ligado al autoconcepto y a la identidad se encuentran aspectos tan importantes como la identidad de género. Esta es otra de las razones por las que es imprescindible analizar el mundo desde una mirada feminista para salir de los binarismos que impone la sociedad y que limitan nuestro crecimiento personal.

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