Estados de conciencia: Qué es la conciencia, sus niveles y contenido

Seguro que has oído hablar de la conciencia o de los estados de conciencia: son conceptos misteriosos y complicados para las personas ajenas a las ciencias cognitivas. En este artículo te resumimos las ideas más importantes: cómo se miden los estados de conciencia, niveles, contenidos, estados alterados de conciencia, etc… de forma sencilla. 

¿Qué es la conciencia y estados de conciencia (EC)?

El estado de consciencia, o conciencia se puede definir como el estado en el que se encuentran activas nuestras fuciones neurocognitivas superiores (atención, percepción, lenguaje, funciones ejecutivas, memoria y coordinación). Este estado se da cuando el sujeto tiene conocimiento de si mi mismo y del entorno que le rodea.

Tener conciencia significa tener una experiencia -la experiencia subjetiva, el fenómeno de ver una imagen, oír un sonido, tener un pensamiento o sentir una emoción-. Tenemos conciencia incluso cuando «soñamos despiertos» o cuando soñamos dormidos, ya que tenemos experiencia.

La conciencia solamente se desvanece en el sueño profundo, en estados de anestesia general, o en otros estados que veremos más tarde; estados en los que no experimentamos nadaSe sabe que para tener conciencia es necesario el correcto funcionamiento de unas estructuras cerebrales determinadas.

Aunque las experiencias son privadas, podemos deducir que las personas tienen un estado conciencia si están en estado de vigilia y actúan con intencionalidad.

El nivel o estado de conciencia se suele evaluar puntuando las funciones visuales, auditivas, verbales y motrices utilizando escalas estandarizadas. También se evalúa el estado de conciencia pidiendo a los participantes que realicen conductas en respuesta a preguntas sencillasPresione este botón o mire hacia arriba si ve una cara en esta foto«). No obstante, puede existir conciencia en ausencia de respuestas conductuales. Por ejemplo, en el estado de mínima conciencia los pacientes están alerta y conscientes, aunque no ofrecen ninguna respuesta aparente. 

El estado de conciencia es un concepto que tiene dos grandes componentes:

  • El nivel de alerta (el nivel, o estado de conciencia)
  • La consciencia del entorno y de uno mismo (contenido de la conciencia).

Se necesita estar en estado de vigilia para tener conciencia (con la excepción del estado REM).

entrenamiento cerebral

Contenido de la conciencia

En el primer nivel o estado de conciencia se establece una diferencia entre focalizar la atención hacia fuera, hacia el ambiente; y focalizarla hacia dentro, hacia uno mismo (autoconciencia). 

Se asume que para dirigir la atención hacia dentro o hacia fuera, un organismo debe estar alerta. Si un organismo no está alerta, está inconsciente, y no hay procesamiento de la información. Los estados donde no hay conciencia son el coma y el sueño profundo.

1- Nivel de alerta:

En el primer nivel o estado de conciencia, cuando alguien está alerta pero no consciente, un organismo experimentará percepciones, sensaciones, pensamientos, etc., pero no será consciente de esta experiencia. El organismo estará totalmente inmerso en la experiencia y será un actor irreflexivo de su ambiente. La mayoría de los animales se encuentran en este nivel de conciencia. Este nivel enfatiza el procesamiento de la estimulación externa, sin incluir a la propia persona como objeto de conocimiento, la cual es necesaria para movernos e interactuar en el ambiente.

En el primer nivel de alerta están los pacientes vegetativos. Los pacientes están despiertos, despiertan del coma, pero no muestran interacción «voluntaria» con el ambiente. Estos pacientes tienen sus ojos completamente abiertos pero, por definición, no son conscientes de sí mismos ni de su alrededor. Suelen hacer muecas, llorar o sonreir, aunque nunca en contingencia a estimulación externa; mueven los ojos, cabeza y extremidades de forma automática y sin sentido. El estado vegetativo es frecuentemente, pero no siempre, crónico. Si se proporciona cuidado médico (hidratación y nutrición artificial) los pacientes pueden sobrevivir durante años.El siguiente nivel se refiere a la «perspectiva en primera persona» o»perpectiva subjetiva; e implica la conciencia corporal, la cual permite la navegación espacial.

2- Nivel de «autoconciencia»:

El siguiente nivel o estado de conciencia, la «autoconciencia» se refiere a la capacidad de ser el objeto de nuestra propia atención. Ocurre cuando atendemos nuestro mundo interno y nos convertimos en observadores reflexivos de nosotros mismos. El organismo es entonces consciente de que está alerta y experimentando eventos mentales específicos, emitiendo conductas, etc. Una criatura con un lenguaje competente podría verbalizar cosas como «me siento cansado».

3- Nivel de «meta-autoconciencia»:

Un último nivel de conciencia es la «meta-autoconciencia» -ser consciente de que uno es autoconsciente-. Representa una extensión lógica del nivel previo. Mientras que un sujeto con autoconciencia diría «tengo hambre», un sujeto con meta-autoconciencia diría «soy consciente de que tengo hambre».

Estados de conciencia ¿Cómo se sabe que los pacientes son completamente inconscientes?

Algunos autores proponen que una mueca o la respuesta al dolor demuestran destellos de algún estado de consciencia. Se sabe que cuando el diagnóstico se realiza con insuficiente cuidado, hasta uno de cada tres pacientes vegetativos son en realidad conscientes – aunque sea en estado de «mínima conciencia». El error diagnóstico puede explicarse en parte por las dificultades en detectar signos de conciencia en pacientes con niveles cambiantes de actividad, atención y percepción.

Los últimos estudios de Neuroimagen Funcional están midiendo la actividad neural en reposo y durante estimulación externa (por ejemplo, ante estímulos dolorosos) en estos pacientes, mostrando valores más bajos. Otros estudios, utilizando drogas anestéticas, han mostrado una reducción de la actividad cerebral a la mitad de valores normales. Por otra parte, se observan reducciones similares en la actividad metabólica en el sueño profundo, aunque en el estado de sueño REM el metabolismo cerebral vuelve a los valores normales de la vigilia. En el estado vegetativo, el estado de «vigilia sin conciencia», la actividad también baja a aproximadamente el 50% de los valores normales.

Sin embargo, en algunos pacientes que se recuperan estos niveles no muestran cambios sustanciales. Asimismo, voluntarios sanos muestran valores comparables a personas en estado vegetativo. Por el contrario, pacientes vegetativos muestran valores cercanos a los normales.

Por lo tanto, la relación entre niveles globales de función cerebral y presencia o ausencia de conciencia no es absoluta. Parece que ciertas áreas del cerebro son más importantes que otras para su emergencia. 

Diversos estudios de neuroimagen han intentado identificar las regiones que muestran disfunción en sujetos en estado vegetativo en comparación con sujetos sanos conscientes. Estos estudios han identificado disfunción no en una región, sino en una amplia red fronto-parietal, conocida por estar activa «por defecto», en sujetos cuando descansan.

¿Sienten o padecen algo los pacientes en estado de conciencia vegetativo?

Una cuestión importante, por sus implicaciones sanitarias, es si los pacientes en estado vegetativo poseen percepción residual de dolor. Estudios que utilizan estimulación eléctrica de alta intensidad, experimentada como dolorosa en pacientes sanos, muestran activación en zonas de bajo nivel (tallo cerebral, el tálamo y corteza somatosensorial primaria) en pacientes vegetativos. Curiosamente, no se activaron áreas de alto nivel en la percepción del dolor (cortezas somatosensioral secundaria, insular, parietal posterior y cingulado anterior). De forma similar, la estimulación auditiva activa áreas auditivas pero no áreas de alto nivel en pacientes vegetativos.

En resumen, los pacientes vegetativos aún muestran activación cerebral, pero parece estar limitada a áreas de bajo nivel (subcorticales y corticales), y parecen mostra una desconexión de la red fronto-parietal relacionada con la conciencia.

Es un gran reto distinguir conductualmente pacientes en estado vegetativo con pacientes en estado de mínima conciencia porque ambos son, por definición, no-comunicativos. La Neuroimagen Funcional puede ser de gran valor para diferenciar objetivamente los patrones de activación ante estimulación externa. Recientemente, Schiff y cols. uitilizaron fMRI para estudiar pacientes en estado de mínima conciencia y sus resultados revelaron activación en áreas de lenguaje en respuesta a estimulación auditiva de narrativas personales, cosa que no ocurre en pacientes en estado vegetativo. En conclusión, la utilización de técnicas de Neuroimagen Funcional puede mejorar nuestra caracterización de pacientes supervivientes de daño cerebral grave, no sólo en el aspecto diagnóstico, sino también para diferenciarlos en términos de tratamiento, predecir su evolución, y mejorar las decisiones en las últimas fases de la vida.

Otros estados de conciencia disociados

El estado vegetativo no es el único que muestra disociación entre nivel de alerta y nivel de conciencia. En otros estados, los pacientes están alerta, pero muestran una conducta automática y sin finalidad:

  • Epilepsia y estado de consciencia: Las ausencias de conciencia se presentan como episodios cortos (entre 5-10 segs.), en las que muestran mirada fija y falta de respuesta, frecuentemente acompañadas por pestañeo. Los estudios de Resonancia Magnética Funcional han mostrado desactivación masiva en las zonas relacionadas con la conciencia. La epilepsia del lóbulo temporal también puede alterar la conciencia. La falta de respuesta suele durar varios minutos y los pacientes pueden mostrar atuomatismos manuales y orales. 
  • Sonambulismo y estado de consciencia: Se trata de una condición anormal que ocurre durante el sueño profundo. Es otro ejemplo de falta de respuesta transitoria, con nivel de alerta parcialmente preservada y conducta semi-intencionada, como el andar.

Referencias

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Posner, J. B., Saper, C. B., Schiff, N. D. & Plum, F. Plum and Posner’s Diagnosis of Stupor and Coma (Oxford University Press, 2007).

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