¿Qué son las emociones?, ¿Es malo sentir ansiedad, miedo, ira…?, ¿Podemos controlarlas?
La mayoría de nosotros ha oído hablar de las emociones y ha leído sobre ellas, pero, ¿qué son exactamente las emociones? Las emociones son una respuesta que aparece en las personas ante situaciones que consideramos importante. ¿Podemos controlar nuestras emociones negativas? ¿para qué sirven? ¿Son perjudiciales? ¿Cómo podemos regularlas? Descúbrelo en este post:
Supongamos que de repente nos llama nuestro jefe para decirnos que mañana tenemos que exponer ante 400 personas un tema relacionado con el trabajo. Ante esta situación aparecerá una emoción llamada ansiedad que nos está indicando la existencia de una situación amenazante.
Qué son las emociones
¿Cómo se manifiestan las emociones en nosotros?
Siguiendo con el ejemplo anterior, la emoción de ansiedad se va a manifestar en nosotros de tres maneras. En primer lugar tendrá lugar la activación de nuestro cuerpo, de tal modo que es posible que sintamos un aumento de la tasa cardíaca, junto a un aumento de la frecuencia respiratoria, sudoración, tensión muscular…etc; por otro lado, aparecerán pensamientos negativos relacionados con lo que va a ocurrir en un futuro: “me voy a quedar en blanco”, “me voy a poner rojo y se van a reír de mi”….y por último, a nivel conductual, es posible que llevemos a cabo conductas estereotipadas (movimientos repetitivos con alguna parte de nuestro cuerpo u objeto) o nos pongamos a hacer cosas de forma compulsiva.
¿Son malas las emociones negativas?
La mayoría de nosotros considera que emociones negativas tales como, ansiedad, miedo, ira, tristeza…etc. son malas, pero ¿es realmente cierto?, ¿son malas las emociones negativas? La respuesta es no. Las emociones, tanto negativas como positivas, son adaptativas ya que nos ayudan a responder de la manera más adecuada ante las situaciones que se nos plantean en la vida. Imaginad que estamos en medio del bosque y de repente aparece un tigre, ante esta situación la mayoría de nosotros sentirá la emoción de ansiedad o miedo, y en nuestro organismo tendrán lugar unos cambios (aumento de la tasa cardíaca, aumento de la frecuencia respiratoria, tensión muscular) que nos preparan para la huida, siendo esta la respuesta más adecuada para nuestra supervivencia.
¿Qué ocurre con el resto de emociones negativas? ¿Para qué sirven?
La ira es otra emoción negativa que aparece cuando consideramos que terceras personas están impidiendo que consigamos nuestros objetivos, en este caso dicha emoción nos impulsa para llevar a cabo acciones de ataque o defensa que nos permitan eliminar esos obstáculos que nos alejan de nuestras metas.
El asco es una emoción que aparece ante estímulos potencialmente peligrosos y desagradables y nos impulsa al rechazo de los mismos con el objetivo de preservar nuestra vida.
La tristeza aparece ante situaciones de pérdida y se acompaña de una expresión facial característica, la cual nos permite reclamar ayuda, aumentar la cohesión con otras personas, apaciguar posibles reacciones de agresión y por otro lado nos sitúa en una situación idónea para la reflexión.
¿Las emociones negativas pueden resultar perjudiciales?
Todas estas emociones son consideradas buenas y adaptativas, sin embargo puede tener lugar un desajuste en cuanto a la frecuencia, la duración o la intensidad de las mismas. En ese caso estaríamos hablando de emociones perjudiciales. Volviendo al ejemplo del trabajo, supongamos que tenemos que preparar la exposición para las 400 personas, ante esta situación unos niveles medios de ansiedad serían los óptimos para que podamos rendir en la preparación y exposición de trabajo, sin embargo unos niveles extremos de dicha emoción posiblemente nos imposibilitasen la preparación y la exposición del trabajo.
¿Qué podemos hacer para regular nuestras emociones?
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1- Es importante que identifiquemos le emoción que estamos sintiendo, el significado de la misma y su función, tanto en nosotros como en los demás.
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2- Para regular nuestras emociones es importante que nos centremos en cuidar aspectos relacionados con la alimentación, el sueño, el ejercicio físico, las amistades y el apoyo social.
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3- Es importante que aceptemos las emociones, y nos demos cuenta de que nosotros no somos la emoción que sentimos, por tanto no tenemos por qué actuar según dicha emoción. Aceptar la emoción implica que disminuya el miedo a experimentar emociones dolorosas.
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4- Manejar emociones negativas, actuando de manera opuesta a la emoción que estamos sintiendo. Así, por ejemplo, ante la vergüenza, la ansiedad o el miedo actuaríamos con acercamiento, ante la tristeza con la activación, y ante la ira con la evitación.
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5- Es importante que construyamos una lista de objetivos vitales y de los pasos a seguir para conseguir dichos objetivos y que las emociones negativas experimentadas no sean un impedimento para llevar a cabo las acciones que nos acercan a nuestras metas.