Un nuevo estudio revela cómo las enfermedades cardiacas pueden provocar pérdida de memoria y demencia

Recientes investigaciones ponen de manifiesto una preocupante relación entre las enfermedades cardiacas y el deterioro cognitivo, revelando cómo afecciones como la insuficiencia cardiaca, la fibrilación auricular y la arteriopatía coronaria pueden provocar pérdida de memoria y demencia. Centrándose en el bienestar cardiovascular, las personas pueden mejorar su salud física al tiempo que salvaguardan su función cognitiva. Los resultados subrayan el papel fundamental de la salud cardiaca para preservar la función cerebral a medida que envejecemos. La aplicación de estrategias eficaces para la salud cardiaca puede aportar importantes beneficios para la preservación cognitiva.

heart diseases significantly contribute to cognitive decline
Las enfermedades cardíacas contribuyen significativamente al deterioro cognitivo. Imagen de Freepik.

Un nuevo informe de la American Heart Association muestra que problemas cardiacos comunes como la insuficiencia cardiaca, la fibrilación auricular y las cardiopatías coronarias están relacionados con el deterioro cognitivo, incluidas la pérdida de memoria y la demencia. El estudio, publicado en la revista Medical Xpress, destaca que mantener un corazón sano es crucial para preservar la capacidad cerebral, especialmente a medida que envejecemos. Esta investigación subraya que proteger el corazón también puede ayudar a proteger el cerebro.

El estudio: Explorando la conexión entre corazón y cerebro

El estudio, titulado « Cardiac Contributions to Brain Health» (Contribuciones cardiacas a la salud cerebral), fue elaborado por un equipo de expertos en salud cardiaca y cerebral. Analizaron una serie de investigaciones existentes para comprender cómo afectan las afecciones cardiacas al cerebro a lo largo del tiempo. Los problemas cardiacos no sólo afectan al flujo sanguíneo y a la salud física, sino que también pueden provocar problemas de pensamiento, memoria y toma de decisiones.

Los investigadores se centraron en tres enfermedades cardiovasculares principales: insuficiencia cardiaca, fibrilación auricular y cardiopatía coronaria. Examinaron los efectos de cada una de ellas en la salud cognitiva. Muestran cómo los problemas del corazón pueden perjudicar al cerebro.

Cómo afectan las afecciones cardiacas a las funciones cognitivas

El estudio señala que el cerebro y el corazón están estrechamente relacionados. Cuando el corazón no bombea suficiente sangre o late de forma irregular, el cerebro no recibe el oxígeno que necesita para funcionar correctamente. Con el tiempo, esto puede causar daños cerebrales y provocar problemas como pérdida de memoria, confusión e incluso demencia.

El Dr. Fernando D. Testai, catedrático de neurología y rehabilitación y director de la beca de neurología vascular de la Facultad de Medicina de la Universidad de Illinois y director médico de ictus del Hospital de la Universidad de Illinois en Chicago, destacó la importancia de esta conexión. «Cuidando la salud de nuestro corazón desde el principio, también podemos proteger nuestro cerebro de un deterioro cognitivo significativo más adelante en la vida», explicó.

Lo que ya sabíamos: la conexión con el ictus

Aunque la relación entre el ictus y la salud cerebral es bien conocida desde hace décadas, este estudio amplía la comprensión de cómo otros problemas cardiacos, además del ictus, pueden afectar a la cognición. Los ictus se producen cuando se interrumpe el flujo sanguíneo al cerebro, lo que provoca la muerte de las células cerebrales. Esto suele provocar graves problemas de memoria y capacidad física.

Los médicos saben desde hace tiempo que prevenir los accidentes cerebrovasculares es esencial para mantener la salud cognitiva. Sin embargo, la insuficiencia cardiaca y la fibrilación auricular han recibido menos atención en cuanto a su impacto en el cerebro. Esta nueva investigación pone de relieve que estas afecciones también desempeñan un papel importante como causantes de daños cerebrales, incluso sin que se produzca un ictus.

Cinco conclusiones clave del estudio

El estudio presenta varias conclusiones clave que ayudan a explicar cómo las enfermedades cardiacas pueden provocar deterioro cognitivo. He aquí las cinco principales:

  1. La insuficiencia cardíaca puede provocar deterioro cognitivo: Casi el 50% de las personas con insuficiencia cardíaca experimentan problemas cognitivos, como dificultades de memoria, atención y resolución de problemas. Cuando el corazón no puede bombear suficiente sangre, el cerebro no recibe el oxígeno y los nutrientes que necesita. Con el tiempo, esta falta de flujo sanguíneo puede provocar daños cerebrales que afectan al pensamiento y la memoria.
  2. La fibrilación auricular aumenta el riesgo de demencia: La fibrilación auricular (FA), el tipo más común de latido irregular, aumenta el riesgo de deterioro cognitivo en un 39%. Este trastorno hace que el corazón lata de forma irregular, reduciendo el flujo sanguíneo al cerebro. Este menor flujo sanguíneo, combinado con un mayor riesgo de pequeñas hemorragias cerebrales (llamadas microhemorragias), aumenta el riesgo de problemas cognitivos. Incluso en personas sin antecedentes de ictus, la fibrilación auricular puede provocar graves problemas de memoria y pensamiento.
  3. La cardiopatía coronaria aumenta el riesgo de demencia: Las personas con enfermedad coronaria, en la que se obstruyen los vasos sanguíneos del corazón, tienen un 27% más de probabilidades de desarrollar demencia que las que no la padecen. Hasta la mitad de las personas que han sufrido un infarto experimentan algún nivel de deterioro cognitivo después. Esto se debe en parte a que un infarto puede reducir el flujo sanguíneo al cerebro y también está relacionado con la inflamación de los vasos sanguíneos, que puede dañar el cerebro con el tiempo.
  4. La inflamación desempeña un papel clave en el deterioro cognitivo: La inflamación puede dañar los vasos sanguíneos del cerebro y alterar la barrera hematoencefálica, permitiendo la entrada de sustancias nocivas. Esto puede causar daños cerebrales a largo plazo, contribuyendo a problemas de memoria y pensamiento.
  5. Vínculos genéticos entre cardiopatías y Alzheimer: Ciertos factores genéticos que aumentan el riesgo de padecer cardiopatías también pueden incrementar el riesgo de sufrir enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. Esta conexión podría explicar por qué los problemas cardiacos conducen a menudo al deterioro cognitivo y sugiere que el control de la salud cardiaca también podría ayudar a reducir el riesgo de demencia.

The Benefits of Preventing Heart Disease for Brain Health

Uno de los principales mensajes de este estudio es la importancia de controlar la salud cardiaca para prevenir el deterioro cognitivo. Las cardiopatías son uno de los problemas de salud más comunes en el mundo, y sus efectos van más allá del corazón. El cerebro se ve afectado de forma significativa por la salud cardiovascular y, si se controla la enfermedad cardiaca, las personas pueden reducir sus probabilidades de desarrollar problemas cognitivos, incluida la demencia.

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Los investigadores animan a las personas a centrarse en mantener una buena salud cardiaca mediante cambios en el estilo de vida y tratamientos médicos. Controlar factores de riesgo como la hipertensión, el colesterol alto y la diabetes de tipo 2 puede tener un gran impacto tanto en la salud cardiaca como en la cerebral. El ejercicio frecuente, una dieta equilibrada y evitar fumar también son importantes para reducir el riesgo de cardiopatías y, por extensión, preservar la función cognitiva.

La American Heart Association recomienda seguir sus pautas Life’s Essential 8, que se centran en medidas clave para mejorar y mantener la salud cardiovascular, lo que a su vez ayuda a reducir el riesgo de cardiopatías, ictus y otros problemas de salud importantes. He aquí un breve resumen de estos ocho componentes esenciales:

  • Controla la tensión arterial: Se recomienda controlar periódicamente la tensión arterial y mantener los niveles por debajo de 120/80 mm Hg para una salud cardiaca óptima.
  • Come mejor: Fomenta una dieta rica en alimentos integrales, frutas, verduras, proteínas magras y grasas saludables, reduciendo al mínimo los alimentos procesados y los azúcares añadidos.
  • Sé más activo: Se anima a los adultos a realizar al menos 150 minutos de actividad física moderada o 75 minutos de actividad física intensa cada semana, mientras que los niños deben procurar realizar actividad física diaria.
  • Deja de fumar: resalta los peligros del tabaquismo y el consumo de tabaco, que son las principales causas evitables de muerte, y aboga por el abandono de todas las formas de tabaco.
  • Duerme bien: un sueño sano: Insiste en la importancia de dormir lo suficiente, recomendando de 7 a 9 horas para los adultos y más para los niños, ya que un sueño de calidad es crucial para la salud en general.
  • Controla tu peso: Se centra en conseguir y mantener un peso saludable mediante una nutrición equilibrada y actividad física, ya que el control del peso es vital para la salud del corazón.
  • Controla el colesterol: Se aconseja controlar los niveles de colesterol, en particular el colesterol no HDL, para mitigar el riesgo de cardiopatías.
  • Controla el azúcar en sangre: Subraya la importancia de mantener bajo control los niveles de azúcar en sangre para prevenir complicaciones relacionadas con la diabetes.

El Dr. Testai subraya que prevenir las cardiopatías es una de las mejores formas de proteger el cerebro. «Aunque se están desarrollando medicamentos para tratar la enfermedad de Alzheimer, la prevención es clave. Controlando precozmente los factores de riesgo cardiovascular, podemos preservar la función cognitiva y reducir la carga de demencia en la sociedad.»

Investigación futura e implicaciones

Aunque este estudio permite comprender mejor la relación entre las cardiopatías y el deterioro cognitivo, los investigadores reconocen que es necesario seguir investigando. Piden que se lleven a cabo más estudios para explorar cómo factores como el sexo, la raza y la etnia pueden influir en la relación entre la salud cardiaca y la cerebral.

También se necesita más investigación sobre la eficacia de tratamientos cardíacos específicos para prevenir el deterioro cognitivo. Por ejemplo, se están estudiando tratamientos para la fibrilación auricular, como la ablación con catéter (un procedimiento que corrige los latidos irregulares), por su potencial para reducir el riesgo de demencia. Entender cómo estos tratamientos pueden ayudar a proteger la salud cerebral será importante para desarrollar terapias específicas en el futuro.

Conclusión: La salud del corazón es clave para proteger el cerebro

Este nuevo estudio aporta pruebas contundentes de que mantener una buena salud cardiaca es crucial para preservar la función cognitiva y prevenir la demencia. Las enfermedades cardiovasculares como la insuficiencia cardiaca, la fibrilación auricular y la cardiopatía coronaria no solo afectan al corazón; también tienen un gran impacto en la salud cerebral.

Si se controla la salud del corazón mediante cambios en el estilo de vida, medicación y revisiones periódicas, se puede reducir el riesgo de deterioro cognitivo en etapas posteriores de la vida. El mensaje es claro: proteger el corazón es una de las mejores maneras de proteger el cerebro.