Un estudio revela que algunas capas cerebrales del tacto pueden fortalecerse con la edad
Nuevas investigaciones muestran que algunas capas del centro táctil del cerebro humano en realidad se vuelven más gruesas con la edad, en lugar de adelgazarse. Utilizando resonancias magnéticas detalladas, los científicos descubrieron que, aunque ciertas capas de la superficie cerebral se reducen a medida que las personas envejecen, otras permanecen estables o incluso aumentan su grosor. Estos hallazgos revelan que el cerebro humano mantiene su adaptabilidad mucho más tiempo de lo que se pensaba, especialmente en lo relacionado con el procesamiento del tacto.

Nota: Este artículo tiene fines informativos y educativos. Resume una investigación científica en un lenguaje accesible para un público amplio y no es un comunicado de prensa científico oficial.
El cerebro humano cambia con el tiempo, pero nuevos hallazgos sugieren que no todas las partes siguen el mismo camino. Científicos del Centro Alemán de Enfermedades Neurodegenerativas (DZNE), la Universidad Otto von Guericke de Magdeburgo y sus socios internacionales han descubierto que la región del cerebro encargada del procesamiento del tacto se mantiene sorprendentemente resistente a medida que envejecemos. Según su estudio, publicado en Nature Neuroscience el 11 de agosto de 2025, algunas capas de la corteza cerebral incluso se vuelven más gruesas en los adultos mayores. La investigación contó con la participación de casi 60 voluntarios sanos de entre 21 y 80 años, además de estudios de laboratorio en ratones.
Lo que investigaron los científicos
El equipo de investigación se propuso explorar cómo cambian con la edad las diferentes capas de la corteza somatosensorial primaria, la parte del cerebro responsable del sentido del tacto. Su objetivo era averiguar si todas las capas se adelgazan por igual o si algunas podrían mostrar una mayor resistencia o incluso crecimiento. Para responder a esta pregunta, los científicos examinaron a personas sanas de diferentes edades y también realizaron experimentos detallados en ratones. Según los autores, su objetivo era describir exactamente cómo el envejecimiento afecta a cada capa de esta región del cerebro, tanto en su estructura como en su función.
Como destaca Science Daily, la corteza somatosensorial primaria tiene solo unos milímetros de grosor y está organizada en numerosos pliegues. Se encuentra a lo largo de una franja de aproximadamente un dedo de ancho en la parte superior de la cabeza y es crucial para procesar las señales táctiles necesarias para acciones cotidianas como coger las llaves o abrir una puerta. Esta parte del cerebro está directamente involucrada en cómo percibimos nuestro propio cuerpo e interactuamos con nuestro entorno.
Cómo se llevó a cabo el estudio
Alrededor de 60 adultos sanos (hombres y mujeres) de entre 21 y 80 años participaron en la parte humana del estudio. Se sometieron a resonancias magnéticas cerebrales de ultra alta resolución con un escáner de 7 teslas, centradas en la corteza somatosensorial primaria. Estas imágenes permitieron a los investigadores examinar el cerebro en “capas”, como si se observaran los distintos niveles de un pastel. Los voluntarios también realizaron pruebas sencillas de tacto y movimiento de la mano, como distinguir texturas y mover clavijas.
Según Science Daily, los investigadores utilizaron escáneres de resonancia magnética avanzados capaces de captar estructuras cerebrales tan pequeñas como un grano de arena, lo que les permitió diferenciar capas extremadamente delgadas dentro de la corteza, cada una con su propia arquitectura y función.
Para comparar resultados e investigar detalles biológicos, los investigadores estudiaron ratones de diferentes edades. Mediante técnicas especiales de imagen y análisis tisular, midieron el grosor de las capas cerebrales, el contenido de mielina (que ayuda a la transmisión de señales nerviosas) y el número de ciertos tipos de células cerebrales.
Qué hace novedoso a este estudio
Como señalan los autores, investigaciones anteriores generalmente describían el adelgazamiento relacionado con la edad en la capa externa del cerebro como una pérdida general en todas las capas. Sin embargo, este estudio logró diferenciar capas individuales y demostró que el envejecimiento no las afecta a todas de la misma manera. Tanto la capa media (que actúa como puerta de entrada para las señales sensoriales) como las capas superiores resultaron ser especialmente resistentes, e incluso pueden engrosarse en personas mayores.
El estudio es uno de los primeros en mostrar que, además de la capa media de entrada, las capas superiores también son notablemente resistentes al envejecimiento, lo que podría ayudar a preservar la función. Las diferentes capas se identificaron según su contenido de mielina, un factor esencial para la transmisión de las señales nerviosas.
Principales hallazgos del estudio
Según el estudio, los investigadores encontraron lo siguiente:
- El grosor total de la corteza somatosensorial primaria disminuye con la edad, principalmente debido al adelgazamiento de las capas profundas (capas V y VI).
- La capa media (capa IV), que recibe la mayor parte de la información sensorial, en realidad se vuelve más gruesa y muestra niveles más altos de mielina en las personas mayores en comparación con las más jóvenes.
- Los límites principales entre las representaciones de los dedos en el centro táctil del cerebro permanecen claros tanto en adultos jóvenes como mayores. Es decir, incluso en la vejez, el cerebro sigue distinguiendo claramente las sensaciones que provienen de cada dedo.
- Las capas superiores participan especialmente en la interacción entre dedos vecinos, lo que resulta importante para la coordinación de movimientos.
- Los resultados en ratones reflejaron los de los humanos: los ratones mayores también mostraron un aumento en el grosor y la mielinización de las capas sensoriales de entrada, junto con cambios en la actividad de las células cerebrales.
- Solo las capas profundas mostraron un adelgazamiento significativo relacionado con la edad, y estas capas están implicadas en la modulación de señales sensoriales según la atención o el contexto.
- El aumento del grosor y de la mielinización en la capa de entrada (capa IV) podría ayudar a mantener las capacidades sensoriales a medida que otras partes de la corteza se vuelven más delgadas.
- El estudio no encontró pruebas sólidas que relacionen los cambios en el grosor o la mielina de capas específicas con el deterioro de las habilidades táctiles o manuales en adultos mayores.
- Hubo un participante único, nacido con un solo brazo, que mostró una capa de entrada más delgada en el lado correspondiente, lo que sugiere la importancia de la entrada sensorial para el grosor de esa capa.
Conclusiones de los autores
Los autores concluyen que el proceso de envejecimiento en la corteza sensorial del cerebro es “específico por capas”. Mientras que las capas profundas se reducen, la capa de entrada y las capas superiores pueden volverse más gruesas y tener más mielina, lo que podría ayudar al cerebro a adaptarse a los cambios en la entrada sensorial con el tiempo. Como señala Science Daily, esto respalda la idea de que el cerebro “preserva lo que se utiliza intensamente”, lo que refleja una neuroplasticidad continua.
Al mismo tiempo, los investigadores afirman que el adelgazamiento de las capas profundas puede eventualmente contribuir al deterioro de las funciones cerebrales, especialmente en edades muy avanzadas. Los resultados se refieren al envejecimiento saludable; se necesita más investigación para ver cómo estos hallazgos se relacionan con enfermedades cerebrales u otras regiones del cerebro. Según los autores, es importante estudiar cada capa por separado para comprender completamente cómo cambia el cerebro con la edad.
Referencias
- Liu, P. et al. Layer‑specific changes in sensory cortex across the lifespan in mice and humans, Nature Neuroscience. Publicado: 11 de agosto de 2025. https://doi.org/10.1038/s41593-025-02013-1
- Scientists discover brain layers that get stronger with age. Science Daily, 12 de agosto de 2025. https://www.sciencedaily.com/releases/2025/08/250811104229.htm
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