Albert Bandura y su teoría de aprendizaje social (TAS). Implicaciones educativas
¿Cómo aprende el cerebro? Una de las teorías más influyentes es la teoría de aprendizaje social, de Albert Bandura. En este artículo, Patricia Sánchez Seisdedos, psicóloga, responde a todas nuestras dudas: Quién es Bandura, sus experimentos, fases de la teoría de aprendizaje social o vicario y cómo podemos aplicar sus enseñanzas al ámbito de la enseñanza o educación.
¿Quién es Bandura?: Su interés por comprender el aprendizaje
Psicólogo Canadiense nacido en 4 de diciembre de 1925. Bandura realizó estudios psicológicos sobre aprendizaje, dándole un papel crucial al aspecto cognitivo.
Esto quiere decir, que Albert Bandura apoyará un enfoque social-cognitivo. Basando la conducta humana en la interacción entre el sujeto (interpretaciones) y el entorno (castigos y respuestas).
En relación con esto, Bandura elabora su famosa teoría de aprendizaje social, denominada también aprendizaje vicario o modelado, que veremos a continuación con mayor detalle.
Teoría del aprendizaje social o aprendizaje vicario de Bandura: El aprendizaje por observación.
Según Albert Bandura: La mayoría de las imágenes de la realidad en la que basamos nuestras acciones, están realmente inspiradas en la experiencia que adquirimos a través de otras personas (experiencia vicaria).
Y es que nos pasamos muchas horas del día adquiriendo conocimientos a través de este tipo de aprendizaje. Cada uno de nosotros tenemos un repertorio de personas a las que tomamos como referencia en diferentes ámbitos de la vida: Nuestros padres, nuestros profesores, nuestros compañeros del trabajo, nuestros amigos, personajes públicos que nos «inspiran», etc.
Casi sin darnos cuenta, repetimos comportamientos que vemos en los demás. Sin embargo, no somos autómatas. Elegimos el modelo, observamos atentamente, memorizamos y evaluamos si nos compensa imitarle, o no.
Dentro del aprendizaje vicario, esta evaluación resulta muy importante. De hecho, es lo que diferencia a la forma de ver el aprendizaje de Bandura respecto a otros modelos, y lo que hará que más tarde, se reevalue la teoría denominándola aprendizaje cognitivo-social.
Cuando las personas ponemos a funcionar la memoria, ejecutamos imágenes mentales de lo que hemos visto hacer a nuestro modelo. Utilizamos también, un discurso verbal interno, y recordamos lo que sucedió en ese momento. A partir de ahí, tomamos decisiones: «si queremos reproducir el comportamiento aprendido o no»; «si lo hacemos de forma exacta, si innovamos»… Incluso lo podemos ir modificando en función de nuestro objetivo. Entra en juego la motivación de cada persona y el interés que tiene en realizar la conducta.
Experimento del muñeco bobo de Bandura: Sobre agresividad
De la teoría a la práctica
Para darle una base empírica a su teoría, Albert Bandura, desarrolló el experimento del muñeco bobo. Trata de conciliar su teoría del aprendizaje por observación con la agresividad. El objetivo, era llegar a una conclusión sobre la influencia que ejercía la violencia que observaban los niños en modelos (más adelante se desarrollaría el experimento enfocado a conocer la influencia de la agresividad observada en televisión).
En el vídeo que adjunto a continuación se ve de forma real, en qué consistió el experimento. Aviso de antemano que los subtítulos no tienen «ñ», pero es muy clarificador:
¿Cómo se llevó a cabo?
Como se puede ver, el muñeco Bobo era una especie de globo, que tras ser derribado, recupera automáticamente su posición vertical.
Se utilizaron dos grupos experimentales (GE1 y GE2) y un grupo de control (GC). Cada grupo experimental estaba formado por 24 niños (igual numero de niños que de niñas) y el grupo de control por 24 infantes, repartido igualitariamente por ambos sexos.
- GE1: 24 niños de ambos sexos. Dividirá el grupo en dos, de 12 niños cada uno.
- GE1A: Verá una mujer realizar conductas agresivas dirigidas al muñeco.
- GE1B: Verá a un hombre realizar conductas agresivas dirigidas al muñeco.
- GE2: Grupo de niños que observa a un modelo interactuar de forma NO agresiva con el muñeco.
- GC: 24 sujetos. 12 niños y 12 niñas. Se les presenta el muñeco sin una observación previa de interacción de ningún modelo.
Resultados
Las conclusiones de Bandura fueron:
- GE1 (niños que vieron a un adulto realizar conductas agresivas) tenía más probabilidades de llevar a cabo conductas agresivas que los otros grupos.
- Los niños eran mucho más propensos a repetir un comportamiento físicamente violento en que las niñas. No hubo tantas diferencias significativas en los comportamientos agresivos verbales.
- Cuando el modelo era mujer, tendría a ser más imitado por niñas que por niños y viceversa (similitud con el modelo).
Sin embargo, no todo es blanco o negro. Para que una conducta se desarrolle, hacen falta más elementos que la observación y un modelo que la ejecute.
Es más, para que un modelo sea apropiado, debe «ser atractivo y de interés para la persona modelada». Aquí también juega un papel importante la cultura. No cualquier persona servirá de modelo para cualquier niño en cualquier contexto.
Es cierto que el niño, al observar al modelo realizar conductas agresivas, integra este modo de responder en su repertorio conductual y esto aumenta la probabilidad de emitir una respuesta de este tipo, pero no es totalmente determinante.
Las personas tenemos conciencia, capacidad de decisión y potestad para elegir. Por tanto, una vez adquirido el aprendizaje, el niño debe querer ponerlo en marcha en ese momento. Seleccionar esa conducta como la más adecuada para ese momento, en función de sus objetivos.
En este experimento, algo que influye en la conducta del niño, es que se enseña como interactuar con un elemento del que no tienen experiencia previa (el muñeco es nuevo para ellos), por tanto, se restringe la libertad en cierto modo, ya que se le facilita la conducta. Es decir, será distinto el comportamiento del niño en función de las posibilidades de elección que tenga para reaccionar ante una determinada situación.
Procesos de la teoría de aprendizaje social o vicario de Bandura
En la teoría de aprendizaje social, Bandura diferenció 4 procesos que se desarrollan necesariamente en el aprendizaje social:
1. Atención
Resulta totalmente imprescindible que la atención del aprendiz esté focalizada hacia el modelo que realiza la conducta. Cualquier distractor interrumpiría la tarea de aprendizaje.
2. Retención
La memoria juega un papel muy importante. La persona que está integrando un nuevo comportamiento, debe almacenarlo en su memoria para reproducirlo a continuación.
3. Reproducción
En este punto, además de la puesta en marcha de la conducta, la persona debe ser capaz de reproducir simbólicamente el comportamiento. Por ejemplo, por mucho que un niño vea a su tenista preferido jugar, no quiere decir que vaya a golpear la pelota igual que él, primero tiene que tener la capacidad motora para realizar esos movimientos. Se integrará el tipo de movimiento y la acción, pero esto requiere de repetición para realizar la conducta correctamente.
Además, debe haber una capacidad cognitiva para poder poner en marcha todos los mecanismos de recuperación simbólica. O sea, que el niño necesita obligatoriamente haber llegado a este nivel de desarrollo cognitivo.
4. Motivación
Aún teniendo las imágenes mentales de la conducta observada, hace falta querer realizarla. Podemos tener distintos motivos, por ejemplo:
- Refuerzo/castigo pasado: Se basa en el conductismo tradicional. Cuando ya hemos realizado una conducta y hemos obtenido algo bueno a cambio (un refuerzo). Esto hace que volvamos a reproducirla si buscamos conseguir el mismo refuerzo.
- Refuerzos/castigos prometidos: Expectativas de lo que se pretende conseguir. Imaginamos las consecuencias.
- Refuerzo/castigo vicario: Lo que hemos visto que consiguió el modelo del que aprendimos.
¿Cómo podemos utilizar las estrategias de aprendizaje de Bandura?: Implicaciones educativas del aprendizaje vicario
1. Aprendizaje observacional aplicado a la educación
En todas las culturas, los niños se fijan en adultos para aprender y modificar patrones de comportamientos, actitudes… Aprenden a través de personas de referencia. Bandura dice que:
«Afortunadamente, la mayor parte de la conducta humana se aprende por observación mediante modelado».
Esto evita mucho ensayo-error, puesto que el niño tiene la oportunidad de ver la situación, la ejecución de la conducta y las consecuencias. No obstante, los niños no prestan atención ni aprenden todas las conductas de un modelo, si no que depende de factores como la complejidad, del ajuste de la capacidad cognitiva, del significado de modelo que tenga el adulto para el niño y del valor funcional de la conducta modelada.
Siendo de esta manera, que se ha demostrado que los niños tienden a imitar en mayor grado conductas relativamente simples, cercanas a su competencia cognitiva, con recompensas gratificantes para otros, presentadas por modelos atractivos y en los momentos en los que ellos presentan una atención activa a dichos modelos.
Desde la perspectiva de la teoría cognitiva social de aprendizaje, podríamos aplicarlo al aula en distintas direcciones. Es aconsejable que los niños perciban al profesor o educador como alguien que presenta constantemente modelos conductuales, verbales y simbólicos a los alumnos. Su eficacia dependerá de la consistencia entre los modelos, la adecuación de éstos a las competencias de los alumnos, la valencia afectiva entre éstos y el propio educador, y la efectividad de los procedimientos que el educador ponga en juego en la presentación de los modelos. Por otra parte, los alumnos no sólo obtienen oportunidades de aprendizaje observacional de lo que hacen y dicen los educadores, sino también de sus compañeros. El empleo sistemático de formas estructuradas de presentación de modelos entre compañeros puede convertirse en un recurso educativo de gran importancia.
2. Predicción y aprendizaje aplicado a la educación
Bandura habla sobre la predicción, elemento muy importante a la hora de trabajar con el aprendizaje de niños, porque interiorizan muy rápido cuáles son las consecuencias de su comportamiento, sabiendo diferenciar en los distintos casos.
Por ejemplo, algunos padres se preguntan por qué hay profesores con los que los niños se portan siempre mal y profesores con los que los niños se comportan estupendamente, o «¿por qué no me hace caso hasta que no me pongo de los nervios?».
Esto es a causa de las predicciones que los chicos realizan. Por ejemplo, si cada vez que Juan permanece sentado en su sitio, su profesor «A» no se lo valora (no le dice «muy bien Juan, lo estas haciendo muy bien»), Juan seguirá haciendo lo que más le interese en cada momento. Ahora bien, si el profesor «B» grita cada vez que Juan se levanta y ordena que todo el mundo permanezca sentado, además de enseñar que al levantarse hay una reprimenda, enseñará que hay que sentarse cada vez que el grite. Por tanto, Juan y los demás niños sabrán que con A, da igual si te sientas o no y con B, cuando grite y se enfade, hay que sentarse.
Es por esto, que el profesor en el aula, no solo está enseñando a realizar conductas o comportamientos, si no que, según la teoría del aprendizaje social, crea situaciones y patrones de respuesta.
Por otro lado, las expectativas que integran las personas, en este caso los niños, no tienen que ser solamente las recibidas en primera persona. Por ejemplo, si el chico más popular de la clase lo es por llevar a cabo conductas disruptivas o problemáticas, muchos le imitarán para conseguir lo mismo: popularidad y atención.
Esto es algo muy potente a utilizar en el aula, si se utiliza bien. Pero no es así en la mayoría de los casos… Lo que sería más eficaz a la hora de enseñar, sería alabar cualquier cosa buena que realice el niño que actúa como modelo para la mayoría de los alumnos, en lugar prestar atención a las cosas que no queremos que repita.
3. Motivación y aprendizaje aplicado a la educación
Bandura tiene claro aquí que las consecuencias de la conducta (tanto refuerzos como castigos), tienen un importante grado de influencia para aumentar o disminuir una conducta (respectivamente).
Esto es principal en la motivación y en lo que se fundamenta el aprendizaje clásico. Pero, la diferencia entre el modelo de Bandura y el de Skinner, está en que para este primero, las consecuencias crean expectativas que serán las que aumenten o disminuyan comportamientos futuros. En diferencia a Skinner, quien defiende que las consecuencias son las determinantes en sí mismas de la repetición de una conducta.
Por tanto, si seguimos los supuestos de Bandura, las consecuencias anticipadas controlan la conducta más que las reales. Esto explica que un comportamiento se dé aunque a veces no se refuerce ¿por qué un niño todos los días intenta llamar la atención en clase, aunque a veces se le ignora? Por que sabe que otras veces, se le presta mucha atención.
Las personas procesan secuencias de relaciones conductas-consecuencias y sintetizan la información.
4. Pensamiento y regulación cognitiva aplicado a la educación.
Como ya hemos visto antes, para Bandura, el pensamiento es un elemento clave en la conducta. Cuando un niño aprende, es muy importante que construya representaciones simbólicas conceptuales. Es decir, que entienda el contexto, la conducta y el por qué.
Bandura expone que si un niño no es consciente de las consecuencias de su conducta, no aprenderá correctamente.
Basándonos en la teoría de aprendizaje social, cuando educamos a niños en las aulas, debemos explicarles qué se consigue con las cosas que hacen, para qué aprenden y cuáles son los objetivos. Si no, siguiendo esta teoría, solamente desarrollaran comportamientos carentes de sentido para ellos y serán autómatas.
Además, la repetición consciente de los comportamientos, irá produciendo una integración y automatización de los mismos, dejando así «espacio mental» para seguir aprendiendo.
Por último, te pregunto a ti ¿habías oído hablar de este psicólogo?, ¿se te ocurre alguna idea para aplicar este tipo de aprendizaje?, ¿qué te parece?, ¿estás de acuerdo? Te invito a comentar y compartir con nosotros qué piensas sobre este tema y si has vivido alguna situación que te haya llamado la atención.