
Un estudio del MIT revela por qué seguimos experimentando incluso cuando conocemos la mejor solución
Un nuevo estudio del MIT (Instituto de Tecnología de Massachusetts) descubre que los humanos y los animales siguen explorando diferentes estrategias para realizar una tarea, incluso después de haber aprendido la más eficaz. Esta tendencia inesperada sugiere que ambas especies tienen un impulso inherente para buscar mejores soluciones, incluso si ello implica cometer errores innecesarios. El estudio, publicado en Current Biology, destaca el papel de la exploración en la toma de decisiones y tiene implicaciones potenciales para comprender la flexibilidad cognitiva, el autismo y el aprendizaje adaptativo.

Nota: Este artículo tiene fines informativos y educativos. Resume investigaciones científicas en un lenguaje accesible para un público amplio y no es un comunicado de prensa científico oficial.
¿Por qué seguimos probando alternativas incluso cuando sabemos cuál es la respuesta correcta?
Investigadores y publicaciones
Según MIT News, el estudio fue dirigido por Tudor Dragoi, estudiante de posgrado de la Universidad de Boston, y el autor principal, Mriganka Sur, profesor del Instituto Picower del MIT para el Aprendizaje y la Memoria. Su investigación se publicó el 18 de febrero en Current Biology, y se suma a una creciente cantidad de trabajos sobre la toma de decisiones y la flexibilidad cognitiva.
Diseño del estudio y participantes
El estudio se centró en cómo los humanos y los monos tití (una pequeña especie de primate) hacen predicciones sobre el momento de los acontecimientos. Se seleccionaron tres participantes humanos y dos titíes para el experimento. Estos sujetos fueron entrenados para realizar una tarea sencilla: observar cómo aparecía una imagen en una pantalla y reaccionar lo más rápido posible una vez que desaparecía. Los humanos hacían clic con el ratón, mientras que los titíes tocaban una tableta. La imagen permanecía en pantalla durante períodos de tiempo variables en cada prueba, lo que obligaba a los participantes a tomar decisiones en fracciones de segundo. Los monos tití eran recompensados con zumo cuando respondían correctamente, lo que reforzaba su participación en la tarea.
Proceso experimental y recopilación de datos
Los investigadores diseñaron el experimento de manera que los sujetos tuvieran que aprender la estrategia de reacción óptima con el tiempo. Inicialmente, tanto los humanos como los titíes necesitaron práctica para establecer un patrón de tiempos de respuesta. A lo largo de múltiples ensayos, adaptaron su comportamiento para reaccionar lo más rápido posible sin responder prematuramente. Los investigadores hicieron un seguimiento de los tiempos de reacción a lo largo de muchos ensayos, observando cómo los sujetos perfeccionaban sus respuestas.
El aspecto clave del estudio fue que, incluso después de que los participantes parecían haber aprendido la estrategia de reacción más eficaz, continuaron ajustando sus respuestas en función del momento de la prueba anterior. Si una imagen había desaparecido rápidamente en una ronda, los participantes reaccionaban más rápido en la siguiente. Si una imagen duraba más, dudaban un poco antes de responder. Esta inesperada tendencia de comportamiento se analizó mediante modelos matemáticos para confirmar que tanto los humanos como los titíes se veían influidos de forma consistente por las pruebas anteriores.
Modelos matemáticos e interpretación
Para asegurarse de que el comportamiento observado no era aleatorio, los investigadores utilizaron modelos computacionales para analizar los patrones de respuesta. Aplicaron el «modelo de riesgo», un marco cognitivo bien establecido que predice las tendencias de respuesta basándose en la probabilidad. Los resultados mostraron una clara tendencia: en lugar de seguir una estrategia fija, los participantes continuaron explorando alternativas, incluso a costa de cometer errores. Los investigadores llegaron a la conclusión de que este ajuste persistente no era accidental, sino más bien un rasgo cognitivo inherente compartido tanto por los seres humanos como por los animales.
Comparación con estudios anteriores
Este estudio se basa en investigaciones anteriores del mismo laboratorio, que descubrieron que los ratones también mostraban un comportamiento exploratorio similar incluso después de aprender el enfoque correcto para una tarea. Al extender los hallazgos a los primates y a los humanos, este estudio demuestra que la exploración es una característica fundamental de la flexibilidad cognitiva y no una peculiaridad específica de la especie.
Una diferencia esencial entre esta investigación y las anteriores
Este estudio se basa en hallazgos anteriores del Sur Lab del MIT, que en 2023 descubrió que los ratones también se desviaban de las estrategias aprendidas en una tarea cognitiva. Sin embargo, esta nueva investigación amplía esos hallazgos al demostrar el mismo comportamiento en primates y humanos. A diferencia de estudios anteriores que se centraron en los mecanismos de aprendizaje, esta investigación sugiere que la exploración continua es un rasgo fundamental en todas las especies, y no solo un error ocasional.
Conclusiones clave del estudio
1. Aprender la mejor estrategia no detiene la exploración
Incluso después de encontrar la forma más eficaz de completar una tarea, tanto los humanos como los animales siguen probando alternativas. Este comportamiento sugiere que el aprendizaje no consiste solo en encontrar una única solución, sino en adaptarse continuamente a los posibles cambios.
Ejemplo: un jugador de ajedrez puede conocer la mejor jugada inicial, pero aún así experimentar con diferentes estrategias para perfeccionar su juego.
2. La exploración podría ser una ventaja evolutiva
Cambiar de estrategia, aunque no sea necesario, puede ayudar a las personas a prepararse para la incertidumbre futura. El entorno no siempre es predecible, y ser flexible en la toma de decisiones puede ser beneficioso.
Ejemplo: una persona que normalmente sigue una rutina matutina estricta puede tomar ocasionalmente una ruta diferente al trabajo, descubriendo un atajo que resulta útil cuando hay mucho tráfico.
3. La experiencia a corto plazo influye en el comportamiento futuro
En lugar de seguir estrictamente una estrategia óptima, tanto los humanos como los titíes ajustaron sus respuestas en función de lo que sucedió en la última prueba. Esto significa que el aprendizaje no se trata solo de la memoria a largo plazo, sino también de las experiencias pasadas más recientes.
Ejemplo: si un conductor se encuentra con un semáforo en rojo en una determinada intersección varias veces, puede empezar a reducir la velocidad por anticipado, incluso cuando el semáforo se ponga en verde la mayoría de las veces.
4. La flexibilidad cognitiva es un rasgo compartido entre humanos y animales
La similitud en el comportamiento humano y de los titíes sugiere que la exploración y la adaptación son procesos cognitivos profundamente arraigados, no solo peculiaridades del razonamiento humano.
Ejemplo: un gato que ha aprendido dónde se guarda su comida puede seguir investigando otras zonas de almacenamiento, anticipando que su dueño podría trasladar la comida a otro lugar.
5. El estudio respalda el papel de los titíes en la investigación del autismo
Dado que los trastornos del espectro autista (TEA) están relacionados con diferencias en la predicción y la adaptabilidad, este estudio proporciona información valiosa sobre cómo los titíes podrían servir como modelo para estudiar los TEA.
Ejemplo: Comprender cómo manejan las predicciones los titíes podría ayudar a los investigadores a identificar nuevas formas de ayudar a las personas con autismo a desarrollar estrategias cognitivas más flexibles.
Los resultados del estudio destacan que la flexibilidad cognitiva (la capacidad de adaptarse a nueva información) es una parte fundamental de cómo aprenden tanto los humanos como los animales. Esta flexibilidad no consiste solo en reaccionar a los cambios, sino en probar alternativas de forma proactiva, incluso cuando no son necesarias. Esta idea podría ayudar a comprender afecciones como el TDAH, en las que las personas suelen explorar nuevos enfoques en lugar de ceñirse a las rutinas aprendidas.

Importancia para la ciencia, la medicina, la educación y la sociedad
1. Neurociencia y psicología
Entender por qué los seres humanos y los animales continúan explorando podría remodelar la forma en que los investigadores abordan los estudios sobre el aprendizaje, la memoria y la toma de decisiones. Sugiere que el cerebro está programado para una adaptación continua en lugar de una optimización rígida.
2. Medicina e investigación sobre el autismo
El estudio refuerza el uso de monos tití como modelos para la investigación del autismo. Dado que el Trastorno del Espectro Autista (TEA) a menudo implica diferencias en la forma en que los individuos predicen los acontecimientos, el estudio de los monos tití podría conducir a avances en la comprensión y el tratamiento de la falta de flexibilidad cognitiva en los individuos autistas.
3. Estrategias de educación y aprendizaje
Los profesores y educadores podrían utilizar estos resultados para desarrollar mejores métodos de aprendizaje. Animar a los estudiantes a explorar múltiples soluciones, incluso después de encontrar la respuesta correcta, podría mejorar la creatividad y las habilidades para resolver problemas.
4. Innovación laboral y empresarial
En entornos profesionales, esta investigación respalda la idea de que la innovación proviene de la exploración constante. Las empresas que animan a los empleados a probar enfoques alternativos, en lugar de seguir estrictamente métodos fijos, pueden descubrir soluciones y estrategias más eficaces.
Conclusión
El estudio del MIT cuestiona la suposición de que el aprendizaje termina una vez que se encuentra una estrategia óptima. En cambio, los seres humanos y los animales continúan explorando, buscando mejores alternativas incluso a costa de errores ocasionales. Esta tendencia natural hacia la exploración tiene implicaciones significativas para la neurociencia, la medicina, la educación y la innovación. Comprender este rasgo puede ayudar a mejorar las estrategias de aprendizaje, apoyar la investigación sobre el autismo y mejorar la toma de decisiones adaptativas en diversos campos. Por último, el estudio nos recuerda que la curiosidad y la flexibilidad son cruciales para navegar en un mundo en constante cambio.
La información en este artículo se proporciona únicamente con fines informativos y no constituye asesoramiento médico. Para obtener asesoramiento médico, consulta a tu médico.