El impacto del calor extremo en la salud mental: Nuevas perspectivas científicas
Algunos estudios recientes han revelado cómo afecta el calor extremo al cerebro, con repercusiones que van más allá del malestar físico. Aunque a menudo oímos hablar de los peligros de las olas de calor en términos de deshidratación y salud física, nuevas investigaciones muestran que las altas temperaturas pueden perjudicar significativamente la función cerebral. Según informes destacados por El País, el cerebro es especialmente vulnerable al calor, lo que provoca problemas como deterioro cognitivo, aumento de la agresividad y empeoramiento de las condiciones de salud mental.
¿Cómo afecta el calor al aprendizaje y al rendimiento académico?
Un estudio realizado en colegios públicos de Nueva York descubrió que los estudiantes que se examinaban en días en los que las temperaturas superaban los 32 °C (89,6 °F) sacaban un 14% menos de nota que los que se examinaban a 22 °C (71,6 °F). Esto se traduce en una disminución del 11% en la probabilidad de aprobar sus asignaturas. Estos resultados ponen de relieve cómo el aumento de las temperaturas puede afectar directamente al aprendizaje y al éxito académico. El aumento global de las temperaturas podría tener graves efectos a largo plazo en los resultados educativos de los estudiantes y en sus oportunidades futuras.
La productividad laboral disminuye con el aumento de las temperaturas
El calor no sólo afecta a los estudiantes. Según un estudio del Indoor Environment Group, la productividad en el lugar de trabajo es máxima a unos 22 °C. Cuando la temperatura sube sólo 8 °C, la productividad disminuye casi un 9%. Cuando la temperatura sube sólo 8 °C, la productividad disminuye casi un 9%. Esto sugiere que, en ambientes calurosos, el cerebro tiene dificultades para procesar la información y mantener la concentración, lo que puede tener graves consecuencias para las empresas y la economía.
El calor aumenta la agresividad y afecta al control emocional
El calor extremo no solo afecta a nuestra capacidad de pensar con claridad, sino también a nuestras emociones. Una investigación publicada en The Lancet analizó cuatro mil millones de tuits y descubrió un aumento del 22% en las expresiones de odio en días especialmente calurosos (42-45°C). Esto concuerda con las investigaciones psicológicas que demuestran que el calor aumenta la irritabilidad y disminuye el autocontrol, lo que conduce a un comportamiento más agresivo. Los estudios también muestran que cada grado de aumento en la temperatura anual se correlaciona con un aumento de casi el 6% en las tasas de homicidio, lo que pone de relieve el impacto social más amplio del aumento de las temperaturas.
El calor agrava los problemas de salud mental
The mental health effects of heat are particularly severe for those with pre-existing conditions. For example, people with schizophrenia often struggle to regulate their body temperature, and extreme heat can worsen their symptoms. Additionally, some psychiatric medications can make it harder for the body to stay cool, making these individuals more vulnerable during heat waves. This highlights the need for targeted support and interventions for vulnerable populations during periods of extreme heat.
La relación entre el calor y los trastornos del sueño
Las olas de calor también afectan al sueño, especialmente durante las «noches tropicales», cuando las temperaturas no descienden por debajo de los 20 °C (68 °F). Dormir mal puede deteriorar aún más la función cerebral, creando un círculo vicioso en el que el cerebro se vuelve menos capaz de manejar el estrés y las emociones, lo que conduce a resultados aún peores. La relación entre el calor, el sueño y la función cerebral sugiere que la exposición prolongada a altas temperaturas podría tener efectos duraderos en la salud mental.
Consejos sencillos para proteger el cerebro del calor
Los expertos coinciden en que las medidas preventivas son cruciales para proteger la función cerebral durante las olas de calor. Mantenerse hidratado, evitar el calor durante las horas punta y pasar tiempo en ambientes frescos son medidas importantes. Estas estrategias no son sólo para la salud física: son esenciales para mantener el bienestar mental y la función cognitiva durante las olas de calor, cada vez más frecuentes e intensas. Acciones sencillas como llevar ropa de colores claros, consumir alimentos ricos en agua y dar prioridad al descanso pueden marcar una gran diferencia.
Proteger el cerebro y las neuronas del calor es crucial, sobre todo a medida que las temperaturas extremas se hacen más habituales. Aquí tienes siete recomendaciones científicas para salvaguardar tu cerebro del calor:
- Mantente hidratado: La deshidratación puede perjudicar la función cognitiva, por lo que beber mucha agua es esencial para mantener la salud del cerebro durante la exposición al calor. Evita el alcohol y la cafeína, ya que pueden empeorar la deshidratación.
- Busca ambientes frescos: Pasar tiempo en espacios con aire acondicionado puede ayudar a regular la temperatura corporal y prevenir los daños cerebrales relacionados con el calor. Si no tienes aire acondicionado, ducharse con agua fresca o usar ventiladores (sudando lo suficiente) puede ser muy eficaz.
- Lleva ropa ligera y holgada: La ropa ligera y transpirable ayuda a disipar el calor y a mantener el cuerpo fresco, reduciendo la tensión en los mecanismos de regulación de la temperatura del cerebro.
- Limita las actividades al aire libre: Evita las actividades de alta intensidad durante los picos de calor. Si tienes que hacer ejercicio, hazlo a primera hora de la mañana o a última hora de la tarde, cuando hace más fresco, o plantéate hacer ejercicios en el agua para mantenerte fresco.
- Utiliza técnicas de enfriamiento: Aplicar compresas frías en zonas clave como el cuello, las muñecas y las sienes puede ayudar a bajar la temperatura corporal y reducir el riesgo de insolación, que puede dañar gravemente el cerebro.
- Controla los niveles de electrolitos: La sudoración provoca la pérdida de electrolitos, que son vitales para la función cerebral. La reposición de electrolitos a través de bebidas o alimentos puede ayudar a mantener la función cognitiva durante la exposición al calor.
- Evita la exposición prolongada al calor: La exposición prolongada a altas temperaturas puede provocar inflamación cerebral y excitotoxicidad, en la que las neuronas se dañan debido a una activación excesiva. Minimizar la exposición al calor ayuda a prevenir estos problemas.
Estas medidas están respaldadas por investigaciones de diversas instituciones sanitarias y neurocientíficas, que subrayan la importancia de mantener una temperatura interna estable para proteger la función cerebral durante las olas de calor.
¿Por qué debemos tomarnos en serio el impacto del calor en la salud mental?
Cada vez son más las investigaciones que ponen de relieve los importantes y amplios efectos del calor extremo sobre el cerebro. A medida que la temperatura mundial siga aumentando, es probable que las sociedades se enfrenten a mayores dificultades para mantener la salud mental y el rendimiento cognitivo. Abordar estos problemas requiere no sólo intervenciones de salud pública, sino también un compromiso social para adaptarse y mitigar los efectos del cambio climático sobre el bienestar mental.