Un nuevo estudio revela cómo la depresión reconfigura el cerebro para favorecer las experiencias negativas

Los científicos han descubierto un mecanismo crucial por el que la depresión altera la función cerebral, especialmente en su centro de procesamiento emocional, la amígdala. Este estudio pionero revela que la depresión intensifica la respuesta del cerebro a los estímulos negativos al tiempo que amortigua las respuestas a los positivos, lo que conduce a un «sesgo de negatividad». Este descubrimiento, encabezado por un equipo del Instituto Pasteur y el CNRS (Centro Nacional de Investigación Científica de Francia), abre vías prometedoras para tratamientos dirigidos a pacientes resistentes a los antidepresivos convencionales.

Un nuevo estudio revela cómo la depresión reconfigura el cerebro para favorecer las experiencias negativas. Imagen de Shutterstock

El estudio por dentro: Desmenuzando el impacto de la depresión en el cerebro

El estudio, publicado en Translational Psychiatry en septiembre de 2024, fue dirigido por científicos del Instituto Pasteur y del Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS) de Francia. El equipo de investigación incluía psiquiatras del Grupo Hospitalario Universitario de Psiquiatría y Neurociencias de París (GHU), del Inserm y del CEA. Las principales colaboradoras en este estudio fueron Mariana Alonso, jefa del Grupo de Circuitos de las Emociones del Instituto Pasteur, y Chantal Henry, catedrática de Psiquiatría de la Universidad de París.

¿Cómo se llevó a cabo el estudio?

Según Neuroscience News, esta investigación examinó los cambios que se producen en el cerebro durante la depresión centrándose en la amígdala, una región central en el procesamiento de las emociones y las reacciones a estímulos externos. Los científicos utilizaron como modelo ratones que mostraban comportamientos y reacciones análogos a los de las personas deprimidas, como un aumento de la ansiedad, una reducción de las conductas de aseo y una preferencia por los ambientes oscuros. A continuación se registró la actividad de la amígdala para observar las diferencias en la forma en que los estados depresivos afectan a la codificación de estímulos positivos y negativos.

Para comprender el impacto neuronal de la depresión, los investigadores midieron la actividad de neuronas específicas implicadas en el procesamiento de estímulos olfativos (basados en el olor). Estos estímulos incluían olores agradables y aversivos, como los de los depredadores. A diferencia de estudios anteriores, que no habían observado directamente estos circuitos neuronales durante episodios depresivos, esta investigación se centró en el impacto en tiempo real de los estados depresivos en la amígdala.

Los estudios previos establecían un vínculo entre la depresión y un sesgo general de negatividad, pero los mecanismos neuronales precisos aún no se comprendían del todo. Se ha documentado el papel de la amígdala en el procesamiento emocional y su implicación en las experiencias emocionales negativas, pero este estudio es uno de los primeros en explorar cómo cambian estos circuitos durante los episodios depresivos, centrándose específicamente en el procesamiento sensorial. Aunque estudios anteriores han identificado anomalías neuronales en la depresión, el examen directo de este estudio de la alteración del funcionamiento de la amígdala en tiempo real representa un avance novedoso.

¿Por qué es innovador este estudio?

Este estudio es innovador por su enfoque preciso de cómo la depresión reconfigura la respuesta de la amígdala a los estímulos, provocando una reacción más fuerte a los estímulos negativos y amortiguando las experiencias positivas. Las principales innovaciones son:

  1. Observación directa de los circuitos de la amígdala: El estudio aclara las vías neuronales específicas implicadas en la depresión, trazando un mapa de las neuronas que se vuelven más o menos activas durante los episodios depresivos.
  2. Ratones que reproducen la depresión humana: Utilizando comportamientos de ratón que imitan fielmente los síntomas depresivos humanos, los investigadores crearon un modelo para probar respuestas neuronales específicas.
  3. Análisis en tiempo real de la respuesta neuronal: A diferencia de estudios anteriores basados en imágenes cerebrales amplias o generalizadas, esta investigación midió la actividad de las neuronas implicadas en la codificación de estímulos positivos frente a negativos en tiempo real.
  4. Posibles nuevas vías terapéuticas: Los resultados sugieren posibles tratamientos centrados en la reactivación de los circuitos neuronales que codifican las experiencias positivas, lo que ofrece esperanzas a los pacientes resistentes a los antidepresivos tradicionales.

Principales conclusiones del estudio

Las conclusiones del estudio aportan nuevos conocimientos sobre la forma en que la depresión altera los circuitos neuronales y ofrece prometedoras pistas para futuros tratamientos. Estos son los principales resultados:

  1. Reducción de la actividad de las neuronas de procesamiento positivo. La depresión reduce significativamente la actividad de las neuronas de la amígdala que responden a estímulos positivos, disminuyendo la capacidad del individuo para experimentar placer o emociones positivas.
  2. Aumento de la actividad de las neuronas de procesamiento negativo. Por el contrario, las neuronas que responden a estímulos negativos se activan en exceso, lo que refuerza el sesgo emocional negativo que impulsa los síntomas depresivos.
  3. Sesgo de negatividad en los estados depresivos. La depresión conduce a un sesgo de negatividad en el que el cerebro prioriza la información negativa sobre la positiva, haciendo que las experiencias neutras o positivas parezcan menos impactantes.
  4. Posibilidad de revertir el sesgo negativo. Al estimular las neuronas que codifican positivamente en los ratones, los investigadores pudieron revertir parcialmente los comportamientos depresivos, lo que sugiere que la modificación de estos circuitos podría reducir los síntomas depresivos también en los seres humanos.
  5. Vías para la depresión resistente al tratamiento. Los resultados indican que las terapias dirigidas a los circuitos de la amígdala podrían ser beneficiosas para las personas que no responden a los antidepresivos habituales, lo que podría abrir el camino a tratamientos innovadores.

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Comprender las raíces neurológicas de la depresión

Dado que la depresión afecta a entre el 15% y el 20% de la población mundial en algún momento de su vida, los resultados de este estudio son fundamentales para mejorar los tratamientos y reducir su prevalencia. La investigación subraya el papel crucial de la amígdala en la generación de respuestas emocionales, destacando cómo los episodios depresivos pueden sesgar nuestras percepciones hacia la negatividad.

Nuevos tratamientos contra el «sesgo negativo»

Para quienes no responden bien a los antidepresivos, entre los que se encuentra casi el 30% de las personas con depresión, estos hallazgos ofrecen esperanza. La posibilidad de modificar los circuitos de la amígdala, especialmente potenciando las vías de respuesta positiva, ofrece un nuevo ángulo terapéutico. Los tratamientos capaces de corregir el desequilibrio en la percepción de los estímulos podrían ayudar a reducir los síntomas y mejorar la calidad de vida de las personas con depresión grave o crónica.

Potencial para aplicaciones más amplias

La importancia de este estudio no se limita a la depresión. La identificación de conexiones específicas en la amígdala que influyen en la percepción positiva y negativa puede ayudar en el tratamiento de otros trastornos del estado de ánimo, incluido el trastorno bipolar, en el que los pacientes experimentan cambios drásticos de humor. Comprender estos mecanismos también puede ayudar en el contexto más amplio de la salud mental, ya que las terapias que abordan los errores de percepción pueden aumentar la resistencia al estrés y las dificultades emocionales.

Educación y conciencia social

Para los educadores y los promotores de la salud mental, estos hallazgos suponen una valiosa oportunidad para fomentar la comprensión de los cambios físicos del cerebro asociados a la depresión. Al destacar los fundamentos neurológicos del sesgo negativo de la depresión, esta investigación puede ayudar a reducir el estigma, facilitando que las personas busquen ayuda y que la sociedad apoye a quienes la necesitan.

Impacto de la depresión en las capacidades cognitivas

La depresión no sólo afecta al procesamiento emocional, sino también a las capacidades cognitivas. Las investigaciones demuestran que los estados depresivos están relacionados con problemas de concentración, menor capacidad para tomar decisiones, problemas de memoria y procesos de pensamiento más lentos. La depresión puede disminuir la capacidad de procesamiento de la información, dificultando las tareas cotidianas y reduciendo la productividad en el trabajo o en la escuela. Esto se complica aún más por el sesgo de negatividad, ya que el cerebro se centra en los aspectos negativos, lo que distrae de las tareas y dificulta su realización. El restablecimiento gradual de los circuitos neuronales positivos, como sugiere el estudio, podría no sólo reducir los síntomas emocionales de la depresión, sino también ayudar a mejorar las funciones cognitivas.


Conclusiones: Esperanza en el horizonte

Este estudio del Instituto Pasteur y sus colaboradores abre nuevas puertas en la búsqueda de la comprensión y el tratamiento de la depresión. Al señalar los cambios neuronales específicos que fomentan el sesgo de negatividad, la investigación proporciona una base convincente para nuevas terapias que podrían transformar la forma en que abordamos la depresión y los trastornos del estado de ánimo. Mientras los científicos trabajan para verificar estos hallazgos en estudios con humanos, la promesa de tratamientos adaptados para corregir los patrones depresivos del cerebro ofrece una esperanza renovada a las personas que luchan contra la depresión resistente al tratamiento.