Aislamiento social o Hikikomori ¿Cómo solucionar el aislamiento?
El aislamiento social es una solución a la que algunas personas han recurrido en caso de estrés, frustración o incapacidad de afrontar problemas propios. El fenómeno Hikikomori, que empezó a producirse en Japón, ha llegado a otras partes del mundo incluyendo a España. ¿Por qué se aíslan estas personas de la sociedad y dejan de mantener cualquier tipo de relación con su entorno? ¿Cómo vencer este aislamiento social? ¿Cómo sacar a alguien que está viviendo en su habitación? ¿Qué papel juega la tecnología en el aislamiento?
¿Causas del aislamiento social o Hikikomori?
El origen de esta afección no es preciso. En los primeros casos acaecidos en Japón generalmente los afectados se encerraban al verse incapaces de afrontar una situación difícil; en algunos casos era el bullying, en otros la presión de los padres sobre los estudios que podía derivar en ansiedad social.
No es de extrañar que en una sociedad donde reina la competencia extrema, el estrés y la frustración sean compañeros habituales. Japón fue cuna de este particular trastorno, pero en países como Italia, EE.UU y España también se están recogiendo casos.
Síntomas de aislamiento social ¿Cómo empieza a manifestarse el Hikikomori?
Como he dicho antes el “Hikikomori” no se manifiesta ante unas causas determinadas. Los síntomas del aislamiento social, sin embargo, suelen ser los mismos. Ya que estamos hablando de una afección que provoca un completo aislamiento social, ésta empieza a manifestarse cuando la persona comienza a aislarse. En un principio los afectados dejan de salir de casa y dejan de ver a gente fuera de la familia. Pero más adelante el aislamiento se va agravando hasta recluirse en su propia habitación. Dejan de salir a otras estancias de la casa, empiezan a querer comer en la habitación, hasta el punto de no salir bajo ningún concepto. Salen algunas veces si necesitan ir al baño, pero en ocasiones descuidan la propia higiene durante meses. Sólo salen de la habitación si es estrictamente necesario.
¿Se puede tratar el aislamiento social? ¿Cómo superar el síndrome Hikikomori?
En este aspecto se ofrecen dos soluciones provenientes de diferentes vertientes. Los psicólogos orientales fueron los primeros en estudiar el síndrome de Hikikomori ya que les tocó más de cerca. Ellos apuestan por una política de comprensión con el paciente, intentando que sea éste el que se dé cuenta de su situación y salga por sus propios medios. “Nada más se den cuenta de que su hijo tiene Hikikomori, hay que tranquilizarlo y aceptar su situación […] no hay que forzarle a salir” asegura el Dr. Tamaki Saito.
Por otro lado, cuando estos casos de aislamiento social llegaron a psicólogos occidentales, éstos apostaron por una política más agresiva. Nada más se den indicios de aislamiento, hay que “tirar la puerta abajo”. No hay que permitir el aislamiento. “El tiempo es el peor enemigo de los aislados, a medida que pasa es más difícil que salgan de su encierro” asegura el Dr. Henry Grubb de la Universidad de Maryland.
Ambos métodos aciertan en ciertos aspectos y fallan en otros. Por un lado dejar a la persona entender su propia situación es la terapia óptima. “Hacer que el enfermo supere su enfermedad”. Sin embargo, es peligroso dejar que la persona se acostumbre al aislamiento. Si su zona de confort en el momento de aislarse ya es pequeña, al pasar meses en su habitación no se sentirá cómodo ni saliendo de su cuarto. ¿Cómo empieza el trastorno de pánico por agorafobia?. Por otro lado, “tirar la puerta abajo” obliga a la persona a salir de golpe de esa zona de confort, a enfrentarse al mundo. Si bien este “ímpetu” puede ser efectivo en ciertos casos, en otros donde la situación emocional del individuo es más compleja, puede empeorar el aislamiento, convirtiendo una necesidad de aislamiento en un miedo patológico al “exterior”. Detecta los síntomas de agorafobia.
¿Cómo solucionar el aislamiento social?
En realidad un acoplamiento de ambos enfoques sería lo ideal. Por un lado ir exhortando a la persona a superar esa zona de confort cada día, paso a paso. Por otro lado no permitirle “acomodarse” en el aislamiento. Es importante que el propio individuo reconozca que tiene un problema y conseguir que tenga voluntad de superarlo.
¿Nos aísla la tecnología?
Desde el boom tecnológico, nuestro ritmo de vida ha dado un cambio radical sin precedentes. Uno de los cambios más impactantes de esta nueva era tecnológica ha sido la creación de plataformas virtuales que simulan las relaciones sociales de cada individuo. La posibilidad de compartir una vida a través de la red y la de poder ver la vida de los demás reduce la construcción de una entera vida social a un solo “clic”.
Estas plataformas sin embargo son un gran acompañamiento y enriquecimiento de las relaciones sociales tal y como las conocemos, además de abrir la posibilidad de conocer personas en diferentes puntos del planeta. No obstante, el “mal uso” de estas plataformas puede tener graves consecuencias.
En el caso que nos concierne, estas plataformas son especialmente problemáticas. Si a una persona que empieza a repudiar el mundo externo y las relaciones sociales directas se le abre la posibilidad de construir la personalidad virtual y la vida social que uno quiera, el aislamiento tiene más probabilidad de triunfar.
Las personas que sufren Hikikomori o un aislamiento parecido, tienden a utilizar estas plataformas como vía de escape. Se aíslan físicamente del mundo pero mantienen una vida social activa en la red. Muchos la utilizan incluso para crear perfiles falsos o maquillados para “vivir la vida que no pueden vivir en el mundo real”.
¿Los videojuegos favorecen el aislamiento social?
Por otra parte, además de esta ventana virtual a las relaciones sociales, el boom tecnológico ha dejado a partir de la generación de los 90 en adelante, un sistema de entretenimiento sorprendente.
La llegada de los videojuegos ha supuesto un cambio enorme en los hábitos de muchas familias, sobre todo en los niños (¿le das a tu hijo el teléfono o la tablet para que se calme?), que han tenido la oportunidad de crecer junto a iconos de los videojuegos que ahora forman parte de su infancia.
Sin embargo, esta nueva plataforma virtual ofrece una nueva forma de ocio desde casa, algo que es realmente bueno si no se abusa de ello. Las personas que sufren de Hikikomori encuentran una alternativa a la realidad bastante apetecible en los videojuegos y en las redes sociales, lo cual puede encadenarlos más a su celda. Como siempre todo en exceso es malo. La tecnología no tiene por qué aislarnos y, en muchas ocasiones, es un gran complemento para establecer nuevas relaciones sociales, o incluso para aprender y estimular tu cerebro. Sin embargo, en el caso del Hikikomori, o del aislamiento social en general, es cierto que es un gran aliciente para permanecer en la habitación, al fin y al cabo, allí no falta de nada.
Puede que en estos casos, el enfoque occidental del que hablamos antes, pueda tener más efectividad. Si no queremos que una persona se aísle, no hay que darle más motivos para encerrarse. Es más fácil recluirse en el cuarto con distracciones como consolas (aunque también libros y cómics), que si se está en una habitación vacía. No hay que presionar demasiado a la persona, pero tampoco favorecer su reclusión.
Hikikomori en España y en otros países
Tras aparecer los casos de los jóvenes aislados en Japón, salieron otros casos parecidos alrededor del mundo. Países como España, Italia o EE.UU. han recogido casos similares. Sin embargo, hay que tener cuidado con generalizar el término Hikikomori. A pesar de que el término Hikikomori se traduce literalmente como “apartado de la sociedad” o “aislado”, éste se construye en una sociedad y una cultura determinada, la japonesa.
El Hikikomori describe en Japón a personas mayoritariamente jóvenes que se aíslan de la sociedad debido a una presión excesiva y a una carencia de apoyo. La cultura nipona se caracteriza por una construcción de valores muy severa, con una competencia enorme. Los jóvenes en estos casos se encuentran completamente solos y tremendamente presionados, ya sea por la escuela, por los padres o por la propia sociedad que marca los estándares del éxito muy altos.
En general el Hikikomori es una afección que actúa desde el exterior. Las condiciones y situaciones en las que vive una persona le hacen tomar la decisión de aislarse. Si nos vamos a España, el panorama cambia. La edad media de los que padecen el síndrome asciende hasta los 36 años. El panorama cultural y social es completamente distinto entre ambos países.
Si bien se puede denominar el síndrome con un mismo nombre, a la hora de tratarlo hay que tener en cuenta la cultura y la sociedad en la que se está manifestando.
¿Tengo Hikikomori?
Como se ha dicho antes, no hay que generalizar el término Hikikomori. El aislamiento social se produce por multitud de causas, algunas patológicas. En cada caso hay que saber cómo tratar al paciente y saber en todo momento qué es realmente lo que se está tratando. Pero siempre hay que pedir ayuda profesional.
Documental: Hikikomori, jóvenes invisibles.