¿Quieres cambiar de vida y no sabes cómo? 8 pasos para empezar de nuevo

Nuestra vida implica cambio, irremediablemente. Experimentamos transiciones de trabajo, de relaciones, hay cambios en nuestra salud física y mental, se dan nuevos eventos en nuestras comunidades locales y en nuestro mundo. Cambiar de vida, a veces es inevitable. En ocasiones, sabemos que va a ocurrir un cambio, mientras otras veces el cambio ocurre de forma inesperada.

Aprender a lidiar con el cambio y a no tenerle miedo es esencial para evitar que se complique en problemas de ansiedad. Aquí te contamos cómo atreverte a darle un cambio a tu vida.

¿Necesitas un cambio de vida?

¿Estás pensando en en cambiar?

Mucha gente invierte gran parte de su tiempo y energía intentando evitar el cambio, pero el cambio te va a llegar en un momento u otro. Si aprendes a lidiar con el cambio, disminuirás tu riesgo de ansiedad y depresión, y tanto tu salud física como tu salud mental mejorarán. Pero si no eres capaz de reconocer y afrontar la necesidad de cambio, bastará sólo con unas pequeñas cantidades de estrés para sentirte abrumado con tu vida, y te resultará difícil establecer y cumplir tus objetivos.

Ser capaz de lidiar con el cambio a veces se denomina resiliencia. Y, aunque tu ambiente y tus genes puedan influir en tu nivel de resiliencia, no es algo que sea inamovible, es una habilidad que puede desarrollarse gracias a la práctica de diferentes modos de pensar y estar en el mundo.

El cambio no es algo fácil, incluso cuando queramos hacerlo. A veces, lo que nos frena cambiar de vida es no saber hacer otra cosa que lo que ya estamos haciendo. Y otras veces, esperamos, haciendo lo mismo una y otra vez, obtener resultados diferentes.

Pero es importante darse cuenta de que siempre hay otra forma de ver la situación y de hacer las cosas.

Otra elemento que influye en que vayamos a cambiar nuestra vida o no son nuestras emociones. Estas nos pueden ayudar o frenar. Los miedos (miedo al fracaso, a decepcionar a los demás, a arrepentirse…) nos frenan. El miedo nos hace crear toda clase de excusas para evitarnos evolucionar: «Tampoco estoy tan mal», «me quejo de vicio», «mas vale malo conocido…», «a mi edad ya no puedo cambiar»… Pero lo cierto es que las emociones también pueden ayudarnos a contrarrestar el miedo e ir hacia delante.

¿Por qué hay momentos en los que sentimos que necesitamos cambiar de vida?

cambio de vida
A veces necesitamos dejar ir lo que no nos aporta, y dar un cambio a nuestra vida.

Hay momentos en los que no estamos a gusto con nuestra situación actual. Nos sentimos incómodos, desmotivados y desencantados con la vida. Puede haber muchos motivos:

  • No estamos felices en nuestra relación de pareja
  • No estamos satisfechos con nuestro trabajo
  • Tenemos mucho estrés
  • No hay emoción en nuestra vida
  • Nos sentimos estancados
  • No hemos logrado lo que queríamos, no hemos cumplido nuestras metas
  • No estamos satisfechos con nuestras relaciones sociales

En definitiva, cuando sentimos que necesitamos un cambio, es que hay algún ámbito de nuestra vida que no va como querríamos. A veces tenemos claro lo que falla, otras veces no lo sabemos. También ocurre que nos cuesta reconocerlo, y nos damos excusas: » Lo tengo todo», «¿De qué me quejo?». Sin embargo, el «tenerlo todo» no implica que tengamos lo que necesitamos, quizá tenemos lo que nos dicen que necesitamos.

Signos de que necesitas un cambiar de vida

cambiar de vida puede ser fácil
¿Te sientes desencantado con tu vida?

A veces ocurre que hay algo en tu vida que no funciona del todo bien y no eres consciente de ello. Sin embargo, puede haber algunos signos que nos indiquen que necesitas cambiar de vida.

  1. Tu mente fantasea con mejores formas de vida.
  2. Piensas a menudo en tu pasado.
  3. Tus acciones no van en línea con lo que dices.
  4. No sientes que tu vida tenga un propósito.
  5. Te sientes deprimido y/o estresado
  6. Te sientes desencantado con tu vida y a menudo piensas que la vida «tiene que ser algo más».
  7. No estas a gusto con tus relaciones, parecen superficiales.
  8. Empiezas a mentir a los demás acerca de cómo va tu vida. Dices que va mucho mejor de lo que en realidad va, o sientes que va.
  9. Sientes tus emociones dormidas.
  10. Evitas oportunidades por miedo a lo desconocido o por lo que dirán otros.
  11. Envidias la vida de otras personas.

Claves para cambiar de vida

1. Toma consciencia y utiliza tu ira

Hay tres emociones que nos pueden ayudar a hacer cambios en nuestra vida, la ira, la pasión y el orgullo.
La ira es una de las emociones que más nos motivan y movilizan si está bien canalizada. Una reacción intensa y negativa hacia tus circunstancias pone en marcha un poderoso motor interno. Nos lleva a creer que podemos controlar nuestro futuro y nos motiva a asumir riesgos a pesar del miedo.

Esto es a veces difícil para muchas mujeres, ya que nos han criado para pensar que expresar ira y enfado es malo. Muchas veces la intentamos expresar de formas poco adecuadas, mediante comunicación pasivo-agresiva y estallando cuando ya no podemos más. Estas no son formas de canalizar la ira de forma productiva.

Lo interesante es cambiar el enfoque de la ira, desde circunstancias externas, hacia lo que queremos cambiar en uno mismo. No es tu jefe o tu exceso de responsabilidades lo que te hace gritar en casa o al volante. Deberías estar enfadado/a por que te haya costado tanto darte cuenta de que tienes poder para cambiar de vida.

Pregúntate: Estás lo suficientemente enfadada/o contigo por permitir que esto haya pasado otra vez?. Esta pregunta se centra en los propios mecanismos de evitación, y derrumbar los bloqueos para el cambio.

Toma distancia y reconoce los patrones de conducta que te han llevado repetidamente a resultados negativos. Se honesto contigo mismos y reconoce qué es lo que no te gusta de tu vida, qué aspectos cambiarías, qué es lo que no te funciona. Para ello pregúntate:

  • ¿Qué quiero que haya más en mi vida?
  • ¿De qué he tenido ya suficiente y necesito que termine ya?
  • ¿Qué merezco tener que no tengo?
  • ¿Qué me está haciendo sentir atrapado? ¿No es hora ya de liberarme?

Pon tus emociones al servicio de lo que deseas. ¡Enfádate! La ira nos ayuda a luchar por nuestros derechos y por lo que queremos. Luego utiliza emociones positivas y poderosas para ayudarte a cambiar de vida.

2. Pasa de la ira a la pasión

Pasión
Utiliza la pasión para ir en pos del cambio que quieres.

Usa la ira para motivar tu movimiento, pero enseguida transfórmala en pasión para mantenerte sano. La ira sostenida en el tiempo puede ser destructiva físicamente y mentalmente. El enfado, la frustración y el estrés liberan cortisol, que cuando se mantiene en el tiempo debilita tu organismo.

La ira también puede bloquear el resultado que quieres conseguir. Tu negatividad puede alejar a las personas que pueden ayudarte a conseguir tu objetivo, y pueden impedirte dar los pasos adecuados para ello.

Por tanto, una vez que te comprometas a cambiar de vida, deberás pasar de focalizar tu atención en qué le falta a tu vida (evocar ira) a qué deseas crear de forma positiva (inspirar pasión). A mayor intensidad del deseo por lograr ese objetivo más posibilidades de que hagas lo necesario para hacerlo realidad.

Requiere de algo de tiempo visualizar lo que tu vida puede ser cuando hagas los cambios que quieres. Establece una serie de pasos para conseguir tus objetivos y ponte fechas límite, de esta manera no pospondrás indefinidamente llevarlos a cabo.

Descubre aquí qué es procrastinar y cómo dejar de hacerlo.

3. Deja de lado los sentimientos de inadecuación con el orgullo

Para dejar de lado el miedo, tu cerebro debe ir viendo que los cambios que vas haciendo realmente están funcionado y nos están llevando por un camino más positivo.

Al final de cada día, en lugar de ver lo que no ha funcionado o dónde no has podido cumplir una promesa que te hiciste a ti misma/o, se consciente de lo que hiciste bien, incluso si el paso ha sido pequeño. Muestra a tu cerebro de que eres capaz de hacer los cambios que quieres y que están ocurriendo cosas positivas.

Es importante tener en cuenta de que los cambios no son lineales, sino que suelen haber altibajo y pequeños retrocesos, y eso es parte natural del proceso. No debemos rendirnos a la primera de cambio.

4. Evalúa tu nivel de control

A veces, es fácil obsesionarse con situaciones sobre las que no tenemos control, o personas que puede que nunca cambien su conducta o su actitud. Pero más que centrarse en culpar a los otros y intentar mover lo inamovible, las personas resilientes se centran en lo que está en su mano cambiar.

Para evaluar el nivel de control sobre una situación puedes preguntarte: ¿De qué me puedo responsabilizar en esta situación? Cuando buscas oportunidades para empoderarte y trabajar para cambiar de vida que sí es posible, es menos probable que te atasques en situaciones difíciles.

5. Practica el auto-cuidado ante una pérdida

A menudo, las transiciones vitales implican pérdidas, como la muerte, la pérdida de un trabajo, el fin de una relación o un gran cambio. Incluso las transiciones positivas como una graduación o un cambio de empleo puede hacerte sentir un poco triste. Durante estos momentos, no bloquees el duelo y la pena que puedas sentir. Reconoce la pérdida y presta atención a lo que has aprendido de esa experiencia. Busca apoyo en amigos, familiares o considera hablar con un psicólogo si sientes que necesitas un apoyo extra durante esa transición.

ayuda
No dudes en pedir ayuda cuando lo necesites.

6. Comprueba tus patrones de pensamiento

A veces, en periodos de cambio el miedo a lo desconocido nos hace ver las cosas de forma más negativa, en términos de blanco o negro, de forma catastrófica… Pero si te tomas un tiempo para examinar tu patrón de pensamiento y evaluar su racionalidad quizá encontrarás una actitud alternativa que te ayude en la vida. En psicología se llama a este ejercicio reestructuración cognitiva. Comprueba en este artículo cómo llevarlo a cabo en casa.

También te pueden ayudar técnicas de respiración y meditación mindfulness a relajarte y ser más consciente de tus pensamientos, así como a no enredarnos en ellos y dejarlos pasar.

También puede ayudarte a tener más pensamientos positivos si te recuerdas a ti mismo las veces que tuviste una transición y navegaste con éxito por ella. Haz una lista de las maneras en las que has sido resiliente y valiente en tu vida. Considera los rasgos y acciones que pueden ayudarte a ver a través del desafío actual. Focalizándote en tus fortalezas en lugar de en tus debilidades, vas a sentirte más empoderado para enfrentarte a lo que vendrá.

7. Mantente en el presente

Aunque importante que mires al pasado para encontrar tus fortalezas y es necesario planificar nuestro futuro, a veces nos encontramos arrastrados a momentos diferentes del presente. Nos preocupamos por lo que nos traerá el futuro, o los errores que podemos cometer y nos olvidamos de observar lo que tenemos en este momento. Para reconectar con nuestro cuerpo presta atención a cómo responde ante el estrés y dedica una parte de tu día a relajarte. Respira profundo y vuelve tu atención al momento presente.

8. Encuentra tus prioridades

Las personas más resilientes ven el cambio como una oportunidad, más que un monstruo al que temer. Las transiciones vitales nos permiten considerar cuáles son nuestras prioridades y valores. ¿Cómo te gusta realmente pasar el tiempo en este mundo? ¿Qué es realmente importante para ti? ¿Dónde te ves perdiendo el tiempo y energía? Con un sentido claro de tus metas y valores, podrás encontrar que tu mente y tu cuerpo son mucho más resilientes a los estresores del cambio.

Sobre todo, prioriza tu salud en estas transiciones, no tengas miedo a pedir ayuda cuando lo necesitas, a bajar el ritmo, a exigirte un poco menos. Necesitamos el apoyo de otros, ya que somos animales sociales.

El cambio no se puede evitar, pero puedes abrazar este y ver los desafíos como oportunidades para florecer.