Cómo el cerebro del recién nacido reconoce rostros, según investigadores de Yale

El cerebro de un recién nacido ya está preparado para la vida social. Un nuevo estudio de Yale muestra que la red neuronal responsable de procesar rostros, voces y miradas, conocida como la vía de percepción social, está activa pocas semanas después del nacimiento. El descubrimiento revela cómo el cerebro empieza a construir la base del comportamiento social mucho antes de que el bebé aprenda a sonreír.

Cómo el cerebro del recién nacido reconoce rostros. Imagen de Freepik

Nota: Este artículo tiene fines informativos y educativos. Resume una investigación científica en un lenguaje accesible para un público amplio y no es un comunicado de prensa científico oficial.

Científicos de la Escuela de Medicina de Yale (Universidad de Yale) han descubierto que la vía de percepción social del cerebro – la red que ayuda a los humanos a reconocer rostros, seguir la mirada y procesar las voces – ya está activa al nacer o poco después.

El estudio, publicado en agosto de 2025 en Biological Psychiatry: Global Open Science, analizó datos de imágenes cerebrales de dos grandes grupos de recién nacidos. Se descubrió que, incluso en los primeros días de vida, los bebés muestran una fuerte comunicación entre las regiones cerebrales implicadas en el procesamiento visual y social.

Los bebés que presentaban una conectividad temprana más fuerte en esta red pasaban más tiempo mirando rostros a los cuatro meses y mostraban menos dificultades sociales a los dieciocho meses. Según los autores, estos hallazgos aportan una nueva comprensión sobre cómo el cerebro empieza a organizar los sistemas que sustentan el comportamiento social.

Qué investigaron los científicos

El estudio examinó cómo y cuándo comienza a formarse la red de percepción social. Esta vía conecta varias regiones del cerebro que ayudan a interpretar la información social, como las expresiones faciales, el movimiento de los ojos y los sonidos del habla.

Investigaciones previas habían mostrado que los recién nacidos prefieren mirar rostros y girar la cabeza hacia las voces, pero los científicos no sabían cuándo se desarrolla el sistema neuronal subyacente. El equipo de Yale planteó la hipótesis de que esta red podría estar activa desde etapas muy tempranas de la vida, preparando el terreno para las futuras habilidades sociales.

Sus principales preguntas eran si los recién nacidos ya muestran una actividad cerebral coordinada dentro de este sistema y si la fuerza de esas primeras conexiones neuronales predice una mayor implicación social más adelante.

Cómo se realizó el estudio

Para responder a estas preguntas, los investigadores combinaron datos de dos fuentes principales.

El primer conjunto de datos procedía del Developing Human Connectome Project (dHCP), que proporcionó escáneres cerebrales de 310 recién nacidos a término con un desarrollo típico. Este proyecto, financiado por el Consejo Europeo de Investigación, recopila imágenes cerebrales, datos clínicos y conductuales de bebés para comprender mejor el desarrollo humano temprano.

El segundo conjunto de datos consistía en 73 recién nacidos a término de Yale. Algunos de estos bebés tenían antecedentes familiares de trastorno del espectro autista (TEA), mientras que otros no. La inclusión de ambos grupos permitió al equipo explorar la variación natural en las conexiones cerebrales tempranas.

La conectividad funcional – el grado en que distintas áreas del cerebro trabajan conjuntamente – se midió mediante resonancia magnética (RM). Los científicos se centraron en la vía de percepción social, que incluye regiones de procesamiento visual y el surco temporal superior, un área especializada en detectar rostros, habla y mirada.

En un grupo más pequeño de 37 bebés de Yale, el equipo también realizó una prueba de seguimiento ocular a los cuatro meses de edad para medir cuánta atención prestaba cada bebé a los rostros. A los dieciocho meses, los padres completaron cuestionarios estandarizados que evaluaban las primeras habilidades sociales y de comunicación.

Esta combinación de datos de imagen, comportamiento y desarrollo permitió a los investigadores vincular la conectividad cerebral temprana con la atención social y los resultados posteriores.

Qué hace que este estudio sea novedoso

Esta investigación ofrece la primera evidencia a gran escala de que la red de percepción social del cerebro ya está funcionalmente conectada al nacer o poco después.

Estudios anteriores habían observado que los recién nacidos prefieren los rostros y responden a las voces humanas, pero no estaba claro si estos comportamientos eran resultado del aprendizaje o de una organización cerebral preexistente.

El equipo dirigido por Yale descubrió que las conexiones entre las regiones de procesamiento visual y social ya estaban bien establecidas durante las primeras semanas de vida. Los autores sugirieron que estos primeros vínculos podrían reflejar una base neuronal innata para la percepción social, en lugar de algo aprendido únicamente después del nacimiento.

Al combinar los datos abiertos a gran escala del dHCP con una muestra independiente de Yale, el estudio demostró que esta organización temprana del cerebro social es sólida y reproducible. Ofrece una visión poco común de cómo el cerebro del bebé comienza a formar la arquitectura que más tarde sustentará la comunicación y la interacción social.

Principales conclusiones del estudio

1. Activación temprana de las vías sociales.
Se observó conectividad funcional dentro de la red de percepción social en ambos grupos de bebés, lo que indica que este sistema está activo pocas semanas después del nacimiento.

2. Conexiones sólidas y específicas.
Los investigadores identificaron una fuerte comunicación entre el surco temporal superior y las áreas visuales occipitales, regiones responsables de procesar rostros, miradas y movimientos. Estos patrones fueron específicos del procesamiento social y no simples signos de maduración cerebral general.

3. Vínculos predictivos con la atención a los rostros.
Entre los bebés de Yale, tanto con como sin antecedentes familiares de autismo, aquellos con una conectividad temprana más fuerte pasaron más tiempo fijándose en los rostros durante las pruebas de seguimiento ocular a los cuatro meses de edad.

4. Asociaciones con el comportamiento social posterior.
Los bebés que miraban los rostros durante más tiempo a los cuatro meses presentaron menos dificultades de comunicación social a los dieciocho meses, según los informes de los padres.

5. Consistencia entre los conjuntos de datos.
Tanto las muestras del dHCP como las de Yale mostraron el mismo patrón general de conectividad, lo que sugiere que la activación temprana de esta vía es una característica universal de la organización cerebral típica del recién nacido.

En conjunto, estos hallazgos indican que el cerebro humano está biológicamente preparado para procesar señales sociales desde el inicio de la vida.

Perspectivas relacionadas con el autismo

Como el estudio de Yale incluyó a bebés tanto con como sin antecedentes familiares de autismo, los investigadores pudieron observar diferencias sutiles en la organización cerebral temprana.

Descubrieron que la vía de percepción social estaba interconectada en todos los recién nacidos, pero la fuerza de esas conexiones se relacionaba significativamente con la atención social posterior. Los bebés con una conectividad temprana más fuerte tendían a pasar más tiempo mirando rostros a los cuatro meses y mostraban menos señales de dificultades en la comunicación social a los dieciocho meses.

Prestar menos atención a los rostros se considera uno de los primeros indicadores conductuales del trastorno del espectro autista. Sin embargo, los autores subrayaron que sus datos no son diagnósticos y no pueden predecir si un niño desarrollará autismo u otra condición.

En lugar de eso, los resultados ponen de relieve cómo las variaciones en las conexiones neuronales tempranas pueden contribuir a trayectorias de desarrollo diferentes. El estudio sienta las bases para futuras investigaciones sobre cómo el cerebro del recién nacido sustenta tanto los patrones típicos como los atípicos del desarrollo social.

Conclusiones de los autores

Los autores concluyeron que los procesos corticales que sustentan la percepción social ya están activos poco después del nacimiento. Estos mecanismos tempranos pueden ayudar a los bebés a implicarse socialmente mucho antes de desarrollar el lenguaje o formas complejas de comunicación.

También señalaron que los hallazgos son correlacionales y no deben interpretarse como pruebas de causalidad o predicción. El objetivo de esta investigación, explicaron, es comprender mejor cómo la biología y la experiencia interactúan para dar forma al comportamiento social humano.

Este trabajo forma parte de un esfuerzo científico más amplio por mapear la arquitectura temprana de los sistemas cerebrales responsables de la atención, la comunicación y la conexión emocional. Al seguir a estos niños a lo largo del tiempo, los investigadores esperan observar cómo evoluciona la organización neuronal temprana durante los primeros años de vida.

Preguntas clave respondidas (según el resumen de Neuroscience News)

P: ¿Cuándo comienza a desarrollarse la red de percepción social del cerebro?
R: Los investigadores descubrieron que ya está activa pocas semanas después del nacimiento.

P: ¿Qué controla esta red cerebral?
R: Regula cómo el cerebro procesa los rostros, las voces y la mirada, elementos clave del comportamiento social.

P: ¿Cómo se relaciona esta red con el autismo?
R: Los bebés con una conectividad temprana más fuerte en esta vía mostraron mayor atención a los rostros y menos dificultades sociales más adelante, lo que sugiere que las conexiones neuronales iniciales ayudan a dar forma al desarrollo social.

Según los autores y el resumen de Neuroscience News, este descubrimiento arroja luz sobre las raíces neuronales del comportamiento social y podría orientar futuras investigaciones sobre la detección temprana del trastorno del espectro autista.

La información de este artículo es solo informativa y no es un consejo médico. Si tienes cualquier duda sobre tu salud, consulta siempre con un profesional.

Referencias
  • Chawarska, K., Vernetti, A., Sun, H., Hampson, M., Li, C., Macari, S., Powell, K., Constable, R. T., Chang, J., Ment, L. R., & Scheinost, D. (2025). Functional connectivity in the social perception pathway at birth is linked with attention to faces at 4 months. Biological Psychiatry: Global Open Science. https://doi.org/10.1016/j.bpsgos.2025.100597
  • Neuroscience News, Born to Connect: Newborn Brain Already Wired for Social Awareness (https://neurosciencenews.com/baby-brain-social-awareness-29768/)