Estudio: El estrés crónico activa el «modo piloto automático» en la mente

Los científicos descubren vías cerebrales que explican por qué el estrés conduce a elecciones automáticas. El estrés crónico puede apoderarse de nuestros cerebros, alejándonos de la toma de decisiones reflexivas y llevándonos a comportamientos rígidos y habituales. Un nuevo e innovador estudio publicado en la revista Nature descubre los mecanismos biológicos que hay detrás de este cambio, utilizando experimentos con ratones para mostrar cómo el estrés reconfigura las vías cerebrales clave. La investigación revela dos «marcadores» distintos en el cerebro que inclinan la balanza entre el pensamiento deliberado y las acciones habituales bajo estrés prolongado.

El estrés crónico pone a la mente en «modo piloto automático», según un nuevo estudio. Imagen de Shutterstock

Cómo descubrieron los científicos el vínculo entre el estrés y el comportamiento habitual

El estudio fue dirigido por la neurocientífica Jacqueline Giovanniello, de la Universidad de Temple (Filadelfia, Pensilvania, EE. UU.), junto con la coautora Kate Wassum, neurocientífica conductual de la Universidad de California, Los Ángeles. Su trabajo profundiza en cómo el estrés crónico afecta a los procesos de toma de decisiones del cerebro.

Las experiencias personales de Giovanniello con el estrés durante sus años universitarios (tener tres trabajos mientras cursaba una carrera completa) alimentaron su curiosidad sobre cómo el estrés afecta las funciones del cerebro. Esta conexión personal inspiró un enfoque meticuloso y multifacético para estudiar el estrés en modelos animales.

¿Cómo se llevó a cabo el estudio?

El equipo de investigación diseñó un experimento de laboratorio controlado con ratones, elegidos por sus respuestas conductuales bien documentadas y sus similitudes neurológicas con los humanos en estudios de toma de decisiones. Los ratones se dividieron en dos grupos: un grupo de estrés y un grupo de control. Para inducir el estrés crónico, los ratones sometidos a estrés se expusieron a una serie de factores estresantes leves pero persistentes durante varios días. Entre ellos se encontraban camas húmedas, ciclos de luz impredecibles, ruido blanco y aislamiento social, todos ellos conocidos por crear condiciones de estrés leve pero crónico sin causar daño físico.

Ambos grupos de ratones se mantuvieron hambrientos para motivarlos a buscar recompensas de comida durante las pruebas de comportamiento. Se les enseñó a presionar una palanca que dispensaba bolitas de comida como recompensa, estableciendo un comportamiento aprendido. Una vez que ambos grupos habían dominado esta tarea, se introdujo la prueba crítica.

Para evaluar la flexibilidad en la toma de decisiones, los investigadores emplearon una tarea de «devaluación». Después de alimentar a los ratones con una gran ración de gránulos de comida hasta la saciedad, comprobaron si los ratones seguían presionando la palanca. En teoría, los ratones con un comportamiento flexible y orientado a objetivos reconocerían que la recompensa alimentaria ya no era valiosa y dejarían de presionar la palanca. Sin embargo, si los ratones volvían a su comportamiento habitual, seguirían presionando la palanca a pesar de estar llenos.

Los resultados fueron sorprendentes. Los ratones sin estrés dejaron de presionar la palanca en gran medida después de estar llenos, lo que demuestra una toma de decisiones flexible. Por el contrario, los ratones estresados continuaron presionando la palanca a un ritmo elevado, mostrando una dependencia de las acciones automáticas y habituales en lugar de ajustar su comportamiento en función de la nueva situación.

Métodos y técnicas

Para comprender los mecanismos neuronales que impulsan este comportamiento, el equipo empleó la optogenética, una técnica de vanguardia que utiliza la luz para controlar las neuronas modificadas genéticamente. La optogenética permitió a los investigadores activar o inhibir con precisión determinadas vías neuronales implicadas en la toma de decisiones.

Se centraron en las vías que conectan la amígdala, que procesa el estrés, con el estriado dorsomedial, una región del cerebro conocida por equilibrar los comportamientos habituales y los dirigidos a objetivos. Utilizando herramientas optogenéticas, pudieron estimular o suprimir selectivamente estas vías en los ratones estresados, observando cómo afectaban dichas intervenciones al comportamiento.

Al reactivar la vía responsable de la toma de decisiones flexible en ratones estresados, los investigadores consiguieron reducir el comportamiento habitual de los animales de apretar la palanca, acercando sus respuestas a las del grupo no estresado. Esto confirmó que la vía era crucial para mantener la toma de decisiones adaptativa bajo estrés.

La innovación: una mirada más profunda a las vías neuronales

Mientras que estudios anteriores han establecido que el estrés conduce a un comportamiento habitual, esta investigación es la primera en señalar las vías neuronales específicas responsables.

  • Se han identificado dos vías neuronales distintas:
    • Una vía, que parte de la amígdala y conduce al estriado dorsomedial, estaba activa en ratones no estresados durante el aprendizaje, pero se atenuaba en ratones estresados.
    • La segunda vía mostró el patrón opuesto, siendo muy activa en ratones estresados y promoviendo el comportamiento habitual.
  • Manipulación optogenética:
    • Al estimular la vía inhibida en ratones estresados, los investigadores restablecieron la flexibilidad en la toma de decisiones. Esta manipulación redujo la tendencia de los ratones a presionar la palanca sin pensar después de ser alimentados.
El estrés crónico puede apoderarse de nuestros cerebros, alejándonos de la toma de decisiones reflexivas y llevándonos a comportamientos rígidos y habituales. Imagen de Freepik

Conclusiones clave del estudio

  1. El estrés crónico favorece los comportamientos habituales:
    • Bajo estrés, el cerebro pasa al piloto automático, lo que lleva a acciones repetitivas sin consideración reflexiva.
    • Ejemplo: Imagínate que vas a picar una bolsa de patatas fritas después de un día estresante, aunque no tengas hambre.
  2. El estrés suprime la toma de decisiones orientada a objetivos:
    • El camino que respalda las elecciones deliberadas se vuelve menos activo bajo estrés crónico.
    • Ejemplo: Un estudiante estresado puede saltarse comidas saludables y optar por la comida rápida por costumbre.
  3. Las distintas vías cerebrales intervienen en la toma de decisiones:
    • Dos circuitos neuronales, uno que promueve elecciones bien pensadas y otro que apoya los hábitos, trabajan en conjunto. El estrés altera este equilibrio.
    • Ejemplo: Cuando estás tranquilo, puedes planear un entrenamiento, pero cuando estás estresado, puedes optar por quedarte en casa viendo la televisión.
  4. Los patrones de comportamiento pueden ser modificados:
    • Mediante la optogenética, los investigadores demostraron que es posible restaurar la flexibilidad en la toma de decisiones en sujetos estresados.
    • Ejemplo: Este hallazgo sugiere posibles terapias para ayudar a las personas a romper los malos hábitos adquiridos bajo estrés.
  5. Relevancia potencial para el comportamiento humano:
    • Aunque el estudio se realizó en ratones, los científicos creen que existen vías cerebrales similares en los seres humanos, lo que podría explicar por qué el estrés conduce a comportamientos habituales.
    • Ejemplo: El estrés crónico en adultos suele estar relacionado con un aumento del consumo de tabaco, la sobrealimentación u otros mecanismos habituales de afrontamiento.

Las consecuencias cognitivas del estrés: de la flexibilidad a la rigidez

Este estudio destaca cómo el estrés crónico afecta a la flexibilidad cognitiva, es decir, la capacidad del cerebro para adaptarse y tomar decisiones con un propósito. Cuando el estrés activa las vías que crean hábitos, los recursos cognitivos se desvían de la planificación reflexiva y la resolución de problemas.

  • Rigidez cognitiva:
    • Las personas estresadas pueden tener dificultades para cambiar de tarea o adaptarse a nueva información, lo que conduce a comportamientos repetitivos y menos eficaces. Con el tiempo, esta rigidez puede obstaculizar la creatividad y la capacidad de resolución de problemas, lo que dificulta abordar los nuevos desafíos.
  • Impactos en la memoria y el aprendizaje:
    • Los cambios en las vías neuronales relacionados con el estrés pueden afectar a la memoria de trabajo, dificultando la retención y el procesamiento de nueva información. Esto puede influir negativamente en el aprendizaje, provocando dificultades en entornos académicos o profesionales en los que la adaptabilidad y la retención de información son cruciales.
  • Parálisis de decisión y falta de criterio:
    • El estrés crónico puede saturar las funciones ejecutivas del cerebro, lo que conduce a la parálisis de la toma de decisiones o a elecciones impulsivas. Las personas sometidas a estrés prolongado pueden tener dificultades para valorar las opciones de forma eficaz, y a menudo recurren a respuestas habituales incluso cuando son contraproducentes.
  • Dificultades para la regulación emocional:
    • Las mismas vías que promueven el comportamiento habitual bajo estrés también pueden interferir con la regulación emocional. Esto puede conducir a una mayor ansiedad o frustración, lo que perjudica aún más la capacidad de tomar decisiones racionales.
  • Declive cognitivo a largo plazo:
    • Los períodos prolongados de estrés crónico se han relacionado con el deterioro cognitivo a largo plazo, lo que aumenta el riesgo de padecer afecciones como depresión, trastornos de ansiedad e incluso enfermedades neurodegenerativas. Comprender cómo el estrés altera las capacidades cognitivas es crucial para desarrollar intervenciones que mitiguen estos efectos.

Importancia para la ciencia, la medicina y la sociedad

Ciencia y neurociencia

  • Avances en la comprensión de los mecanismos neuronales: Este estudio aclara cómo las vías neuronales específicas gobiernan el equilibrio entre el comportamiento dirigido a un objetivo y el comportamiento habitual bajo estrés.
  • Nuevas vías de investigación: Abre nuevas posibilidades para estudiar el impacto neurológico del estrés crónico y cómo influye en los procesos de toma de decisiones.

Medicina y salud mental

  • Tratamientos específicos: El descubrimiento de las vías neuronales afectadas por el estrés podría conducir a nuevas terapias para los trastornos relacionados con el estrés, como la ansiedad, la depresión y el trastorno obsesivo-compulsivo.
  • Medicina personalizada: Los resultados del estudio podrían permitir tratamientos personalizados que se centren en restablecer el equilibrio entre la flexibilidad cognitiva y el comportamiento habitual.

Educación y aprendizaje

  • Impacto en el rendimiento académico: Comprender cómo el estrés afecta a la flexibilidad cognitiva puede ayudar a desarrollar estrategias para que los estudiantes gestionen el estrés y mejoren sus habilidades para tomar decisiones.
  • Programas de reducción del estrés: Las escuelas podrían implementar programas de gestión del estrés destinados a mejorar el rendimiento cognitivo y la adaptabilidad.

Entorno laboral y sociedad

  • Mejor bienestar en el lugar de trabajo: Las empresas pueden utilizar estos resultados para desarrollar programas que ayuden a los empleados a gestionar el estrés y mantener la flexibilidad cognitiva, mejorando así la productividad.
  • Implicaciones sociales: Aumentar la concienciación sobre el impacto cognitivo del estrés puede conducir a cambios sociales en la forma en que se gestiona y se habla del estrés, promoviendo mejores prácticas de salud mental.

Conclusión

El estudio de Giovanniello y su equipo esclarece los fundamentos biológicos de cómo el estrés crónico distorsiona nuestros procesos de toma de decisiones, lo que nos lleva a confiar en los hábitos en lugar de en elecciones meditadas. Al identificar las vías cerebrales específicas implicadas, esta investigación no solo profundiza nuestra comprensión de la respuesta al estrés, sino que también apunta a posibles intervenciones terapéuticas.

Aunque se necesitan más estudios para confirmar estos hallazgos en humanos, las implicaciones son enormes, desde la mejora de los tratamientos de salud mental hasta la mejora de los resultados educativos y la promoción de opciones de estilo de vida más saludables. Comprender la respuesta del cerebro al estrés es un paso crucial para ayudar a las personas a tomar decisiones mejores y más decididas, incluso ante los retos de la vida.