La ilusión del Dedo Empequeñecido

La magia y los trucos de magia llevan siglos fascinándonos pero, ¿qué se esconden tras ellos? En este artículo te descubrimos la ilusión del Dedo Empequeñecido y te explicamos cómo nuestra percepción visual completa aquello que no estamos viendo.

Seguro que alguna vez has presenciado algún truco de magia. Te habrás quedado impresionado al ver cómo crean efectos e ilusiones improbables, y cómo nos hacen creer en cosas imposibles. A menudo sabemos que no es más que un truco, que están “engañando” a nuestros sentidos. Y es que para ser un buen mago, es necesario tener nociones de psicología y de percepción visual, ya que en un espectáculo de magia nuestra mente y nuestros sentidos están siendo continuamente desafiados y manipulados.

Ilusion optica el dedo empequeñecido.

Un equipo de investigadores de la Universidad de Leuven ha realizado un estudio sobre ilusiones ópticas muy curioso. Han creado una ilusión óptica llamada «El dedo empequeñecido». Tal y como muestra la imagen anterior,  si apoyamos sobre un dedo una pelota de ping pong seccionada por la mitad y la miramos desde arriba tendremos la impresión de que el dedo se ha acortado, que se ha empequeñecido. Y esta ilusión continúa incluso si tocamos el interior de la pelota, aunque sepamos que el dedo es nuestro o si tocamos su superficie.

Algo parecido ocurre en el clásico truco de magia en el que las pelotas se multiplican. Como puedes observar en el vídeo del final de este artículo, el espectador cree que el mago está haciendo aparecer pelotas de entre sus dedos, cuando en realidad son medias pelotas escondidas unas dentro de otras. Puedes ver una demostración en el siguiente vídeo.

¿Por qué se produce esta ilusión del dedo empequeñecido?

¿Por qué ocurren estas ilusiones? Es nuestro sistema visual, y no nuestra imaginación, quien “rellena” las partes que faltan a los objetos, de esta manera dota de sentido al mundo que nos rodea. Y aunque nuestra mente consciente sepa que nuestro dedo sigue siendo del mismo tamaño y la pelota en realidad sea la mitad, no podemos evitar percibir la ilusión.

Si miramos un objeto que está parcialmente oculto por otro, nuestra mente automáticamente rellena ese objeto aunque haya una parte que no estamos viendo. Es decir, nuestro cerebro no lo ve como un como un trozo de objeto, como si la parte que no vemos no existiera, sino como un todo completo. Esta acción de rellenar los vacíos en la percepción visual ocurre en otras ocasiones, como en el caso del punto ciego. Puedes saber más aquí.

El psicólogo experimental Vebjørn Ekroll, quien participó en el mencionado estudio, ha demostrado que, en muchos trucos de magia como este, el ojo rellena las partes faltantes de los objetos, incluso cuando estas no existen realmente. El mago hace creer a su audiencia que puede hacer aparecer mágicamente pelotas de entre sus dedos. Aunque en realidad son medias pelotas, la audiencia las ve como si estuvieran completas.

En este otro estudio, menos de un tercio de los participantes averiguaron cómo se multiplicaban, e incluso al saber cómo se realizaba el truco, seguían percibiendo las pelotas completas.

Y es que en nuestra vida cotidiana es más frecuente que los objetos estén tapados por otros, en lugar de que les falten trozos.

Según el Doctor Lars Muckli de la Universidad de Glasgow anticipamos continuamente lo que percibimos, si hay partes de un objeto que están ocultas vamos a tener una idea muy precisa de cómo es ese objeto completo.

Otro truco similar al del «Dedo empequeñecido»es el de la ilusión de «la mano de goma». Al voluntario le pides que esconda una de sus manos bajo la mesa, en su lugar colocas una mano de goma y acaricias ambas de forma simultánea. Con esto creerá que la mano de goma es la suya. De forma sorprendente sudarán y se retorcerán si golpeamos la mano de goma con un martillo.

Estas ilusiones nos muestran que la percepción de nuestro propio cuerpo es muy voluble y manipulable. Las personas constantemente comparan la información sensorial que recibimos, sobre todo visual y táctil, para percibir nuestro propio cuerpo. Si desordenamos y confundimos esa información podemos crear todo tipo de extrañas experiencias e ilusiones.

Henrik Ehrsson, neurocientífico en el Instituto Karolinska en Estocolmo, ha creado multitud de trucos para crear la ilusión de que nuestro cuerpo se ha deformado. Y afirma que no todas las personas son susceptibles a estas ilusiones, al menos una de cada cuatro personas no las experimentan. Henrik sospecha que las personas con una gran conciencia corporal, como los bailarines, son más difíciles de engañar con estos trucos.

Y es que el estudio de la percepción visual en trucos de magia o ilusiones visuales es muy útil para comprender el funcionamiento de la mente humana. Por ello, psicólogos y neurocientíficos se han interesado siempre en el estudio de la magia y el ilusionismo, llegando a crear encuentros de magos y neurocientíficos en el espectáculo NeuroMagic.