¿La luz azul realmente afecta al sueño? Nuevas investigaciones lo aclaran

Mucha gente cree que la luz azul de las pantallas interrumpe el sueño. A menudo nos dicen que evitemos las pantallas antes de acostarnos, o que activemos el modo nocturno. Pero nuevas investigaciones sugieren que el impacto de la luz azul puede ser menor de lo que pensamos. Este artículo analiza cómo afecta la tecnología al sueño.

El debate sobre la luz azul
El debate sobre la luz azul. Imagen de Freepik.

El mito de la luz azul: una visión más clara

Algunos creen que la luz azul retrasa el sueño al interferir con la melatonina. La melatonina es la hormona que controla nuestro ciclo sueño-vigilia. Investigaciones de la Universidad de Harvard demuestran que la luz azul nos ayuda a mantenernos despiertos, al imitar la luz solar. Pero por la noche, la luz azul de las pantallas puede confundir a nuestro cerebro. Puede hacernos creer que aún es de día. Esto podría retrasar la producción de melatonina y dificultar conciliar el sueño.

The Conversation analizó 73 estudios con más de 113.000 participantes y llegó a la conclusión de que la luz azul tiene un impacto muy pequeño en el sueño. Demostró que la luz azul sólo retrasaba el sueño una media de 2,7 minutos. Esto sugiere que otros factores pueden ser más importantes para el sueño.

El papel de los factores psicológicos

Otros factores, como el estrés, el tiempo total frente a la pantalla y lo que se ve antes de acostarse, pueden alterar el sueño más que la propia luz. Un estudio de la Universidad de California en Berkeley muestra que las personas que creen que la luz azul les mantiene despiertos suelen tener más problemas para dormir. Esto pone de manifiesto el poder de nuestros pensamientos sobre el sueño. Pero la mayor parte de la exposición a la luz azul procede de la luz del día, que es mucho más intensa que la luz de las pantallas. Esto cuestiona la idea de que el tiempo frente a una pantalla afecte en gran medida al sueño.

Melatonina e intensidad luminosa: ¿Qué importa más?

La teoría de la luz azul afirma que esta luz detiene la producción de melatonina. Pero un estudio del National Institute of Mental Health descubrió que la intensidad de luz necesaria para detener la melatonina es mucho mayor que la que emiten nuestros aparatos. La luz del día, que tiene mucha luz azul, puede alcanzar los 100.000 lux. La pantalla de un smartphone emite sólo 80-100 lux. Esta diferencia demuestra por qué la luz azul de las pantallas tiene poco impacto en la melatonina.

La importancia del tiempo de exposición a la luz

Más allá de la luminosidad, el momento de la exposición a la luz también es clave. Nuestro cuerpo sigue un ritmo natural en el que influyen la luz y la oscuridad. La exposición a la luz por la noche, aunque no sea brillante, puede alterar nuestros relojes internos. Esto puede hacer que nos sintamos alerta cuando deberíamos estar descansando.

Pero no sólo importa la luminosidad, sino cuándo vemos la luz. Otros estudios sugieren que la luz natural durante el día, especialmente por la mañana, ayuda a regular nuestros ritmos y a mejorar la calidad del sueño por la noche. Así que, aunque la luz de la pantalla no altere mucho la melatonina, equilibrar la exposición a la luz a lo largo del día es clave para dormir bien.

El horario de exposición a la luz es clave para dormir bien.
El horario de exposición a la luz es clave para dormir bien. Imagen de Freepik.

Los verdaderos alteradores del sueño: ¿De qué debemos preocuparnos?

Si la luz azul no es el principal factor perturbador del sueño, ¿cuál es? Las investigaciones de Mayo Clinic sugieren que los hábitos, como cuándo y cómo usamos la tecnología, son más importantes. Por ejemplo, el uso de dispositivos a altas horas de la noche puede provocar la pérdida de sueño. Esto ocurre cuando el tiempo de pantalla reduce el tiempo de sueño.

Muchas cosas de nuestra vida diaria pueden afectar negativamente al sueño. Entre ellos se encuentran nuestros hábitos, nuestro entorno y nuestras elecciones diarias. A continuación se enumeran los 10 principales perturbadores del sueño y por qué son perjudiciales:

  1. Horario de sueño incoherente: Acostarse y levantarse a horas diferentes cada día altera el reloj interno. Esto hace que sea más difícil dormir y despertarse de forma natural.
  2. Uso de la tecnología a altas horas de la noche: El uso de dispositivos electrónicos a altas horas de la noche retrasa el sueño al mantener el cerebro ocupado. Esto es especialmente cierto si consumes contenidos estimulantes como noticias o redes sociales.
  3. Consumo de cafeína: Beber cafeína por la tarde o por la noche interfiere con el sueño. La cafeína bloquea la adenosina, una sustancia química que favorece el sueño.
  4. Estrés y ansiedad: Los altos niveles de estrés y ansiedad provocan pensamientos acelerados. Esto hace que sea difícil relajarse y conciliar el sueño.
  5. Mal ambiente para dormir: Un entorno ruidoso, luminoso o incómodo dificulta un sueño de calidad. Las condiciones ideales incluyen una habitación fresca, tranquila y oscura.
  6. Hábitos alimentarios irregulares: Las comidas copiosas a altas horas de la noche provocan malestar e indigestión. Esto provoca trastornos del sueño. Acostarse con hambre también puede alterar el sueño.
  7. Falta de actividad física: Un estilo de vida sedentario conduce a un sueño deficiente. La actividad física regular ayuda a regular el ciclo sueño-vigilia y reduce el estrés.
  8. Consumo excesivo de alcohol: Aunque el alcohol puede producir somnolencia al principio, altera el sueño más tarde por la noche. Esto suele provocar un sueño fragmentado y despertares tempranos.
  9. Exposición irregular a la luz natural: La falta de luz natural durante el día altera tu reloj interno. La luz solar regula nuestro ritmo circadiano. Sin suficiente luz diurna, el cuerpo tiene dificultades para producir la cantidad adecuada de melatonina por la noche.
  10. Uso excesivo de siestas: Dormir siestas largas o irregulares durante el día repercute negativamente en el sueño nocturno. Esto hace que sea más difícil conciliar el sueño a la hora de acostarse.

La lección: Replantearse el papel de la tecnología en el sueño

Dado que el papel de la luz azul en la interrupción del sueño puede ser exagerado, es importante centrarse en cómo usamos nuestros dispositivos, en lugar de sólo en la luz que emiten. Reducir el impacto de las pantallas en el sueño implica no solo ajustar la exposición a la luz azul, sino también tomar decisiones inteligentes sobre el uso general de la tecnología, especialmente antes de acostarse.

  1. Limita el tiempo de pantalla antes de acostarte: Intenta dejar de usar pantallas al menos una o dos horas antes de acostarte. Así evitarás interferir en la producción de melatonina, la hormona que controla el ciclo sueño-vigilia.
  2. Utiliza filtros de luz azul: Utiliza aplicaciones o ajustes de bloqueo de luz azul en tus dispositivos, o usa gafas de bloqueo de luz azul. Estas herramientas pueden ayudar a reducir el impacto de la exposición a la pantalla en tus patrones naturales de sueño.
  3. Reduce el brillo de la pantalla: Baje el brillo de sus pantallas por la noche. Reducir el brillo de la pantalla puede disminuir la cantidad de luz azul emitida, lo que puede reducir su impacto sobre el sueño.
  4. Activa el modo nocturno: Activa el modo nocturno o la configuración de colores cálidos en tus dispositivos, que reducen la exposición a la luz azul. Cambiar el color de la pantalla de azul a tonos más cálidos por la noche puede ayudar a tu cerebro a relajarse de forma más natural cuando se acerca la hora de dormir.
  5. Aumenta la exposición a la luz diurna: Pasa más tiempo al aire libre o cerca de ventanas durante el día. La exposición a la luz natural durante el día ayuda a regular el ritmo circadiano, haciendo que el cuerpo sea menos sensible a la luz azul por la noche.
  6. Crea un entorno propicio para el sueño: Haz que tu dormitorio sea oscuro y fresco, y resérvalo para dormir y relajarte. Un entorno oscuro, tranquilo y fresco mejora la calidad del sueño y ayuda a mitigar los efectos de la exposición nocturna a la luz azul.
  7. Practica una buena rutina de sueño: Mantenga un horario de sueño constante, evite la cafeína y las comidas copiosas antes de acostarse y cree una rutina relajante para irse a dormir. Unas prácticas de higiene del sueño coherentes pueden mejorar la calidad general del sueño y reducir el impacto negativo del uso de pantallas.
  8. Piensa en actividades alternativas antes de acostarte: Realiza actividades relajantes no relacionadas con la pantalla, como leer un libro, meditar o darte un baño caliente antes de acostarte. Estas actividades ayudan a preparar el cuerpo para el sueño, ya que favorecen la relajación y reducen el estrés.

No olvides activar los subtítulos en español.

Si te centras en cómo y cuándo utilizas la tecnología, puedes minimizar su impacto en tu sueño y disfrutar de un mejor descanso y bienestar general.


Vivimos en un mundo lleno de pantallas. Por eso es importante mirar más allá de las respuestas simples. Comprender la compleja relación entre la tecnología y el sueño puede ayudarnos a utilizar los dispositivos de forma que favorezcan nuestro bienestar. Dormir bien no se limita al tiempo que pasamos frente a una pantalla. Se trata de crear hábitos que promuevan el equilibrio y el descanso.