Todo lo que necesitas saber sobre el Neurofeedback: ¿Qué es? ¿En qué se basa? ¿Sirve para algo?

Claves sobre el Neurofeedback: ¿Qué es? En los últimos años existen cada vez más profesionales y centros que ofertan entre sus recursos el Neurofeedback. Debido a su pomposo nombre y al misterio que suscita se convierte en un reclamo muy útil, más es así, cuando se nos presenta como una solución a un listado de problemas y trastornos de diversa variedad. Nuestro propósito es aclarar ciertos aspectos, y arrojar algo de luz sobre este desconocido. Explicaremos de una forma breve qué es y qué no es el Neurofeedback. 

Qué es el neurofeedback

¿Qué es el Neurofeedback? Definición y significado

El Neurofeedback es una técnica que nos permite modular la actividad del cerebro gracias al entrenamiento. Esta terapia pertenece al conjunto de técnicas terapéuticas llamadas “Técnicas de Biofeedback”. Esta nueva clasificación no nos aclara demasiado, ya que seguimos teniendo un término anglosajón bastante parecido a aquél con el que empezamos. Si traducimos Neurofeedback al castellano sería algo así como Bioretroalimentación… ¡no suena tan bien!, ¿verdad? Aún podemos hacer un análisis epistemológico más completo, dividiendo la palabra en dos; Bio hace referencia señales producidas por el cuerpo humano y Retroalimentación apunta a un continuo intercambio de información de estas señales. Por lo tanto, y como resumen simplificado, podríamos definir el Neurofeedback como una técnica que utiliza las señales del cuerpo. En concreto, las señales de nuestras neuronas.

Las neuronas crean corrientes eléctricas cuando se comunican entre ellas. Es un proceso muy complicado y difícil de explicar, pero lo que nos interesa es que esas corrientes pueden registrarse. El Electroencefalograma (EEG) es la principal forma de registrar dichas corrientes del cerebro. El Neurofeedback utiliza el EEG junto con un software informático que convierte las ondas del cerebro en información visual o auditiva. El técnico configura el programa para que nos premie cuando estamos trabajando en un rango de onda concreto. Estos rangos de onda van de mayor a menor actividad del cerebro. La menor actividad predomina cuando nos relajamos o estamos dormidos y, por el contrario, mayor actividad cerebral equivale a mayor concentración o estados de actividad mental de alerta.

Si se nos presenta en la pantalla (por ejemplo) el capítulo de una serie que nos gusta, esta avanzará normalmente mientras nuestro cerebro esté trabajando en las ondas que el profesional ha configurado, y se parará cuando no sea así. La fluidez de lo que vemos es un reflejo de nuestra actividad cerebral. De esta forma y, gracias a la práctica repetida, aprendemos a rebajar nuestra activación cerebral voluntariamente. Es un mecanismo basado en el Condicionamiento Operante, basado en que, cuando hacemos algo que conlleva un premio (dinero, un aplauso, risas), aumenta la probabilidad de que esa conducta se repita en el futuro, bajo circunstancias similares. Una vez concluida la explicación de las bases (espero que no haya sido demasiado rebuscado), vamos a pasar a analizar los mitos que se ciernen sobre el Neurofeedback.

Los mitos o, ¿Qué NO es el Neurofeedback?

1- «El Neurofeedback es algo novedoso»

Pues no, no es algo novedoso ¡Al contrario!, el Neurofeedback comenzó sus andanzas a finales de los años 60. Las primeras publicaciones, de la mano de Joe Kamiya datan de 1968. En ellas se empieza a hablar sobre la posibilidad del control de las ondas cerebrales a través del entrenamiento. Bien es verdad, que hubo un período de tiempo en el que se perdió el interés, mantenido únicamente en algunos centros de Estados Unidos y Alemania.

2- «El Neurofeedback sólo se puede realizar a través de EEG»

La realidad es que, aunque el EEG es el método más utilizado y económico, podemos realizar Neurofeedback con cualquier tecnología que aporte información en tiempo real sobre la actividad cerebral. Estudios recientes han aplicado técnicas como la Resonancia Magnética Funcional (RMF) o Ecografía de Doppler Transcraneal (ECT), entre otras.

3- «El Neurofeedback lo cura TODO»

El Neurofeedback es una herramienta más. Igual que un martillo puede ayudarnos a construir un chalet adosado, el Neurofeedback nos va a ayudar a mejorar alguna patología, pero necesitamos que forme parte de una estructura terapéutica mayor.

Cuando un profesional de la psicología considera que alguien necesita trabajar el control sobre la ansiedad puede optar por el Neurofeedback, de entre una gran variedad de técnicas; relajación muscular, respiración diafragmática, etc. Existe evidencia de su utilidad en algunos trastornos psicológicos, como forma de reducir ciertos síntomas:

  • Síndrome de Atención con Hiperactividad y Neurofeedback: a través del entrenamiento los niños mejoran en el control de impulsos y en las funciones ejecutivas.
  • Epilepsia y Neurofeedback: existe una disminución de los ataques presentados.
  • Trastornos del Espectro Autista y Neurofeedback: mejora las capacidades de neuroregulación y la función metabólica.
  • Insomnio y Neurofeedback: aumenta el tiempo total de sueño en personas con Insomnio Primario (está provocado por causas biológicas).

4- «El Neurofeedback no sirve para nada»

Este mito sería la contrapartida del anterior. Son muchos los detractores y escépticos que dudan del NF (neurofeedback), aún sin conocer los mecanismos por los que funciona. Más allá de la práctica clínica, las investigaciones se están centrando en las posibilidades del NF para potenciar ciertas capacidades en personas que no sufren ningún trastorno, entre ellas figuran las siguientes:

  • Estado de ánimo y humor.
  • Memoria de trabajo. También te pueden interesar estas formas de estimular la memoria.
  • Ansiedad bajo situaciones de presión.
  • Habilidades psicomotora.

Conclusión: ¿Para qué es útil el neurofeedback?

Esta herramienta permite el control de la activación cerebral general. Esto significa que puede llegar a ser muy útil como técnica de relajación o de reducción de ansiedad. También puede ayudar a mejorar los niveles de concentración.

A pesar de todo, hay que tener presente el complejo mecanismo por el que funciona, por lo que debe ser administrado por un profesional de la Psicología. Lo ideal sería que contara con extensos conocimientos sobre el funcionamiento cerebral. Para finalizar, ¿Es eficaz el Neurofeedback? La única forma de contestar a la pregunta de forma contundente es haciéndonos otras preguntas; ¿Quién lo va a utilizar? ¿Es un profesional cualificado? ¿Que formación le avala? ¿Forma parte de una terapia más amplia? ¿Que objetivos concretos se persiguen dentro de dicha terapia?