Personalidad: qué es y cuales son los rasgos que la definen
La personalidad es uno de los elementos psicológicos más estudiados y a su vez más difíciles de definir. Entendemos por personalidad al conjunto de características que no definen. Conocer bien como es nuestra personalidad o la de los demás puede ayudarnos en nuestro crecimiento personal.
Evolución del término “personalidad”
La palabra “personalidad” proviene del término en latín “persona” término que significa “máscara que portaban los actores de teatro en la antigüedad” y posteriormente “ciudadanos jurídicamente provistos de derechos, que gozaban de honra y prestigio”.
Después en la Edad Media el termino personalidad se utiliza para describir una serie de características que determinan las tendencias comportamentales de una persona.
Qué es la personalidad
La personalidad es un constructo psicológico que refiere a un conjunto dinámico de características psíquicas de una persona. Se trata de un patrón de emociones, pensamientos y comportamiento de cada individuo que persiste a lo largo del tiempo frente a distintas situaciones. Esta característica diferencia a unos individuos de otros.
En la formación de la personalidad intervienen tanto la base biológica (temperamento) como las influencias ambientales (carácter). Estos dos conceptos son de vital importancia en el ámbito de la personalidad.
“El que sabe conocerse a sí mismo es dueño de sí”. Pierre De Ronsard
Definición de personalidad
A lo largo de la historia el término personalidad ha recibido numerosas definiciones, destacando más las siguientes:
- La personalidad es la suma total de los patrones de conductas actuales o potencial de un organismo, en tanto que determinados por la herencia y el ambiente, y que se originan y se desarrollan mediante temperamento y constitución (Eysenck).
- Una estructura mental que se obtiene de la observación coherente de un determinado comportamiento; se compone de rasgos únicos (individuales) y comunes (poseídos por todos los que conviven ciertas experiencias) (Catell).
- La personalidad es el patrón de pensamientos, sentimientos y conducta que presenta una persona y que persiste a lo largo de toda su vida, en diferentes situaciones (Freud).
- La personalidad son características psicológicas y distintivas de una persona que conducen a respuestas a su ambiente relativamente consistente y permanente (Kotler).
- Diferencia individual que constituye a cada persona y la distingue de otra (RAE).
Aspectos de personalidad
Como indicamos anteriormente al explicar lo que es personalidad, nos referíamos a que la personalidad tiene elementos de origen hereditario y ambiental. Estos aspectos son: temperamento, carácter, inteligencia y roles sociales.
El temperamento es la dimensión biológica y por tanto heredable de la personalidad que se manifiesta desde edades tempranas.
Se distinguen aspectos estáticos y dinámicos: los primeros se refieren la morfología, mientras que los segundos hacen alusión a la fisiología.
El carácter es un componente aprendido de la personalidad. Diferenciándose con temperamento, el carácter está en función de los valores de cada sociedad, de su sistema educativo y cómo son transmitidos. Incluye valores (componentes afectivos y cognitivos) y componentes motivacionales y comportamentales. Aparece como consecuencia de las experiencias que vivimos, que influyen en nuestra forma de ser modulando las predisposiciones y tendencias biológicas, es decir, temperamentales.
La niñez y adolescencia son etapas muy importantes en la formación del carácter, tanto positiva como negativamente.
Todas las teorías del carácter tienen en común la idea de que no se manifiesta de forma total y definitiva en la infancia, sino que pasa por distintas fases hasta alcanzar su completa expresión al final de la adolescencia
-La inteligencia, no entendiendo la inteligencia como coeficiente intelectual, sino como elementos relacionados con el aprendizaje, la adaptación a situaciones nuevas, la solución de problemas el proponerse fines, la capacidad de valoración y autocrítica.
Es una forma de interactuar con el mundo, y engloba habilidades: control de los impulsos, la autoconciencia, la motivación, el entusiasmo, la perseverancia, la empatía, la agilidad mental, etc.
-Roles sociales: es el conjunto de valoraciones que tiene una persona por desempeñar un puesto independientemente del valor de la persona.
Entendemos por rol como función o papel que cumple una persona en un contexto determinado (familiar, amistades, laboral…).
Características de personalidad
“A veces, ante la mala manera de ser de los otros, uno se siente orgulloso de ser uno mismo y no otro”. André Maurois.
A pesar de las distintas definiciones de personalidad, podemos destacar una serie de características en la personalidad, que serían las siguientes:
- Consistente: la personalidad es un rasgo distintivo de cada persona este relativamente establece a lo largo del tiempo, incluye en su comportamiento.
- Identificativa: porque la personalidad permite identificar a cada individuo como ser único. Por ejemplo, no actuamos igual en diferentes situaciones. La conducta y el pensamiento son característicos de cada individuo, y que en ellos se refleja su adaptación al ambiente, a la vez que son formas de acción sobre él.
- Evolutivo: aunque se trate unas características consistentes, puede variar a largo plazo por la interacción con el medio.
- Es algo interno, no de apariencia externa: Es decir, no existen determinados rasgos físicos que determinen que una persona piensa o actúe en una manera determinada.
- Que no es exclusivamente mental, sino que exige una combinación en el funcionamiento de mente y cuerpo. Recordemos la frase: Mens sāna in corpore sānō (Mente Sana en cuerpo sano).
- Previsibilidad: Sobre cómo actuará y cómo reaccionará una persona bajo diversas circunstancias.
Estudios sobre la personalidad
Dentro de los estudios que se han centrado en los aspectos que determinan la personalidad, uno de los más destacados ha sido el Modelo de los cinco grandes (Big Five) que estudia la personalidad en base a cinco dimensiones:
- Apertura a la experiencia: grado en que la persona busca nuevas experiencias personales y visualiza de manera creativa su futuro. La dimensión opuesta sería la Evitación de la experiencia.
- Responsabilidad: grado en el que una persona está centrado en sus objetivos y de todo lo que pone en práctica para conseguirlos.
- Extraversión: grado en el que una persona se muestra abierta con lo demás y canaliza adecuadamente su energía en contextos sociales. Es decir, evalúa como una persona se siente al estar rodeada y la manera en que expresa con los demás.
- Amabilidad: grado en que la persona se muestra respetuosa, tolerante y tranquila. Definiría a una persona que confía en la honestidad de las demás personas, con vocación a ayudar y asistir a quien lo necesite.
- Estabilidad emocional: grado en qué una persona afronta exitosamente las situaciones complicadas de su día a día en diferentes ámbitos.
Otro de los modelos destacados es el Modelo de los 16 factores de Catell. Catell desarrolla un modelo que abarca 16 factores de personalidad, considerándola como un conjunto de rasgos que define a la persona con un carácter predictivo sobre su conducta.
El objetivo de Catell era encontrar una serie de rasgos que resumiese las características de personalidad de todas las personas y dentro de estos rasgos establecer una clasificación.
Estos 16 factores son:
- Afectividad: grado en que la persona establece contacto con otros individuos.
- Razonamiento: mide la capacidad intelectual según predomine el pensamiento abstracto o el pensamiento concreto.
- Estabilidad: evalúa la estabilidad emocional de la persona y a la manera en que se adapta al ambiente que le rodea.
- Dominancia: mide el grado dominancia o sumisión que presenta un individuo en sus relaciones sociales.
- Impulsividad: nivel de entusiasmo y espontaneidad en contextos sociales.
- Conformidad grupal: mide aceptación de los valores morales.
- Atrevimiento: evalúa la reactividad del sistema nervioso según la dominancia del sistema nervioso simpático o parasimpático.
- Sensibilidad: mide el predominio de los sentimientos frente al pensamiento racional.
- Suspicacia: evalúa el nivel de confianza o desconfianza que un individuo tiene hacia los demás.
- Imaginación: mide la capacidad de abstracción del individuo.
- Astucia: evalúa la capacidad de analizar la realidad de forma exhaustiva y describe en qué grado las personas se ocultan, mostrando sólo aquellos rasgos que generen las respuestas que desean obtener de los demás.
- Culpabilidad: evalúa la capacidad de una persona de responsabilizarse de sus actos.
- Rebeldía: mide la predisposición hacia el cambio y la apertura mental.
- Autosuficiencia: mide el grado de dependencia o independencia personal.
- Autocontrol: mide el autocontrol emocional y comportamental.
- Tensión: mide el nivel de tensión o ansiedad nerviosa del sujeto.
Personalidad positiva y personalidad madura
Se define como personalidad positiva la capacidad de afrontamiento positivo de los eventos estresantes de la vida, dándole significado y ajustándose a las demandas ambientales y expectativas personales.
Este concepto es muy importante ya que habla de una visión más activa de la personalidad. Es la capacidad de cada persona para intervenir modificando su contexto en la medida que puedan.
Es importante mantener la sensación de control sobre el ambiente, visión que le permitirá aprender de todo tipo de experiencias, aunque sean a priori negativas, para obtener mejores resultados en el futuro.
Respecto a la personalidad madura, la meta del desarrollo de la personalidad es lograr la madurez en sí misma. Un individuo con personalidad madura presenta las siguientes características:
- Estabilidad emocional: capacidad de la persona para reaccionar ante los distintos estímulos de forma estable y autónoma determinada no por impulsos.
- Conocimiento de sí mismo: conocimiento de las capacidades, cualidades y valores que posee uno mismo (deficiencias, debilidades y tendencias de acción). De esta manera, la persona podrá tomar decisiones adecuadas
- Capacidad de autoevaluación: El individuo maduro se juzga a sí mismo y reconoce cuándo actúa bien o mal, que aspectos positivos y negativos posee. La autoevaluación permite estar en una actitud de cambio y superación.
- Capacidad de decisión: esta característica proporciona a la persona una mayor autonomía para decidir por sí mismo. Esto implicaría no consultar a otros o no buscar otras opiniones.
- Capacidad de aceptar riesgos y responsabilidades un individuo con personalidad madura acepta responsabilidades y se arriesga para emprender tareas y acciones.
- Autonomía del yo: consiste en actuar tal como es y de acuerdo con sus criterios, valores y conciencia.
Tenemos que destacar de nuevo que la personalidad tiene dos elementos muy importantes, que son ambiente y genética. La genética no la podemos elegir, pero el ambiente ¿tenemos la capacidad de transformarlo en nuestro beneficio? ¿podemos madurar a través de las experiencias?
La respuesta es definitivamente si. Se recomiendan la gran mayoría de los procesos terapéuticos, visualizados como un camino de transformación y crecimiento personal.
Conclusiones
Existen varios conceptos de personalidad tenemos que entender que es un proceso activo. Como activo entendemos que se va definiendo y desarrollando a lo largo de la vida de una persona.
No existe un tipo de personalidad que sea mejor o peor, sino que cada una de ellas tiene sus fortalezas y sus debilidades, por lo que la clave es el equilibro entre todas.
¿Cómo cambia la personalidad con los años? Si miramos atrás nos podemos dar cuenta alguna de las cosas que nos han dejado de interesar y cuántas otras muchas hemos acogido con interés.
La personalidad cambia y lo hace en base a las experiencias que vamos viviendo y la manera en la que interpretamos estas situaciones.
“Hay dos formas de difundir la luz. Ser la lámpara que la emite o ser el espejo que la refleja”. Lin Yutang