Qué es la musicofilia: ¿Un accidente puede darte talento para la música?
El famoso neurólogo Oliver Sacks, nos cuenta en su libro Musicofilia, los casos de algunos pacientes que tras padecer una alteración cerebral han desarrollado una fuerte pasión por la música (musicofilia). Antes de contar el curioso caso de Tony Cicoria, me gustaría remitirme a un viejo chiste:
-Doctor, dígame la verdad, ¿cuando me recupere de este accidente podré tocar el piano?
-Claro, esté usted tranquilo.
-¡Genial! ¡Antes no podía!
Todos hemos oído esta gracia alguna vez, pero lo que no podíamos imaginarnos es que esto podría no ser sólo un chiste y haber pasado de verdad. Sé que de primeras puede sonar absurdo, pero Tony Cicoria pasó por esto en la vida real.
En una tarde lluviosa de 1994, Tony se acercó a una cabina de teléfono para llamar a su madre. Hoy sigue recordando lo que pasó con perfecta claridad: «Estaba hablando por teléfono con mi madre. Estaba chispeando y se oían truenos a lo lejos. Mi madre colgó. Yo tendría el teléfono a unos 30 centímetros cuando sufrí la descarga. Recuerdo un fogonazo de luz que salía de la cabina y me dio en la cara. Lo siguiente que recuerdo es que salí despedido hacia atrás».
Tony recibió el impacto de un rayo y logró sobrevivir de milagro. Después de esto fue examinado por un cardiólogo y sólo le diagnosticó una parada cardíaca breve. Tony también experimentó perdidas de memoria durante un tiempo, pero se acabo recuperando con normalidad. Lo que no podía imaginar es que este incidente iba a tener unas consecuencias mucho más inusuales.
«De repente, en dos o tres días, me entraron unas ganas irrefrenables de escuchar música de piano».
Después de escuchar todo tipo de canciones para piano, «Tenía el deseo de tocarlas. Pedí todas las partituras. Justo entonces, una de nuestras niñeras preguntó si podía dejar su piano en nuestra casa, de modo que en el preciso instante en que a mí se me antojó, apareció uno, un pequeño piano de pared. Era perfecto para mí. Apenas podía leer las partituras, apenas sabía tocar, pero empecé a aprender yo solo».
Tony empezó a desarrollar un gran talento para el piano, y conforme pasaba el tiempo, empezó a sentir que le venía la inspiración para componer sus propias canciones, hasta el punto de llegar a experimentar una gran musicofilia. «Era una lucha terrible. Me levantaba a las cuatro de la mañana y tocaba hasta que me iba a trabajar, y cuando volvía a casa del trabajo, me pasaba toda la tarde en el piano. Mi mujer no estaba nada contenta. Yo estaba poseído».
En el momento de su accidente, Tony tuvo la sensación de estar fuera de su cuerpo durante un momento, además de ver una luz blanca y azul. Estos fenómenos pueden tener cierta base neurológica, ya que en una situación de peligro tan extrema como esa, es natural sentir una gran bajada de presión en la sangre y del riego cerebral, con una parada cardíaca también puede faltar oxígeno en el cerebro. En estos casos es probable pasar por un intenso despertar emocional y por un incremento de neurotransmisores inducido por el miedo o el éxtasis.
Por el momento, no sabemos mucho de las reacciones neuronales que se producen en estas experiencias, pero pueden llegar a causar alteraciones emocionales y conductuales muy intensas, ya que implican todas las partes emocionales del cerebro. Puede que la nueva sensibilidad de Tony para la música se deba a un despertar emocional de su cerebro. Aunque no se sepa mucho más sobre su caso, él no quiere seguir investigándolo. Sea cuál sea el origen de la música, para él ha sido una bendición.