Un estudio demuestra que, a los 15 meses, los bebés pueden aprender palabras sin ver los objetos

Un estudio pionero de la Universidad Northwestern (Estados Unidos) y la Universidad de Harvard (Estados Unidos) revela que los bebés de tan solo 15 meses pueden empezar a comprender el significado de palabras completamente nuevas, incluso cuando los objetos a los que se refieren esas palabras no son visibles. Los resultados muestran que los bebés son capaces de extraer significado del contexto de las conversaciones de los adultos, formando representaciones mentales de elementos invisibles basándose únicamente en el lenguaje. Esta capacidad temprana para inferir significado sin experiencia visual directa marca un hito importante en el desarrollo cognitivo y del lenguaje, y desafía las suposiciones tradicionales sobre cómo y cuándo los niños comienzan a comprender el mundo a través de las palabras.

Un estudio demuestra que, a los 15 meses, los bebés pueden aprender palabras sin ver los objetos. Imagen de Pexels

Cómo aprenden los bebés las palabras que designan cosas que no pueden ver

La investigación detrás del descubrimiento

Según ScienceDaily, un equipo de psicólogos del desarrollo de la Universidad Northwestern y la Universidad de Harvard ha aportado nuevas y convincentes pruebas sobre las extraordinarias capacidades de los bebés para aprender el lenguaje. El estudio, publicado en PLOS ONE el 23 de abril de 2025 (https://doi.org/10.1371/journal.pone.0321775), fue dirigido por Sandra Waxman, profesora de Psicología Louis W. Menk y directora del Centro de Desarrollo Infantil y Juvenil de Northwestern, y coescrito por Elena Luchkina, antigua becaria postdoctoral de Northwestern que ahora trabaja en Harvard.

Los investigadores diseñaron un novedoso experimento dividido en tres partes para comprobar la capacidad de los bebés para formar una «idea general» mental del significado de una palabra nueva, incluso cuando el objeto al que se refería estaba oculto. Participaron un total de 134 bebés: 67 de 12 meses y 67 de 15 meses.

Los investigadores mostraron primero a los bebés palabras familiares junto con imágenes de objetos conocidos, como «plátano» o «manzana», para establecer una base de referencia. A continuación, introdujeron una palabra completamente nueva, por ejemplo, «kumquat», pero sin mostrar el objeto al que se refería. En su lugar, mencionaron la palabra mientras el objeto relacionado permanecía oculto, simulando así la forma en que los bebés suelen escuchar palabras desconocidas en las conversaciones cotidianas sin ver el objeto en cuestión.

En la parte final de la tarea, se mostraron a los bebés dos objetos desconocidos uno al lado del otro: uno era un kumquat (una fruta pequeña parecida a una naranja) y el otro era algo que no tenía relación, como un batidor. Los investigadores preguntaron: «¿Dónde está el kumquat?», y observaron hacia dónde miraban los bebés. Descubrieron que los bebés de 15 meses pasaban más tiempo mirando la fruta que el batidor, lo que sugiere que habían relacionado la nueva palabra con el objeto probable basándose en el contexto. Por su parte, los bebés de 12 meses no mostraron una preferencia clara, lo que apunta a un salto evolutivo que suele producirse entre los 12 y los 15 meses.

Lo que hace único a este estudio: ir más allá de las asociaciones directas entre palabras y objetos

Los estudios previos sobre la adquisición del lenguaje en los bebés se centraban principalmente en situaciones en las que se introducía una palabra nueva junto con un objeto visible. Estos escenarios tradicionales de «correspondencia entre palabras y objetos», en los que un padre señala y dice «¡Mira, un perro!», han moldeado nuestra comprensión de cómo los bebés aprenden vocabulario.

Este nuevo estudio rompe con esa convención. Se pregunta: ¿qué ocurre cuando los bebés oyen una palabra nueva, pero no ven el objeto que describe?

La innovación consiste en demostrar que los bebés pueden aprender sin experiencia visual directa. Al aislar únicamente el contexto lingüístico, sin señales físicas, los investigadores crearon un entorno de aprendizaje más realista y cotidiano. Al fin y al cabo, en la vida real, las personas mencionan con frecuencia objetos que no están presentes de forma inmediata.

Esto convierte al estudio en uno de los primeros en investigar directamente cómo los bebés construyen significado a partir del lenguaje puro.

Principales conclusiones del estudio

1. Los bebés de 15 meses pueden identificar objetos que no ven a través del contexto lingüístico

Los bebés de este grupo de edad miraban más tiempo el objeto que más probablemente asociaban con una palabra nueva que habían oído anteriormente, incluso si no habían visto el objeto en ese momento.

Ejemplo: Un padre dice: «Hoy he comprado kumquats, son como naranjas», mientras la fruta aún está en la bolsa de la compra. Más tarde, cuando el bebé ve dos objetos desconocidos, es más probable que reconozca el kumquat basándose en lo que se ha dicho anteriormente.

2. Los niños de 12 meses aún no mostraban esta capacidad

Los niños de un año no mostraron una preferencia constante, lo que sugiere que sus sistemas lingüísticos podrían no ser aún lo suficientemente sólidos como para inferir el significado a partir de señales lingüísticas abstractas.

Ejemplo: Un niño de 12 meses que escucha la palabra «kumquat» en una conversación probablemente no la asociará con nada específico hasta que vea la fruta.

3. Los bebés construyen una «idea general» del significado de las palabras

Los investigadores concluyeron que los bebés no necesitan conocimientos detallados: incluso una categoría general, como «fruta», es suficiente para guiarlos más adelante.

Ejemplo: Aunque el bebé no sepa qué es un kumquat, puede que espere que sea algo comestible o redondo basándose en el contexto de la conversación.

4. El lenguaje por sí solo puede impulsar el aprendizaje antes del reconocimiento de objetos

El estudio demostró que el simple hecho de estar expuesto a un idioma puede crear marcadores mentales para los conceptos.

Ejemplo: Oír hablar de un «ornitorrinco» en un libro de cuentos antes de verlo puede permitir que un bebé lo distinga más adelante de otros animales desconocidos.

5. El cerebro de los bebés está preparado para el aprendizaje contextual mucho antes de lo que se pensaba

Esto retrasa el plazo previsto para que los bebés empiecen a relacionar palabras y significados basándose en experiencias indirectas.

Ejemplo: Cuando los adultos charlan casualmente cerca de los bebés, incluso esas conversaciones aparentemente irrelevantes pueden influir en la forma en que los bebés aprenden sobre el mundo.

¿Qué significa esto para el desarrollo cognitivo? El lenguaje como catalizador cognitivo

Este estudio ilustra un hito clave en el desarrollo cognitivo: la capacidad de crear representaciones mentales simbólicas de cosas que no son inmediatamente visibles. Demuestra que, a los 15 meses, los bebés ya están superando el simple aprendizaje de estímulo-respuesta y participando en un razonamiento más abstracto y deductivo.

Estas habilidades son fundamentales para el pensamiento de orden superior. Formar una representación mental de un objeto invisible implica memoria, atención, categorización y razonamiento predictivo, todos ellos componentes básicos del desarrollo cognitivo.

También demuestra que los bebés no son oyentes pasivos. Por el contrario, sus cerebros construyen activamente conocimientos a partir del lenguaje que escuchan, incluso cuando no hay un referente físico. Esto apunta a una integración temprana de las habilidades lingüísticas y conceptuales, allanando el camino para formas más complejas de razonamiento, imaginación y resolución de problemas en etapas posteriores de la vida.

Por qué es importante: nuevas pistas para el aprendizaje temprano, el diagnóstico y la educación

Los resultados de este estudio ofrecen algo más que una simple visión de cómo los bebés adquieren el lenguaje: podrían dar forma a prácticas reales en los campos de la ciencia, la medicina y la educación.

En la investigación sobre el desarrollo, el descubrimiento de que los bebés forman conceptos abstractos solo a través del lenguaje amplía los límites de lo que antes se creía posible en la cognición temprana. Esto desafía las hipótesis tradicionales de que la experiencia visual directa es necesaria para el aprendizaje de las palabras y abre nuevas vías para estudiar cómo se desarrolla el pensamiento simbólico.

Para los educadores y cuidadores, las implicaciones son igualmente significativas. Los resultados sugieren que incluso los niños muy pequeños se benefician de entornos verbales ricos. Hablar con los bebés, incluso cuando aún no hablan, se convierte no solo en una actividad que fomenta el vínculo afectivo, sino en una base fundamental para desarrollar las habilidades lingüísticas y cognitivas futuras. La hora del cuento, las conversaciones cotidianas y la exposición a un lenguaje descriptivo pueden acelerar el desarrollo cognitivo mucho antes de que los niños empiecen la escuela.

En el ámbito sanitario, la investigación podría ayudar a mejorar las herramientas de detección precoz de retrasos en el lenguaje o trastornos del desarrollo. Si un niño de 15 meses tiene dificultades para responder al contexto lingüístico, esto podría servir como señal de alerta temprana, lo que permitiría una intervención y un apoyo más rápidos.

Desde una perspectiva social, el estudio refuerza la importancia del acceso equitativo a entornos ricos en lenguaje, especialmente en comunidades con pocos recursos. Las iniciativas que fomentan la lectura y la conversación con los bebés podrían desempeñar un papel fundamental en la reducción de las disparidades en el desarrollo.

En general, este trabajo destaca el extraordinario poder del lenguaje cotidiano en la formación de la mente de un niño, incluso cuando el objeto de la discusión no está presente.

Conclusión final: reflexionar sobre cómo y cuándo los bebés comienzan a comprender el lenguaje

Este estudio marca un punto de inflexión en la forma en que tanto los investigadores como los padres entienden las primeras etapas del desarrollo del lenguaje. Al demostrar que los bebés de 15 meses pueden utilizar únicamente el contexto para comprender el significado de las palabras, incluso cuando los objetos están fuera de su campo de visión, los científicos han descubierto una nueva y poderosa dimensión del aprendizaje temprano.

Esto revela que los bebés no solo reaccionan a lo que ven, sino que procesan constantemente lo que oyen y crean modelos mentales del mundo a través del lenguaje mucho antes de poder expresarse. Esta idea redefine el significado de «hablar con tu bebé»: no es solo comunicación, es educación temprana.

Para los padres que sienten curiosidad por saber cómo está progresando su hijo, herramientas como la aplicación BabyBright de CogniFit pueden ayudar a comprobar si el desarrollo se ajusta a la edad del niño, lo que ofrece una forma sencilla de mantenerse involucrados y atentos durante los primeros años de crecimiento. Aunque los bebés absorben y procesan más de lo que solemos pensar, disponer de un recurso que refleje los hitos adecuados para cada edad puede ayudar a los cuidadores a fomentar el aprendizaje temprano a través de la interacción diaria, el lenguaje y el juego.

Básicamente, el estudio confirma una verdad esperanzadora: los bebés entienden más de lo que creemos. Cada palabra que se pronuncia a su alrededor tiene el potencial de moldear su forma de percibir, recordar y aprender, incluso antes de que pronuncien su primera palabra.

La información en este artículo se proporciona únicamente con fines informativos y no constituye asesoramiento médico. Para obtener asesoramiento médico, consulta a tu médico.