Tipos de atención: Descubre cómo nuestro cerebro capta la atención
La atención es clave para el funcionamiento óptimo de las personas, facilitando la discriminación entre los estímulos y eventos relevantes e irrelevantes. Por tanto, la atención es una pieza fundamental en el ser humano. Te lo contamos todo a continuación ¿Qué es la atención? ¿Qué tipos hay? Sigue leyendo este post.
¿Qué es la atención?
La atención podría definirse como la capacidad de generar, seleccionar, dirigir y mantener un nivel de activación adecuado para procesar la información relevante. Dicho de otra forma, la atención es un proceso que tiene lugar a nivel cognitivo y que permite orientarnos hacia aquellos estímulos que son más importantes, ignorando los que no lo son para actuar en consecuencia.
Siempre que hablamos de alguien distraído o que simplemente no nos escucha, decimos que no está prestando atención. La pregunta es la siguiente: ¿Se puede vivir sin atención?
En la actualidad los trastornos de atención están de moda. No deberíamos asombrarnos, vivimos en una sociedad que demanda el procesamiento constante de un sinfín de estímulos. Publicidad, tareas simultáneas y dispositivos tecnológicos, son ejemplo de los elementos que captan nuestra atención en todo momento.
Más allá de eso, la atención es un proceso cognitivo de base cerebral y por ende una persona no carece de atención por ser distraído, simplemente la está poniendo en otro sitio.
¿Qué tipos de atención hay?
Hay diferentes criterios que se utilizan para clasificar la atención. En este caso nos vamos a guiar por los criterios de clasificación establecidos por la psicóloga Soledad Ballesteros (2000), la cual establece los siguientes tipos de atención:
Tipos de atención según el origen y naturaleza de los estímulos:
- Atención interna: es la capacidad que tenemos para atender a nuestros propios procesos mentales, es decir, cuando una persona presta atención a sus eventos internos, a lo que ocurre dentro de él, aquella que está desligada del entorno.
Por ejemplo, cuando prestamos atención a los latidos de nuestro corazón, como recordar un sueño y reflexionar sobre este o cuando prestamos atención a nuestra respiración.
- Atención externa: se refiere a aquella atención que es captada por cualquier estímulo u objeto externo, es decir, las condiciones inherentes a los estímulos que nos afectan como: el ruido, los movimientos, los cambios, entre otros.
Por ejemplo, cuando prestamos atención a un la alarma de un reloj, los sonidos de la circulación vehicular, cuando el individuo va manejando o escuchamos la sirena de la policía o la ambulancia.
Tipos de atención según la actitud del sujeto:
- Atención voluntaria: ocurre cuando el individuo hace un esfuerzo continuo y consciente para dirigir la atención, es decir, es la capacidad de concentrarse en un estímulo de manera voluntaria. Este tipo de atención es adquirida desde la niñez, ya que está ligada al proceso de aprendizaje de cada individuo.
Por ejemplo: cuando nos hablan en clase y decidimos prestar atención a lo que se nos está diciendo o atender cuando alguien nos está enseñando a hacer algo.
- Atención involuntaria: en este caso la persona no hace un esfuerzo consciente y activo, sino que es el estímulo tanto interno como externo lo que dirige la atención. Se caracteriza por ser emocional y pasiva, ya que esta atención no está vinculada directamente con las necesidades o intereses del individuo.
Por ejemplo, el ruido de un petardo, un dolor de cabeza o voltear hacia el lugar donde se genera un sonido estrepitoso.
Según las manifestaciones motoras y fisiológicas:
- Atención abierta: este tipo de atención es la que está acompañada por una serie de respuestas motoras y fisiológicas. Consiste en los movimientos realizados con la cabeza, los gestos o posturas que tenga el individuo.
Por ejemplo: cuando alguien nos habla y estamos de frente atendiendo tanto a su lenguaje verbal como no verbal.
- Atención encubierta: es donde el foco atencional y el receptor no están asociados, es decir, cuando un individuo hace creer que está viendo la televisión cuando en realidad está escuchando una conversación sin que los protagonistas lo noten.
Por ejemplo: espiar a alguien detrás de la puerta sin que las personas que tienen la conversación lo sepan.
Según el interés del sujeto:
- Atención selectiva: es la habilidad para quitar el efecto de las distracciones que carecen de importancia para la tarea manteniendo la concentración en el estímulo verdaderamente relevante. Es decir, poder eliminar y prescindir de lo que no es ni útil ni necesario. Para ello es necesario un alto nivel de alerta y activación. Cuando una persona se encuentra muy cansada por tener un estado de alerta prolongado, ya no puede ignorar el resto de estímulos con la misma efectividad, siendo más «vulnerable» a los distractores.
Por ejemplo: cuando tienes una estantería llena de zapatos, y que, ya que vas a correr con unos amigos, necesitas las zapatillas de “running”. Al tener que buscar el calzado que has de ponerte, esta tarea requiere de atención selectiva, por lo que centras tu atención en las ‘bambas’ para encontrarlas y usarlas.
- Atención dividida: es la capacidad para atender a diferentes estímulos al mismo tiempo sin cometer errores en la ejecución. Nuestra cerebro es tan increíble que nos permite hacer dos tareas al mismo tiempo. Ahora, si bien estas tareas no pueden ser tan demandantes, es necesario dividir los recursos atencionales para poder tener un buen rendimiento en las dos. Esta capacidad es limitada, ya que a medida que dos fuentes de información simultaneas aumentan su demanda, se deteriora la respuesta.
Por ejemplo, cuando necesitamos escribir y a la vez escuchar, mirar e intercambiar con un profesor o cuando estamos conduciendo y a la misma vez estamos hablando con el copiloto.
Según el número de tareas:
- Atención sostenida: consiste en mantener la atención en un estímulo durante períodos largos. Esta clase de atención requiere de mucha concentración para poder llevar a cabo una determinada actividad. Es la capacidad de mantener una atención focalizada por un período de tiempo largo. Este tipo de atención también se llama vigilancia
Por ejemplo: en la vida cotidiana donde ponemos en marcha nuestra atención sostenida es la lectura, una actividad que requiere una respuesta continua ante un estímulo concreto, el texto, así como el procesamiento la de información recibida que nos permite comprender lo que estamos leyendo.
- Atención alternada: es la habilidad de cambiar la atención entre estímulos que requieren respuestas diferentes, es decir, el cerebro se adapta instantáneamente a las actividades que tiene un nivel de conocimiento o comprensión diferente
Por ejemplo: cuando hay dos tareas que no podemos realizar a la vez y en la que debemos alternar entre una y otra, como por ejemplo, leer un texto y hablar con alguien.
La atención es una capacidad cognitiva que permite atender tanto a los estímulos ambientales como a los estados internos de cada uno, siendo un gran número los estímulos y eventos que solicitan nuestros recursos atencionales al mismo tiempo. Esta capacidad cognitiva es limitada y además, con el paso de los años, el estrés o determinadas patologías, entre otras causas, puede deteriorarse. Para hacer frente a estas dificultades y para atender a los estímulos relevantes del entorno existen diferentes estrategias que permiten entrenarla como, por ejemplo, la estimulación cognitiva, que hoy en día ya forma parte de las rutinas diarias de un alto porcentaje de la población. Nuevas tecnologías de estimulación, se están actualmente utilizando para mejorar la atención sostenida, pero también la memoria de trabajo y la velocidad de procesamiento.
Actualmente existen talleres de estimulación cognitiva orientados a profesionales en los que se aprenden las diferentes actividades y ejercicios de estimulación cognitiva y cómo llevarlas a cabo. La atención es otro proceso cognitivo igual de importante que cualquier otro, por eso ¡No nos podemos olvidar de entrenar nuestra atención!