Cómo detectar mentiras ¿Se pilla antes a un mentiroso que a un cojo?
¿Se pilla antes a un mentiroso que a un cojo? Los estudios demuestran que somos terribles para detectar mentiras, aunque siempre podemos mejorar. Las claves para cazar a un mentiroso son centrarse en sus gestos y en sus expresiones faciales. ¿Coinciden con aquello que nos están diciendo? El psicólogo Paul Ekman, experto en el estudio de las emociones, nos recomienda centrarnos en la comunicación no verbal para evitar que nos den gato por liebre. Así que ya sabes, la próxima vez que alguien te haga desconfiar, ¡Mira más y escucha menos!.
«La boca puede mentir, pero la mueca que se hace en ese momento revela, sin embargo, la verdad».
Friedrich Nietzsche
¿Qué es la mentira?
Mentir es un acto muy humano, y habitual en nuestra vida diaria. Los padres mienten a los hijos, los hijos a los padres, el vendedor miente al comprador y el comprador al vendedor. ¡Nadie está a salvo!, pues ¡todos hemos engañado en más de una ocasión!
Mentir se puede definir como faltar a la verdad. Lo que en póker llamamos echarse un farol.
Cuando somos pequeños nos repiten una y otra vez los peligros de decir mentiras: «Como sigas mintiendo, te crecerá la nariz como a Pinocho». Habitualmente, mentir no está bien visto. Pero hay mentiras de todo tipo.
Los principales tipos de mentiras son:
Las mentiras crueles y malintencionadas: Son las peores y solo causan dolor a los demás. No siempre son conscientes.
Los autoengaños: Nos mentimos a nosotros mismos: «Mañana dejaré de fumar» o «No comeré más pasteles» son algunos ejemplos.
Las mentiras patológicas: El mentiroso patológico no puede evitar engañar una y otra vez de manera compulsiva. Necesita tratamiento pues es un trastorno psicológico.
Las mentiras piadosas: Mentiras que evitan que hiramos los sentimientos de otros. A veces son muy útiles para salir de situaciones comprometidas.
Las mentirijillas: Pequeños engaños sin demasiada importancia.
Las humanitarias y altruistas: Solo buscan el bien de los demás.
¿Por qué mentimos?
Nuestras mentiras suelen ser un reflejo de lo que nos contamos a nosotros mismos. Solemos mentir por miedo, por vergüenza o culpabilidad…
1. Podemos mentir para no herir o dañar a otro
“Te queda genial ese vestido que te has comprado. Es muy bonito»
2. Mentimos para no resultar maleducados
«Me quedaría más tiempo, pero me esperan en casa a las diez»
3. Mentimos para no ser juzgados negativamente por alguien que nos importa
“He sacado un 5 en matemáticas. ¡Por los pelos!»
4. Podemos mentir por miedo al rechazo
“La verdad es que me encanta el fútbol”
5. Mentimos por el miedo a que dirán
«Voy a decir que tengo menos años o que sé conducir. Por si las moscas»
6. Algunas veces decimos mentiras por miedo al castigo o a las represalias
«Mejor decir que hice los deberes. Si no me castigarán sin salir»
Aunque es cierto, que en algunos casos, mentir puede generarnos algún placer o beneficio oculto. Los psicópatas son los únicos que no sienten culpa ni vergüenza por mentir a los demás. En cualquier caso, ¿Sabrías detectar a un psicópata?
Según el psicólogo Paul Ekman, hay dos formas de mentir:
Las mentiras «lights» consisten en ocultar la información que no quieres que se sepa.
Las mentiras más graves que incluyen el falseamiento: se dan cuando te inventas una historia fantástica y la cuentas como si fuera cierta.
Todos preferimos ocultar antes que falsear. Nos parece más discreto hacernos los locos. Es fácil y se nos da mejor. No nos hace sentimos tan culpables y siempre podemos disimular diciendo que tenemos memoria de pez. Pero, cuando ocultar no es suficiente, tenemos que inventar historias fantásticas. ¡Solo aptas para expertos con altas dosis de memoria!. ¡A menudo combinamos ambas formas de engaño!
¿Cómo podemos detectar las mentiras?
Ya sabemos que no nos crecerá la nariz como a Pinocho. Pero, ¿Hay pistas para detectar mentiras? Nuestras expresiones faciales, los movimientos corporales, el tono de nuestra voz o su volumen, nos delatan. Aprende comunicar con tu lenguaje corporal.
Cuando una situación puede ser interpretada de varias formas, el psicólogo Albert Mehrabian encontró que solo atribuimos el 7% a la información a las palabras, el 38% a la voz y el 55% a los gestos y posturas del sospechoso.
Los signos de engaño son algo muy propio de cada uno, por eso suele ser más fácil detectar mentiras en alguien que conocemos bien, pues ya sabemos cuál es su conducta habitual, conocemos el sonido de su voz y sus gestos típicos. ¡Cualquier cambio puede resultar sospechoso!
«- ¿Y como puede usted saber que he dicho una mentira?
– Mi querido niño, las mentiras se descubren enseguida, porque son de dos clases: hay mentiras con patas cortas y mentiras con narices largas. La tuya es una de esas de nariz larga«. El Pinocchio de Collodi, 1882
Simular una emoción puede ayudar al mentiroso a disimular la verdadera. Habitualmente se utiliza la sonrisa. Es la mejor máscara para fingir que «todo va bien». La sonrisa falsa puede detectarse porque parece que solo sonríes con la boca, pero no lo haces con los ojos. Los músculos de los párpados no se contraen igual que cuando nos reímos a carcajadas. Se dice que los ojos pueden revelar nuestros sentimientos y pensamientos más íntimos. ¡Pero incluso ellos mienten!
¿Podemos ocultar una mentira?
No siempre. Puesto que controlar los mensajes que transmitimos a los demás es muy complicado. Ekman estudió las microexpresiones, expresiones breves de la emoción que queremos ocultar que se revelan aunque no queramos durante muy pocos segundos. Gracias a su trabajo ahora podemos detectar mentiras y sentimientos ocultos detrás de cada expresión facial. ¡Y es que la cara es el espejo del alma!. The human face es un documental de la BBC que te hará descubrir cómo tu cara transmite sin necesidad de pronunciar una sola palabra. ¡Tú mismo te delatas!. La serie de televisión Lie to me es otro ejemplo de ello.
Además, los estudios que realizó con las tribus de Papúa Nueva Guinea demostraron que nuestras expresiones de miedo, de alegría o de tristeza son universales y no siempre consecuencia de la cultura a la que pertenecemos. Lo mismo que defendía C. Darwin. ¡Descubre qué son las emociones!
Algunas pistas para detectar mentiras son:
- Los mentirosos utilizan una expresión facial que dura demasiado tiempo
- Cuando alguien miente puede esperimentar un quiebro en la voz
- Los movimientos del cuerpo suelen estar fuera de lugar
- Una microexpresión puede delatar una emoción oculta
- Algún gesto no encaja demasiado con lo que decimos
- Tener un hilo de voz muy suave o una voz más aguda de lo habitual
- Cuando se miente, se suele tragar saliva a menudo
- Los mentirosos desvían la mirada
- Podríamos reconocer la mentira a través de la respiración. Cuando es demasiado profunda o superficial
- Algunas veces se presentan dudas al empezar a hablar. Ehh, bueno..pues
- Los mentirosos suelen emplear repeticiones. Yo,yo,yo… quiero, quiero decir…
- Si utiliza palabras parciales. En re-realidad
- Los gestos faciales de una persona que está mintiendo son asimétricos. Sonreír más de un lado que de otro
- Otra forma de reconocer a un mentiroso puede ser si al hablar se pone pálido o rojo como un tomate
«Aquel que tenga ojos para ver y oídos para escuchar podrá convencerse de que ningún mortal puede guardar un secreto. Si sus labios mantienen silencio, parloteará con la punta de sus dedos, la traición brota de todos sus poros» Sigmund Freud.
Parece ser que la mentira es inevitable, pero…
¿A quién no le gustan las verdades en sus relaciones?
¡Que levante la mano!