Discusiones de pareja en vacaciones ¿Cómo las evitamos?
Un tercio de las parejas rompe después de las vacaciones. ¿Por qué ocurre esto? En este artículo te explicamos las causas de las discusiones de pareja en vacaciones, como evitarlas y cómo solucionarlas.
¿Por qué discutimos más con nuestra pareja durante las vacaciones? El aumento de las peleas durante el periodo vacacional es algo muy común. En muchas ocasiones parece que, aunque las vacaciones estén destinadas al descanso terminan siendo una fuente de conflictos mayor de lo que cabría esperar.
¿Por qué hay más discusiones de pareja en vacaciones?
Durante el año la rutina y las obligaciones estructuran nuestra vida y dejan poco tiempo libre para disfrutarlo con nuestra pareja. Los desencuentros o malestares en la relación tienden a pasar a un segundo plano, no les solemos prestar tanta atención. Sin embargo, cuando llegan las vacaciones, y más si hemos planeado pasarlas fuera de nuestra ciudad habitual, nuestras rutinas cambian, pasamos a disponer de casi todo el tiempo para disfrutarlo (o no) con nuestra pareja y todos aquellos detalles que nos resultaban molestos de nuestra pareja tienden a salir a la luz.
Esta nueva situación puede desencadenar toda una serie de conflictos, desde los roces propios de la convivencia (más roces a mayor tiempo con la pareja) a la desestabilización del ánimo por no saber adaptarnos a la nueva rutina. Esto hace que las peleas de pareja aumenten durante el periodo vacacional, dejando un mal sabor de boca e, incluso, desencadenando en una ruptura de la relación.
También, las altas expectativas que nos hemos formado de nuestras vacaciones, pueden llevar con facilidad a que no se cumplan, generando resentimiento y en ocasiones culpabilizando a la pareja.
Muchas veces, si no hemos sabido resolver los conflictos que han ido surgiendo durante el año, estos se terminan enquistando y acumulando y terminan por salir a la luz durante el periodo vacacional, cuando tenemos la guardia más baja.
¿Cuáles son los motivos de discusión más frecuentes?
1. Celos
Durante las vacaciones de verano se suele estar más ligero de ropa, lo que nos provoca que miremos y admiremos en mayor medida el cuerpo de los demás. Esto puede ser una fuente de conflicto muy grande si estamos ante una pareja celosa. Es importante darse cuenta de que mirar a los demás es algo natural, y que todos inconscientemente nos comparamos con los otros. Esto no quiere decir que deseemos acostarnos con todas las personas que nos gustan físicamente.
Los celos son una muestra de inseguridad y baja autoestima, dañan la relación y debilitan la confianza en la pareja. Si estos son tan extremos que se convierten en la principal fuente de conflicto, perjudicando la relación lo mejor es consultar a un especialista.
2. Economía
Las diferencias en la gestión del dinero durante las vacaciones también puede ser una fuente de conflicto. Acordad de antemano cuánto dinero queréis gastaros, a cuantos restaurantes ir y qué tipo de actividades queréis realizar, de esta manera ya sabréis a qué ateneros.
3. Planificación del viaje
Muchas veces se dan conflictos ya desde la planificación de nuestras vacaciones. Si el peso de la planificación termina sobre uno de los miembros de la pareja es normal que se sienta cansado y frustrado. En estos casos lo mejor es repartirse las funciones de forma igualitaria.
El desequilibrio en la realización de las tareas, no solo de planificación sino de los quehaceres domésticos, también en vacaciones (si el alojamiento es una casa alquilada) puede ser también un motivo de conflictos. Ambos miembros de la pareja merecen descansar por igual, por tanto, si durante las vacaciones las responsabilidades domésticas terminan recayendo sobre una persona no es raro que aparezcan conflictos y reproches.
4. Hijos
Si nuestros hijos, sobre todo si son pequeños, nos acompañan en nuestras vacaciones el conflicto está casi asegurado. En este periodo los niños están siempre en casa y los padres pueden sentirse agobiados, aumentando la irritabilidad y las peleas. En esto casos es muy positivo encontrar algún tiempo de intimidad sin los niños. Apuntadlos a alguna actividad o campamento, de esta manera no se aburrirán y podréis disfrutar de un tiempo extra de descanso.
5. Altas expectativas de las vacaciones
El estrés acumulado durante el año facilita la creación de expectativas altísimas en nuestras vacaciones, que luego pocas veces se cumplen. Esto puede generar frustración y culpabilización de nuestra pareja.
¿Cómo evitar las peleas de pareja durante las vacaciones?
Ante todo es muy importante que haya una buena comunicación en la pareja, no recriminar y no atacar es fundamental. Ejercitar la empatía y la asertividad es fundamental. Si hay algo de nuestra pareja que nos molesta, es importante decirlo desde el respeto y no desde el enfado. Hablar desde el yo y no desde el tú, decir “yo me siento” y no “ tú haces/tu eres”. De esta manera no estamos atacando a la otra persona si no transmitiendo cómo nos sentimos.
Para mejorar el ambiente de pareja es importante no dejar de decirle a nuestra persona amada lo que nos gusta de ella. Dile cuánto le quieres y demuéstralo con acciones, haz cosas por él o ella, agradece todo lo que hace por ti, compartid risas y momentos juntos, compartid responsabilidades domésticas y estableced una buena comunicación.De esta manera crearemos relación satisfactoria, un buen clima de pareja que servirá como “colchón” para amortiguar el impacto de las discusiones.
Si lo necesitáis, dedicaos un tiempo a solas. El espacio personal en la relación es importante, y hay parejas que también necesitan disponer de él durante las vacaciones. Si es este vuestro caso, no os sintáis culpables si no queréis pasar el 100% del tiempo vacacional con la pareja.
Es importante negociar, y no dejar conflictos sin resolver. Planificad y decidid las actividades que realizareis entre los dos.
¿Qué hacer si surgen conflictos durante el periodo vacacional?
A pesar de haber evitado a toda costa que surjan los conflictos, hay veces que las discusiones son inevitables y basta un pequeño comentario irónico o acusador para que se encienda la chispa de la discusión. En estos casos es importante no responder o “entrar al trapo”. Intentaremos quitarle importancia, siempre intentando entender a nuestra pareja y preguntarnos por qué está diciendo eso. Si aun así no se resuelve, invítala a que se relaje y a hablar cuando se calme.
Si aún así la conflictividad va en aumento y parece que no hay solución posible, lo mejor es consultar a un terapeuta de pareja. Si tienes dudas acerca del profesional al que acudir puedes informarte aquí: ¿Pisicólogo, psicoterapeuta, psiquiatra, coach… a qué profesional acudir?
Ante todo hay que tener presente que las vacaciones son para disfrutar y descansar, no para complicarnos la vida, recriminar o culpar a nuestra pareja. Disfrutad de vuestro tiempo en pareja, así podréis volver con fuerzas renovadas a la rutina.