
El efecto Dunning-Kruger: por qué algunas personas se sienten expertas sin saber mucho
¿Alguna vez te has preguntado por qué algunas personas están tan seguras de sus opiniones, incluso cuando están claramente equivocadas? El efecto Dunning-Kruger muestra lo fácil que es sobreestimar lo que sabemos y por qué incluso los más inteligentes pueden caer en esta trampa. Aprende a detectar las señales y qué hacer cuando te encuentres con un «experto autoproclamado», o a reconocer esos momentos en ti mismo. Comprender este sesgo puede ayudarte a tomar mejores decisiones, evitar errores comunes de pensamiento y ser más consciente en tu vida cotidiana.

El sorprendente poder del sesgo cognitivo
¿Alguna vez has conocido a alguien que está absolutamente seguro de tener razón — sobre política, salud o incluso la mejor manera de preparar café — a pesar de carecer claramente de la experiencia o los conocimientos necesarios para respaldar sus afirmaciones?
Bienvenido al mundo del efecto Dunning-Kruger: un fascinante sesgo cognitivo que explica por qué algunas personas sobreestiman sus capacidades, a menudo sin siquiera darse cuenta.
Nota: Este tipo de sesgo cognitivo es un atajo mental normal en el pensamiento humano. No es lo mismo que las distorsiones cognitivas, que son patrones de pensamiento negativos más comunes en el ámbito clínico.
En el mundo actual, en el que la desinformación se propaga rápidamente y la confianza se confunde a menudo con la competencia, comprender el efecto Dunning-Kruger es más relevante que nunca.
¿Qué es el efecto Dunning-Kruger?
El efecto Dunning-Kruger es un sesgo cognitivo bien documentado por el cual las personas con conocimientos o habilidades limitados en un área específica tienden a sobreestimar significativamente su propia competencia. Esta calibración errónea se produce porque la misma falta de experiencia que conduce a un rendimiento deficiente también afecta a la capacidad de autoevaluarse con precisión. Como resultado, las personas que menos saben sobre un tema suelen ser las más convencidas de sus habilidades, lo que les impide ser conscientes de sus propias lagunas de conocimiento.
Descrito por primera vez en 1999 por los psicólogos David Dunning y Justin Kruger, el fenómeno se demostró en una serie de experimentos que mostraban que los participantes que obtenían malos resultados en tareas de razonamiento lógico y gramática valoraban sistemáticamente su rendimiento mucho más alto de lo que realmente era. Por el contrario, los que tenían mayor competencia eran más propensos a subestimarse a sí mismos, asumiendo que las tareas que les parecían fáciles debían serlo para todo el mundo. Este efecto no se limita al ámbito académico, sino que se observa en diversos ámbitos, como el laboral, el deportivo y la toma de decisiones cotidianas, lo que lo convierte en un concepto clave tanto en psicología como en neurociencia.
Ejemplo: Piensa en el clásico caso del «mal cantante» de un concurso de talentos que se sorprende por las críticas. Para él, su forma de cantar es tan buena como la de cualquier estrella del pop, hasta que los jueces (y el público) reaccionan de otra manera. O imagina a un jugador de ajedrez novato, convencido de que tiene «talento natural» después de ganar unas cuantas partidas contra otros principiantes, que rápidamente se da cuenta de sus limitaciones cuando juega contra un oponente experimentado.
Este efecto aparece en muchos ámbitos, desde la conducción («¡Soy mejor conductor que la media!»), pasando por las relaciones laborales, hasta las conversaciones informales entre amigos.
No olvides activar los subtítulos en español:
¿Por qué se produce el efecto Dunning-Kruger?
En esencia, el efecto Dunning-Kruger tiene que ver con la metacognición, es decir, nuestra capacidad para reflexionar sobre nuestro propio pensamiento y evaluar cuánto sabemos.
Las personas con menos experiencia suelen carecer de las habilidades necesarias para evaluarse con precisión. Como resultado, no solo cometen errores, sino que ni siquiera se dan cuenta de que los están cometiendo.
Ejemplo: Un nuevo miembro del equipo en el trabajo puede ofrecer sugerencias o criticar los procesos existentes con total confianza, sin ser consciente del contexto crucial o la historia de la empresa. Del mismo modo, en los foros online, los “expertos de internet” comparten con seguridad consejos sobre temas como nutrición, tecnología o inversiones, sin reconocer en la mayoría de los casos las lagunas en sus conocimientos.
¿Por qué ocurre esto?
La falta de experiencia dificulta reconocer la complejidad o detectar errores. Las personas tienden a compararse solo con otras que tienen conocimientos similares (limitados). Nuestro cerebro está programado para buscar la certeza y evitar la duda: es más cómodo sentirse seguro.
Consejo: Desarrollar habilidades cognitivas sólidas, como la memoria, la atención y el razonamiento, puede sentar las bases para una autoevaluación más precisa y una mayor apertura al aprendizaje. Herramientas como CogniFit están diseñadas para ayudar a entrenar estas habilidades mentales básicas, lo que favorece el desarrollo cognitivo general a medida que se crece y se aprende.
Las cuatro etapas del efecto Dunning-Kruger
Los investigadores describen cuatro etapas principales del efecto Dunning-Kruger. Comprenderlas puede ayudarte a reconocer en qué punto del camino hacia la experiencia te encuentras tú (o los demás).
1. Incompetencia inconsciente: «No sé que no sé».
En esta etapa, una persona no es consciente de su falta de conocimientos o habilidades. Irónicamente, esta ignorancia suele conducir a la mayor confianza.
Ejemplo: Alguien intenta arreglar un electrodoméstico sin experiencia previa, convencido de que «es fácil, ¿qué dificultad puede tener?». O la persona que cree que puede correr fácilmente una maratón sin entrenamiento adecuado, descartando las dificultades sobre las que advierten los corredores experimentados.
2. Incompetencia consciente: «Soy consciente de mis carencias».
Aquí, una persona empieza a darse cuenta de que no sabe tanto como pensaba. Es una fase que invita a la humildad, pero también un punto de inflexión para un crecimiento real.
Ejemplo: Tras varios intentos fallidos de reparar ese electrodoméstico, la persona admite: «Quizás debería haber visto primero un tutorial». O el aspirante a maratonista, tras su primera carrera larga, reconoce cuánta resistencia y preparación se necesitan realmente.
3. Competencia consciente: «Aprender y mejorar»
Ahora es cuando empiezan a desarrollarse las habilidades reales. La persona comprende sus límites, presta atención a los detalles y aprende activamente de los errores.
Ejemplo: Con práctica e investigación, el aficionado que antes se confiaba demasiado ahora puede realizar reparaciones básicas en su hogar y, lo que es más importante, sabe cuándo es el momento de llamar a un profesional. O pensemos en el corredor que, tras seguir un plan de entrenamiento estructurado y buscar asesoramiento, mejora constantemente su rendimiento sin perder de vista las áreas en las que puede seguir progresando.
4. Competencia inconsciente: «La experiencia parece natural»
En esta etapa, las habilidades se han arraigado tan profundamente que una persona las realiza sin esfuerzo y casi sin pensar. A veces, es posible que ni siquiera se dé cuenta de lo avanzadas que son sus habilidades, o que le resulte difícil desglosar lo que le resulta natural.
Ejemplo: Un técnico de reparación con experiencia resuelve los problemas automáticamente, a menudo omitiendo pasos que serían cruciales para un principiante. Cuando enseña a otros, puede que le cueste explicar cada acción, porque para él el proceso es obvio e instintivo. O un corredor experimentado que se mueve con una forma y un ritmo perfectos, sin pensar en cada movimiento. Si se le pregunta cómo lo hace, puede que le resulte difícil describir los detalles, porque correr bien simplemente «le resulta natural».

Cómo reconocer el efecto Dunning-Kruger en otras personas
Detectar el efecto Dunning-Kruger en acción puede ayudarte a manejar conversaciones difíciles, evitar malentendidos y fomentar un mejor trabajo en equipo.
Señales de que alguien puede estar experimentando el efecto Dunning-Kruger:
Exceso de confianza: Afirman sus opiniones con gran certeza, incluso cuando se trata de temas que no son de su especialidad. Por ejemplo, pueden debatir con seguridad sobre cuestiones médicas o técnicas después de leer un solo artículo o ver un vídeo breve.
Rechazo de la experiencia: Tienden a rechazar los comentarios, las críticas o los consejos de personas con más experiencia o cualificaciones. Por ejemplo, pueden ignorar las sugerencias de un compañero porque creen que su propio enfoque es obviamente el correcto.
Falta de preguntas: Rara vez piden ayuda, aclaraciones o información adicional. En lugar de buscar opiniones, asumen que su primera respuesta es suficiente y pueden considerar las preguntas como un signo de debilidad.
Simplificación excesiva: minimizan la complejidad de las tareas o los problemas, y suelen decir cosas como «¡Es fácil, cualquiera podría hacerlo!». Esta actitud puede llevarles a subestimar los retos y pasar por alto detalles importantes.
Errores frecuentes: A menudo repiten los mismos errores, pero rara vez reflexionan sobre su propio papel, y en su lugar atribuyen los problemas a la mala suerte o a las acciones de los demás.
Ejemplo: En una reunión de profesores, un profesor nuevo sugiere con confianza cambiar la forma de calificar los exámenes, alegando que será «mucho más justo y fácil para todos». Los compañeros con más experiencia señalan posibles problemas, como la adecuación a los estándares del plan de estudios o dificultades anteriores con sistemas similares, pero el profesor nuevo descarta estas preocupaciones e insiste en que su idea es, sin duda, la mejor solución.
Ejemplos reales del efecto Dunning-Kruger
El efecto Dunning-Kruger se manifiesta en todos los ámbitos de la vida. Veamos algunos ejemplos concretos:
En el lugar de trabajo
«Experto» del chat: Un compañero responde rápidamente a todas las preguntas del chat del equipo, incluso sobre temas que no son de su competencia, lo que a menudo genera confusión con consejos incorrectos.
Sesión de formación: Durante la incorporación, un nuevo empleado afirma en voz alta que hay una forma «mucho mejor» de hacer las cosas, basándose únicamente en la experiencia de su trabajo anterior.
Reunión con el cliente: Alguien que acaba de incorporarse a la empresa promete con confianza a un cliente una rápida ejecución de un proyecto, sin conocer todos los pasos de aprobación necesarios.
Comentarios ignorados: Un empleado, tras ver un curso en línea, insiste en que puede optimizar el flujo de trabajo de la empresa, ignorando las sugerencias del equipo de operaciones.
En las redes sociales
Debates online: Las redes sociales están llenas de «expertos improvisados» que opinan con seguridad sobre temas como epidemiología, finanzas o política, a menudo repitiendo argumentos excesivamente simplificados.
Desinformación viral: Los usuarios sin formación científica pueden compartir «consejos» o «datos» que son totalmente inexactos, pero que se presentan con absoluta certeza.
En las relaciones personales
Dar consejos: Los amigos o familiares pueden ofrecer consejos no solicitados en áreas con las que no están familiarizados, como la alimentación, la crianza de los hijos o la tecnología, insistiendo en que su manera es la mejor.
Ejemplo: Durante la pandemia de COVID-19, innumerables usuarios de las redes sociales se autoproclamaron virólogos o expertos en salud pública y compartieron información errónea con gran convicción.
Las consecuencias: Por qué es importante el efecto Dunning-Kruger
¿Por qué es importante conocer el efecto Dunning-Kruger? Sus consecuencias en el mundo real son significativas:
Toma de decisiones deficiente: Las personas excesivamente confiadas pueden desviar a los grupos, ignorar el consejo de los expertos o tomar decisiones arriesgadas.
Tensión en el lugar de trabajo: los equipos se resienten cuando sus miembros se sobreestiman, lo que provoca conflictos o un desperdicio de recursos.
Difusión de información errónea: En la era de las redes sociales, las voces seguras pero desinformadas pueden llegar a millones de personas, amplificando mitos y conceptos erróneos.
Oportunidades perdidas: Aquellos que sobreestiman sus capacidades pueden evitar aprender o crecer, mientras que subestimarse a uno mismo puede hacer que los demás pierdan oportunidades de éxito.

Cómo interactuar con personas que muestran el efecto Dunning-Kruger
Relacionarse con alguien que se encuentra bajo la influencia del efecto Dunning-Kruger puede resultar complicado, pero es posible mantener conversaciones productivas.
Consejos para una comunicación eficaz:
- Mantén la calma y sé respetuoso: Evita la confrontación, el sarcasmo o el lenguaje despectivo, incluso si la otra persona parece obstinada. Un enfoque tranquilo y respetuoso hace que sea más probable que tu punto de vista sea escuchado y tenido en cuenta.
- Haz preguntas: Utiliza preguntas abiertas para cuestionar con delicadeza las suposiciones y fomentar la autorreflexión. Prueba con preguntas como «¿Qué te hace confiar en ese enfoque?» o «¿Has considerado otros resultados posibles?». Esto fomenta el diálogo en lugar de la actitud defensiva.
- Aporta pruebas, no solo opiniones: En lugar de responder con opiniones personales, proporciona datos concretos, ejemplos relevantes o casos prácticos. Centrarse en hechos y situaciones reales puede ayudar a fundamentar la conversación y reducir las reacciones emocionales.
- Fomenta los comentarios: Sugiere que todos, incluido tú mismo, pidan opiniones a diferentes personas, no solo a aquellas que comparten tu punto de vista. Esto ayuda a ampliar la comprensión y puede revelar puntos débiles.
- Modela la humildad: Admite abiertamente tus propias limitaciones o incertidumbres. Demostrar humildad demuestra que está bien no tener todas las respuestas y anima a los demás a adoptar la misma mentalidad.
Qué hacer si reconoces el efecto Dunning-Kruger en ti mismo (y cómo prevenirlo)
No siempre es fácil detectar nuestras propias limitaciones, pero la conciencia de uno mismo es el primer paso para crecer. Afortunadamente, existen estrategias prácticas que cualquiera puede utilizar para reducir el impacto del efecto Dunning-Kruger y desarrollar una visión más precisa de sus capacidades.
Consejos para la autorreflexión y la prevención:
- Pide opiniones: Pide regularmente a tus compañeros, mentores o amigos que te den su opinión sincera sobre tu trabajo o tus ideas.
- Pon a prueba tus conocimientos: Intenta explicar temas complejos a otras personas o ponte a prueba con evaluaciones de habilidades para descubrir aspectos que quizá no hayas notado.
- Acepta los errores: Considera los errores como valiosas oportunidades de aprendizaje en lugar de motivos para avergonzarte.
- Mantén la curiosidad: Cuanto más aprendas, más te darás cuenta de lo mucho que aún te queda por saber.
- Cuestiona tus suposiciones: No tengas miedo de pedir aclaraciones o admitir que podrías estar equivocado.
- Verifica la información: Consulta varias fuentes antes de sacar conclusiones o compartir información.
- Practica el pensamiento crítico y el entrenamiento cognitivo: Realizar actividades que pongan a prueba tu memoria, atención y capacidad de razonamiento de forma regular puede ayudarte a reflexionar de forma más objetiva sobre tus conocimientos y tu toma de decisiones.
Ejemplo: Después de compartir con confianza tu opinión en una reunión, intenta continuar con: «Me encantaría conocer tu opinión, ¿me estoy olvidando de algo importante?». Aceptar los comentarios, poner a prueba tus conocimientos y hacer del aprendizaje una parte habitual de tu vida son las mejores formas de evitar las trampas de la confianza excesiva.
Al desarrollar estos hábitos y entrenar tus habilidades cognitivas, desarrollarás la humildad y la conciencia de ti mismo necesarias para crecer y evitar caer en el efecto Dunning-Kruger en tu vida cotidiana.
Conclusión: Sigue cuestionando, sigue creciendo
El efecto Dunning-Kruger nos recuerda que la confianza no siempre es sinónimo de competencia. Al comprender este sesgo, podemos ser más conscientes de nosotros mismos, comunicarnos mejor y fomentar relaciones más sanas y productivas, tanto en el trabajo como en Internet y en nuestra vida personal.
Tanto si reconoces los signos en otras personas como si los detectas en ti mismo, recuerda: la verdadera experiencia es un viaje, no un destino. Las personas más cualificadas nunca dejan de aprender.
Mantén la curiosidad, sigue cuestionándote y recuerda que el crecimiento proviene de la reflexión honesta y la voluntad de aprender. Al adoptar la humildad y esforzarte por comprender tanto tus fortalezas como tus limitaciones, estarás mejor preparado para navegar por las complejidades de la vida y ayudar a otros a hacer lo mismo. Deja que el viaje del aprendizaje continúe, estés donde estés y hagas lo que hagas.
La información en este artículo se proporciona únicamente con fines informativos y no constituye asesoramiento médico. Para obtener asesoramiento médico, consulta a tu médico.