Niños distraídos: ¿Cómo mejorar su concentración?
Hace 50.000 años, no existían los niños distraídos, los niños aprendían de su entorno, de la naturaleza y de las costumbres y hábitos de sus mayores. Su concentración se basaba en atender a estímulos del entorno y a centrarse en la tarea que estaban realizando, dejando a un lado cualquier otra actividad irrelevante que pudiera interferir en su concentración.
En el siglo XXI, los niños aprenden en un aula, en su casa, en academias, de internet y de las nuevas tecnologías. Su capacidad de atención y concentración es muy reducida, no por demérito del propio niño o de los padres, si no por la cantidad de estimulación que tienen a su alrededor. Pero, como padres o profesores, ¿cómo podemos ayudar a nuestros hijos a mejorar su concentración?
Causas de distracción en niños
La distracción puede entenderse como la incapacidad para mantener fija la atención en una tarea. En niños distraídos pueden influir diferentes factores. A continuación mencionamos algunas de las principales causas de distracción en niños:
- El propio entorno de estudio: generalmente, los niños estudian o hacen los deberes en su habitación. Si miramos en nuestra propia habitación, quizá veamos un ordenador, quizá una televisión y, quizá, veamos una mesa de estudio poco ordenada que no favorece la concentración. Una habitación desordenada afectaría a la capacidad de concentración de un niño distraído.
- Hábitos de sueño y cansancio: una mala higiene del sueño provoca cansancio en nuestros hijos. El cansancio es una de las principales causas de distracción. Por eso es recomendable que nuestros hijos duerman las 8 horas estipuladas, y que todos los días disfruten de un sueño reparador. La falta de sueño afecta de forma importante a un niño distraído, generando cansancio y dificultades adicionales para afrontar una jornada extensa de colegio y, perjudicando notablemente su capacidad de atención.
- Nerviosismo: los niños entre 6-10 años necesitan gastar energía, necesitan eliminar todo ese nerviosismo que les caracteriza. Imagina estar en clase, sentado, queriendo salir a jugar o a correr, y, al llegar a casa, tender que volver a sentarte para terminar los deberes. Los niños distraídos tienen muchas dificultades para concentrase debido a que tienen mucha energía acumulada que necesitan liberar. Debemos ayudarles a realizar actividades físicas que les ayuden a liberar esa energía acumulada. Los deportes, o jugar en el parque pueden ser una buena opción.
- Mala alimentación: comida basura, pocas comidas familiares y horarios cada vez menos estructurados pueden ser un factor a tener en cuenta que puede promover la falta de concentración y distracción en niños. Comidas hipercalóricas y rápidas tienen un efecto negativo sobre la salud de nuestros hijos, generando posibles problemas de obesidad, diabetes y otros problemas por carencia de vitaminas. Bollería industrial, chucherías, bebidas carbonatadas, etc, generan en nuestros hijos una hiperactivación, que aumenta su nerviosismo y altera sus hábitos de sueño, creando un círculo vicioso que repercute en su capacidad de concentración.
Pero, ¿la distracción o falta de concentración en niños implica TDAH? El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad se caracteriza por una capacidad de atención reducida y un nivel de activación muy elevado que dificulta la capacidad de concentración de nuestros hijos. Las causas anteriores, cuadran perfectamente con las características generales del TDAH, pero son causas que podemos controlar, prevenir y mejorar. Entonces, ¿un niño distraído implicará necesariamente TDAH?
La respuesta es no necesariamente. No podemos afirmar que todos los niños distraídos o con dificultades en la concentración tengan que ser diagnosticados con TDAH.
Uno de los síntomas que pueden diferenciar a los niños distraídos de niños con TDAH es la impulsividad, es decir, la dificultad para controlar sus impulsos. Un niño con TDAH será incapaz de centrarse en una tarea, se distraerá con mucha facilidad ante cualquier situación y será muy complicado que se vuelva a centrar de nuevo. En cambio, los niños distraídos, a pesar de que tenderán a desconcentrarse fácilmente, no lo harán con cualquier situación, si no que lo harán ante eventos llamativos y serán capaces de volver a su tarea de una forma más eficaz.
Concentración y atención en niños distraídos
La concentración es la capacidad de mantener la atención en el tiempo en una tarea (atención sostenida) y, además, ser capaces de seleccionar los estímulos relevantes para llevar a cabo de una forma óptima esa tarea (atención selectiva). Según el modelo clínico de atención de Sohlberg y Mateer (1989) encontramos diferentes tipos de atención:
- Arousal: referida al nivel de activación general del organismo. Para realizar cualquier tarea necesitamos un nivel de activación determinado. Un niño distraído tendrá un nivel de activación generalmente bajo, es decir, si, por ejemplo, tiene que hacer los deberes le costará comenzar la tarea. Podemos ayudar a nuestros hijos haciendo que realicen cualquier otra actividad como sería algún juego que les guste, esto hará que su nivel de activación aumente lo necesario para que, al comenzar sus deberes, tengan una activación mayor.
- Atención focalizada: capacidad de mantener el foco atencional en una tarea. Los niños distraídos tienen dificultades para centrarse en una sola tarea, es decir, puede parecer que están centrados en sus deberes, pero se distraen con cualquier otro estímulo que aparezca a su alrededor. Para ayudar a un niño distraído a que se centre en una sola tarea, podemos seleccionar, por ejemplo, deberes sobre una única asignatura, para luego poder pasar a la siguiente.
- Atención sostenida: implicada en la concentración, se refiere a la habilidad de mantener un tiempo determinado la atención sobre una tarea o estímulo. Ayudaríamos a un niño distraído realizando descansos de unos 10 minutos cada 30 minutos cuando esté realizando una tarea. Par evitar el cansancio y la pérdida de concentración, lo mejor es realizar descansos cada cierto tiempo.
- Atención selectiva: ser capaces de seleccionar los estímulos relevantes para una tarea y, a su vez, poder inhibir los irrelevantes. Los niños distraídos tendrán muchas dificultades para no prestar atención a cualquier otra situación. Una habitación en silencio y sin distracciones visibles, les ayudará a mantener la atención en la tarea.
- Atención alternante o dividida: habilidad de cambiar el foco atencional de forma rápida y precisa, permitiéndonos seleccionar la estimulación necesaria en ese momento. Los niños distraídos tienen mucha facilidad para cambiar el foco de atención, es decir, puede parecer que están centrados en una tarea, pero sin previo aviso, se centran en cualquier otra cosa que les llame la atención. Esto provoca que les sea muy difícil volver a centrarse en lo que estaban haciendo. Podemos utilizar estrategias similares a las anteriores, dejando descansos determinados para evitar el cansancio y minimizando estímulos visuales que pudieran afectar a su concentración.
En niños distraídos, la concentración está reducida en tareas que requieren mantener mucho tiempo el foco atencional y que, además, requiere una atención selectiva hacia una misma tarea.
Diferencias entre niños distraídos y niños con TDAH
Que un niño sea distraído en la escuela o en casa, no implica que tenga TDAH. La distracción puede deberse a muchos factores. El propio nivel de estimulación que genera la tarea, puede influir en que mi hijo se distraiga fácilmente. Una tarea monótona, con un nivel de dificultad bajo o medio, generará que la atención del niño disminuya rápidamente, afectando a su capacidad de concentración. Pero, ¿qué signos debemos tener en cuenta para valorar si mi hijo, simplemente se distrae con mucha facilidad o, si, por el contrario, puede tener TDAH?
- Los niños distraídos parecen estar «ausentes» cuando están realizando una tarea, un niño con TDAH se distrae con mucha facilidad y parece que ninguna tarea consigue estimularle lo suficiente.
- En general, los niños distraídos no tienen una actividad favorita, es decir, no consigue implicarse totalmente; un niño con TDAH parecerá estar centrado en muchas tareas a la vez, pero nunca terminará una concreta, irá alternando de forma muy rápida entre ellas.
- A la hora de hacer los deberes, los niños distraídos se mantendrán quietos, en su silla, aunque eso no implica que esté realizando la tarea. Un niño con TDAH tendrá mucha activación, se moverá en el sitio y le costará estar sentado durante mucho tiempo.
Lo que uno ama en la infancia, se queda en el corazón para siempre-
Jean-Jacques Rousseau
Aunque la distracción y la baja concentración pudieran indicar TDAH, hemos visto que no es necesariamente lo mismo. Estando atentos a estas señales, podemos estar alerta y valorar de una forma más precisa qué le puede estar pasando a mi hijo.
10 tips o consejos para mejorar la concentración en niños distraídos
A continuación, vamos a exponer 10 tips o pequeños trucos que podemos hacer en casa, con el fin de ayudar a nuestros hijos a mejorar su concentración.
- Crea un horario de estudio consensuado con tu hijo. No se trata de imponer unas horas de estudio intenso, se trata de trabajar conjuntamente con nuestros hijos, haciéndoles partícipes de sus tareas. Lo más importante, crear el horario juntos, hablándolo y cediendo cuando sea posible. Esto hará que los niños distraídos se sientan más implicados y comprendan que les tenemos en cuenta a la hora de tomar decisiones. Además, realizar un horario es en sí mismo una tarea que requiere concentración, podemos hacerla divertida para que sienta que hacer los deberes puede ser divertido.
- Permite horas de juego. Los niños son niños, necesitan tiempo para jugar y tiempo para ellos mismos. Lo importante es no convertir la hora del estudio en una guerra entre padres e hijos. Recompensar con horas de juego o con actividades divertidas para él, siempre y cuando se cumplan los objetivos de estudio, mejorará su concentración y evitará distracciones, ya que sabrá que al finalizar sus obligaciones va a tener tiempo para otras actividades. En esas horas de juego, los niños distraídos se relajarán, eliminando el cansancio que generan las largas horas de estudio.
- Comienza por las actividades difíciles para llegar a las fáciles. Empezar los deberes por los que requieran mayor concentración ya que al principio nuestros hijos serán capaces de mantener una atención focalizada en la tarea. También tiene efectos directos en la motivación, el conseguir realizar una tarea complicada actuará como refuerzo y facilitará la consecución de las demás. Si los niños distraídos consiguen terminar una tarea que es complicada, las siguientes le parecerán mucho más fáciles y mantendrá mucho mejor la concentración.
- Pregunta sobre su asignatura preferida. Habla con tu hijo, interésate en lo que le interesa. Quizá se distrae en algunas asignaturas y en otras es capaz de concentrarse durante más tiempo. Puede comenzar por la tarea que más le guste, siempre y cuando se comprometa a realizar las demás, proponer acuerdos le ayudará a sentirse más implicado en las decisiones.
- Una habitación ordenada es una habitación que favorece la concentración. Su zona de estudio debe estar ordenada, en la que tengamos únicamente lo que necesita para realizar las tareas. Es muy importante que, mientras haga deberes de una determinada asignatura, sólo tenga visible material de la misma. Como hemos visto, a los niños distraídos les cuesta mucho concentrarse en una única tarea, el ver libros amontonados, montones de hojas con otras cosas que hacer, hará que se distraiga con facilidad.
- Utiliza ambientadores con aromas naturales. Como ya hemos mencionado, hace 50.000 años los niños aprendían en la naturaleza y, el olor natural era el predominante para ellos. El olfato es un sistema inconsciente y uno de los sistemas más relacionados con la concentración y memoria, un olor natural, aroma a limón o a frutas del bosque, por ejemplo, ayudarán a los niños distraídos a mejorar su concentración.
- Higiene del sueño. No es sólo crear horarios de sueño, sino de que ese sueño sea reparador. Evitar que utilicen aparatos electrónicos antes de dormir, al menos una hora antes. La luz que emiten por ejemplo los teléfonos móviles, hace que nuestro cerebro ‘’crea’’ que la hora real sea de día, en lugar de que ya sea hora de dormir. Un sueño reparador ayudará a la concentración de nuestros hijos al día siguiente y evitará distracciones por el cansancio acumulado.
- Una dieta adecuada y equilibrada. No se trata de prohibir alimentos, se trata de conseguir que nuestros hijos coman de todo. Alimentos hipercalóricos deben estar seleccionados para ocasiones especiales, pero no podemos negarles su consumo. Una buena alimentación ayudará a que el sueño sea de mejor calidad, beneficiará a su salud en general y reforzará positivamente su capacidad de concentración.
- Comunícate con sus profesores. Es muy importante mantener una comunicación efectiva con su entorno de estudio. Sus profesores están casi tanto tiempo con nuestros hijos como nosotros, ellos pueden observar actitudes y aptitudes que nos pueden ayudar a entender mejor a nuestros hijos.
- Crea un entorno de confianza. No es suficiente hablar con nuestros hijos, tenemos que saber escucharles. Quizá su distracción no viene determinada por la propia tarea, puede venir influida por otros factores. Si creemos que puede tener problemas en otros ámbitos que no son los estudios, podemos ayudarles simplemente hablando con ellos, consiguiendo que entre padres e hijos se forme un círculo de confianza que favorecerá la consecución de nuestros objetivos.