¿Sientes pasión por viajar? Descubre si tienes el gen de la aventura o wanderlust
¿Existe un gen viajero? ¿Por qué parece que hay gente que ha nacido para viajar? Si tu pasaporte está lleno de sellos y tienes interminables historias que contar, posiblemente formes parte del 20% de la población con pasión por viajar. Una mutación de un gen llamada DRD4-7R+, que interviene en el control de la dopamina, se asocia con la búsqueda de novedades, la impulsividad y la curiosidad. ¿Sientes una pasión insaciable por viajar? ¿Siempre estás buscando nuevos desafíos fuera de tu zona de confort? ¿Eres impulsivo y necesitas estar en constante movimiento?
¡Podrías tener el gen del viajero eterno o wanderlust!
Con la llegada de Internet tenemos bastante fácil el acceso a todo tipo de viajes: los vuelos de bajo coste, el coche compartido y el intercambio de alojamiento por trabajo, hacen que cualquiera pueda recorrer el mundo por muy poco dinero. ¡Sólo necesitas disponer de algo de tiempo y muchas ganas de aventura!. En un estudio realizado con jóvenes de diferentes culturas, se encontró que, los más dispuestos a probar nuevos alimentos y a explorar más allá de los límites marcados, se diferencian -en los hábitos de transporte, los destinos turísticos que escogían y también en las actividades que realizaban- de aquellos que tenían un comportamiento viajero, digamos, más convencional.
Viajar puede resultar adictivo. Y ¡cuando empieces a coleccionar sellos ya será demasiado tarde!
¿Has nacido para viajar? Descubre qué es el gen viajero o gen de Wanderlust
¿Qué significa tener el gen viajero o gen de Wanderlust? Wanderlust viene del Alemán y se traduce en algo así como pasión por viajar.
Un explorador sale de casa con lo puesto, con una mochila y sin un plan. Procura coleccionar momentos y no cosas. Busca la aventura, disfrutar de la experiencia y le atraen los riesgos. Disfruta de la autenticidad de cada lugar y no se lleva sus costumbres con él. ¡Es un camaleón y se adapta a cualquier situación! Prefiere dormir en una tienda de campaña o en una playa a la intemperie mirando las estrellas. Se convertirte en un local donde quiera que va, y ¡más de una vez da el pego! Disfruta conociendo gente, cuanto más diferente mejor. Es divertido, extrovertido y tiene mucha energía. Quiere cambiar el mundo y se ríe de los «problemas» porque sabe que son tonterías. Es curioso por naturaleza y siempre quiere saber el porqué de las cosas. Todos los lugares en los que ha estado permanecen en su en su corazón para siempre. Un explorador no se conforma, y abre nuevos caminos. Siempre quiere más y sabe que está en sus manos su destino y por eso lo cambia su gusto. Para algunos resultará extravagante ya que no es como los demás y ese es su fuerte. Tiene mucho carisma y magnetismo personal por la libertad con la que vive. Y por eso es admirado por muchos.
¿Qué lleva a algunas personas a vivir aventuras y viajar a lugares exóticos?
Escalar el Everest, montar en avioneta, surfear en aguas heladas o a nadar con tiburones… ¿Cómo explicar que algunos pongan en riesgo sus vidas por simple curiosidad? ¿Por qué unos sí y otros no? ¿De qué depende?
A los humanos nos gusta expandir nuestro territorio. Queremos saber y ver con nuestros propios ojos qué hay más allá. A algunos les basta con leerlo en un buen libro o con verlo en un documental; pero en cambio otros necesitamos vivir las aventuras en nuestra propia piel y escribir nuestro propio libro de viajes. “Ningún otro mamífero es tan inquieto como nosotros” dice Svante Pääbo, director del instituto Max Planck de antropología evolutiva de Leipzig. Somos una especie capaz de traspasar fronteras y llegamos a lugares nuevos a pesar de tener suficientes recursos para sobrevivir, por la simple búsqueda de novedades. Y ahora queremos ir a Marte, ¿Simple curiosidad?
La dopamina puede ser la causa de nuestra “locura« viajera
Se cree que la causante de tanto movimiento es la dopamina, un mensajero químico del cerebro encargado de regular el placer. Segregamos dopamina cuando experimentamos situaciones agradables y también nos estimula a buscarlas, porque nos hace sentir bien. La comida, el café, el tabaco, el cacao o el alcohol ¡Son estimulantes en la producción de dopamina!
Una mutación encargada de la regulación de la dopamina es el gen DRD4-7R+ (conocido como gen wanderlust o gen viajero) . Los investigadores han asociado esta variante de gen, presente en el 20% de nosotros, a la curiosidad y a la inquietud. El gen 7R+ hace a sus portadores más proclives a asumir riesgos, a explorar nuevos lugares, nuevas ideas, nuevas comidas, a cambiar más de relaciones, a consumir más estimulantes, y en general a apreciar el movimiento, los cambios y la aventura.
Alguien con este alelo ya tiene bastante dopamina, por lo que necesitará dosis mucho más altas con el fin de registrar el placer en comparación con alguien con la versión corta del gen. De ahí la necesidad de buscar nuevas sensaciones y riesgos «innecesarios».
Hay estudios, como el de Moyzis, que relacionan esta variante del gen con la longevidad, pues los que necesitan un extra de actividad para conseguir su ración de dopamina también son inevitablemente más activos y están siempre haciendo cosas. También se puede asociar a buscar lo nuevo y diferente.
¿Cual son los orígenes del gen viajero?
Una investigación de 1999, llevada a cabo por Chaunsheng Chen de la Universidad de California, encontró que la mutación DRD4-7R+ era más común en poblaciones nómadas que en poblaciones sedentarias. En otro estudio del 2011, Matthews y Buttler confirmaron estos resultados al encontrar que el 7R+ suele presentarse con mayor frecuencia en aquellas sociedades en las que sus antepasados recorrieron mayores distancias en sus migraciones desde que salieron de África. Ambos coinciden en que el estilo de vida nómada se asocia con mayor número de personas con la variante 7R+ del gen DRD4. La exploración se potencia también a sí misma, pues los hijos de aquellos que migraban tenían a su vez más hijos que los que no migraban.
Y es que, la migración humana no es solo característica del mundo moderno. Hemos estado migrando desde los orígenes del homo sapiens. ¡Y de esto hace ya 2 millones de años! La migración favorece el éxito en la reproducción porque el desplazamiento se produce hacia lugares con más oportunidades. Por eso, ¡no es tan raro que haya dejado restos en nuestros genes!
¿Es el DRD4-7R+ el gen de la aventura y de la pasión por viajar?
Kenneth Kidd, genetista de la Universidad de Yale, cree que es una exageración atribuirle este papel. “No podemos reducir la exploración humana a un único gen. La genética no funciona así ”, pues ,«¡ningún gen o grupo de genes nos convertirá en exploradores!”.
Los genes no son deterministas y forman parte de una ecuación mucho más compleja. Para Epstein,«los genes solo pueden explicar el 50% de cómo somos». Además, la dopamina no es la única sustancia que influye en nuestro comportamiento; también tenemos la serotonina. «La aventura o el deseo de aventura es una construcción psicológica de alto nivel».
Jim Noonan dice que «nuestra capacidad para explorar depende de nuestras extremidades y de nuestro cerebro«. Las extremidades nos ayudan a caminar grandes distancias y el cerebro hace que podamos ser capaces de imaginar universos lejanos. Necesitamos también los medios para que la exploración sea posible.
Alison Gopnik, psicóloga del desarrollo infantil de la Universidad de California, dice que, debido a nuestra larga y protegida infancia ejercitamos mucho nuestras capacidades exploratorias y vamos viendo los beneficios de explorar sin que por ello peligre nuestra vida. Cuando nos hacemos mayores dejamos de jugar tanto y no buscamos alternativas novedosas, por lo que muchos prefieren quedarse en territorio conocido. Aquellos que mantienen su actitud de juego y lo aplican a cada momento de sus vidas, ¡son los exploradores!
El gen wanderlust en su forma más obsesiva…
Se llama dromomanía o fuga viajera, pues quien la padece no puede dejar de caminar llegando a recorrer grandes distancias, sin ser del todo consciente de lo que está haciendo. Una persona que padece dromomanía puede romper con su rutina sin previo aviso o adoptar diferentes identidades durante su viaje. En 1886, el francés Albert Dadas se registró como el primer caso de dromomanía. Tras faltar a su trabajo una mañana, Dadas no volvió a dar señales de vida. ¿Se lo había tragado la tierra?Apareció agotado después de un año. Contó que aquella mañana decidió seguir caminando. Caminó, caminó y caminó hasta recorrer Argelia, Egipto y el norte de Europa, llegando hasta Moscú. Reconoció que sentía la necesidad de volver a hacerlo otra vez.
«Aquel día, sin ninguna razón en particular, decidí salir a correr. Corrí hasta el final del camino, y cuando llegué, pensé que tal vez podía correr hasta el final del pueblo. Y cuando llegué, pensé que tal vez podía correr hasta el condado de Greenbow. Noté que si había llegado tan lejos, tal vez podía correr a través del gran estado de Alabama. Y eso fue lo que hice. Corrí atravesando Alabama. Sin ninguna razón en particular seguía corriendo. Corrí derecho hasta el océano. Y cuando llegué, noté que ya había llegado lejos, y que tal vez debía dar la vuelta y continuar corriendo. Y cuando llegué al otro océano, noté que debía dar la vuelta y continuar corriendo. Cuando tenía sueño, dormía. Cuando tenía hambre, comía. Cuando debía…Tú sabes, iba.
Forrest Gump
¿Beneficios psicológicos de viajar?
- La pasión por viajar abre tu mente y amplía tu mundo
- Te hace tolerante
- La pasión por viajar te hace humanitario y altruista
- La pasión por viajar te ayuda a resolver problemas
- Te hace más respetuoso
- La pasión por viajar aumenta tu creatividad
- La pasión por viajar mejora tu autoestima
- Te ayuda a reinventarte
- La pasión por viajar te quita los miedos tontos
- Te hace más feliz ¿Cómo ser más optimista y feliz?
- Hará que te rías de la vida y la risa tiene muchos beneficios para tu salud
- La pasión por viajar te da naturalidad
- ¡Hace que te sientas vivo!
- La pasión por viajar potencia tu crecimiento personal
- La pasión por viajar agudiza tu instinto
- Gracias a la pasión por viajar podrás contar cientos de historias
- Comprenderás el mundo en el que vives
- Y darás importancia a lo verdaderamente importante
Aunque el movimiento constante también puede tener su lado oscuro, y a veces puede ser desorientador y solitario. Cuando un viajero está mucho tiempo fuera de casa puede llegar a aislarse y tener dificultades para identificar a qué lugar pertenece. Puede dañar relaciones de amistad, lazos familiares, producir estrés, malos hábitos alimenticios… Y no debemos olvidarnos del choque cultural de ida y vuelta; pues si viajas a un lugar muy exótico necesitarás un periodo de adaptación tanto cuando te vayas como cuando regreses. También hay muchos locos de los viajes que solo buscan huir de los problemas y evadir su realidad…
Algunos no sienten esa necesidad interior de conocer lugares lejanos ni de salir fuera de su zona de confort. En cambio, otros no pueden estar en un mismo lugar por mucho tiempo… Ahora sabemos que hay algo que relaciona la pasión por viajar con la curiosidad y la impulsividad. Así que, si se te ha pasado por la cabeza dejar tu trabajo o pedir una excedencia, hacer un parón en tus estudios, etc… para ponerte a recorrer el mundo con una mochila, ¡Piénsalo racionalmente primero!
Pero no olvides que viajar es mucho más divertido sin un plan.