Pensamiento creativo: Qué es, ejemplos, características y 10 ejercicios
El pensamiento creativo es la capacidad de pensar de manera rompedora y original. Implica salirse de lo establecido para llegar a soluciones alternativas genuinas. Conoce todos los hallazgos científicos sobre el pensamiento creativo que desvelan cómo somos capaces de dar con nuevas ideas. Qué es el pensamiento creativo, características, ejemplos, y 10 ejercicios que te ayudarán a potenciar tu pensamiento creativo.
Cuenta una historia que el profesor quería suspender a un alumno por la respuesta que había dado a problema de física. La pregunta del examen era la siguiente: «Demuestre cómo es posible determinar la altura de un edificio con la ayuda de un Barómetro de Fortín».
El alumno había contestado: Subes a la azotea del edificio con una cuerda muy larga, atas el barómetro en un extremo, y lo descuelgas hasta la base del edificio. Haces una marca en la cuerda, y lo mides. La longitud de la cuerda será igual a la altura del edificio.
El alumno había planteado un dilema con la resolución de ejercicio, realmente su respuesta era correcta. Sin embargo, no había demostrado sus conocimientos de la asignatura, no había empleado en ningún momento la física para responder al problema.
Al estudiante se le dio una segunda oportunidad para resolver el problema, advirtiéndole, que esta vez, debería utilizar sus conocimientos de física para resolver el problema. Pasaron unos minutos y no había escrito nada. Así que el profesor le preguntó si no conocía la respuesta: El estudiante respondió que tenía muchísimas respuestas al problema, que su dificultad era elegir la mejor de todas.
Finalmente el alumno escribió en su examen: Se sube a la azotea del edificio y se lanza el barómetro al suelo. Se calcula el tiempo de caída, y se aplica la fórmula que vincula el tiempo de caída con la aceleración de la gravedad. Y así se obtenía la altura del edificio.
El profesor, después de leer la respuesta el examen, preguntó con curiosidad al alumno cual eran las otras respuestas que estaba barajando. El estudiante contestó a su pregunta con otras tantas formas creativas de responder al problema. Sin embargo, en ninguna de sus respuestas, el alumno había utilizado el barómetro de forma convencional. El profesor le pregunto que si no conocía como se utilizaba una barómetro. ¡Claro que sé como se utiliza un barómetro!, contestó, pero en estos años los profesores han intentado enseñarme a pensar.
Éste, es un buen ejemplo de pensamiento creativo. Dicen que estudiante se llamaba Niels Bohr, un físico danés que terminó consiguiendo el premio Nobel de Física.
¿Qué es el pensamiento creativo?
Todos somos potencialmente creativos. En ocasiones podemos encontrar publicaciones en las que se equipara el pensamiento creativo a la creatividad. Sin embargo, cuando hablamos de pensamiento creativo estamos haciendo referencia a algo más que creatividad. El pensamiento creativo puede definirse como la capacidad de tomar caminos alternativos a nivel cognitivo. Poner en marcha el pensamiento creativo implica potenciar lo que los expertos denominan pensamiento lateral o divergente (el famoso «think outside the box«), es decir, abandonar las ideas preconcebidas. El pensamiento creativo destaca por su carácter rompedor y original. Esta faceta nos permite innovar, huyendo de la lógica, para afrontar retos de manera distinta y salir de la rutina.
En las décadas de 1970 y 1980 unos consultores de administración propusieron a sus clientes que resolvieran el juego de los nueve puntos. La meta del juego consiste en conectar los 9 puntos usando 4 líneas o menos sin levantar el lápiz del papel y sin trazar la misma línea más de una vez. Para completar la tarea de los nueve puntos es necesario pensar más allá de los límites establecidos por los puntos como se muestra en la imagen.
Generalmente asociamos la creatividad con el arte y el ocio. Sin embargo, el pensamiento creativo puede estar presente en todas las tareas que llevamos a cabo. El pensamiento creativo resulta muy útil y beneficioso en todo tipo de situaciones y tareas; desde las más importantes a las más triviales. El pensamiento lateral puede ayudarte en el trabajo pero también en casa o en el supermercado. Notarás una vez que potencies tu pensamiento creativo que será más fácil redactar un informe para tu jefe, disfrutarás más cocinando u obtendrás mejores resultados en la educación de tus hijos.
Neurofisiología y características del pensamiento creativo
Los científicos John Kounios (universidad de Drexel) y Mark Beeman (Universidad de Northwestern) han descubierto a través de resonancias magnéticas funcionales varios datos en relación con el pensamiento creativo.
- La actividad cerebral vinculada al procesamiento visual se apaga 300 milisegundos antes de que surja el pensamiento creativo. Este fenómeno se parece a cuando alguien cierra los ojos o tiene la mirada perdida para suprimir estímulos. Este hallazgo muestra que es precisa una profunda introspección para dar lugar al pensamiento creativo.
- Cuando surge el pensamiento creativo aparece un estallido de actividad en el lóbulo temporal derecho (justo encima del oído). El lóbulo temporal derecho es el área de asociación de elementos alejados en el espacio y el tiempo. De esta conexión con recuerdos del pasado surgen asociaciones con estímulos del presente que favorecen la aparición de nuevas ideas.
- También se han observado ondas alfa que surgen en el hemisferio derecho y se extienden por la sustancia gris, facilitando (de nuevo) asociaciones. Las ondas alfa son aquellas que aparecen cuando estamos relajados o cerramos los ojos. La aparición de las ondas alfa es fundamental en la aparición del pensamiento creativo. Según Martínez Otero «Los insights o iluminaciones se asocian con momentos en los que hay un cambio en la actividad alfa y la concentración está difusa».
Cuando dejamos a la mente divagar estamos favoreciendo el pensamiento creativo. Los momentos en los que surge el pensamiento creativo suelen ser cuando estamos distraídos. El cerebro jerarquiza destinando mayor cantidad de recursos a las tareas complejas, dejando las más sencillas en estado de automatización. Por este motivo, es importante encontrar momentos para disminuir nuestra actividad consciente y dar rienda suelta a nuestro pensamiento creativo. ¿Qué es la creatividad? ¿Eres una persona creativa?
10 ejercicios para potenciar el pensamiento creativo
Aunque todos somos potencialmente creativos, al parecer la capacidad creativa se dispara al alcanzar un cociente intelectual de 120. De todas maneras todavía hay esperanza, ya que sabemos que el pensamiento creativo se puede entrenar. A continuación se detallarán 10 claves para potenciar tu pensamiento creativo y que fluyan las ideas con más facilidad.
1. En el pensamiento creativo todo vale
Las personas con un pensamiento creativo desarrollado no juzgan si las ideas son buenas o malas, simplemente generan nuevas alternativas. Esto es lo que se ha dado en llamar desinhibición cognitiva. No existen jueces interiores, sólo dejan volar la imaginación. Para ello hay que relajar los filtros de ideas que puedan parecer absurdas; tal y como demuestran los estudios de Shelley Carson, especialista en creatividad en la Universidad de Harvard.
El brainstorming o lluvia de ideas, en el que se generan multitud de nuevas ideas sin juzgar si son buenas o malas, puede ayudarte en este cometido. Investigadores de la Universidad de California han observado que en este ejercicio se bloquean las alternativas que no funcionaron en el pasado. Así, demostraron que el bloqueo de nociones no productivas tiene una relación directa con el aumento del pensamiento creativo. ¿Conoces la gimnasia cerebral? Existen muchos ejercicios que pueden ayudarte a poner tu cerebro en forma.
2. Relájate
El pensamiento creativo funciona mejor cuando estamos en calma o relajados. Las ondas alfa, presentes durante el estado de relajación, son las favoritas del pensamiento creativo. Haz actividades que permitan a tu mente no centrarse en nada en concreto.
Tomar un baño es un ejemplo de tarea que estimulará tu pensamiento creativo. La psicóloga Paulette Kouffman afirma que terapias como la flotación, donde tu cuerpo se suspende en una piscina con sales de Epson en el agua, contribuyen a aumentar el pensamiento creativo en universitarios. Resulta una buena manera de meditar y relajarse, estados en los que es más probable que aparezca la inspiración creativa.
Realizar tareas aburridas durante quince minutos, como copiar números de teléfono, aumenta el pensamiento creativo, según unos investigadores de la University of Central Lancashire.
3. Dispérsate
El pensamiento creativo funciona mejor cuando no estamos prestando excesiva atención. Concentrarte puede ser beneficioso para muchas tareas, pero obviar los estímulos secundarios no le sienta bien a la parte más creativa de nuestro cerebro. Joseph Kasof, psicólogo de la Universidad de California en Irvine, asegura que la amplitud atencional o no estar excesivamente centrado en nada está ligado al pensamiento creativo.
La dispersión puede ser fructífera. Al contrario de lo que podríamos esperar, la exposición a muchos estímulos sensoriales fomenta la creatividad. Por ejemplo, trabajar en un ambiente ruidoso puede favorecer la aparición del pensamiento creativo. En un estudio de la Universidad de British Columbia pusieron a prueba esta tesis generando tres situaciones distintas. El objetivo era llevar a cabo una lluvia de ideas en distintas condiciones de ruido (baja, media y alta). Sorprendentemente se halló que en situaciones de ruido medio (70 decibelios) se potencia la creatividad. Esto es debido a que un ambiente moderadamente ruidoso obliga a las personas a pensar de manera más creativa. Un ambiente muy ruidoso en cambio imposibilitaría mantener la atención. No te aísles en tu habitación y prueba a trabajar en un sitio con ruido moderado como una cafetería.
4. Vuelve a ser un niño
Como dijo el actor, escritor y humorista John Cleese: «Si quieres trabajadores creativos, dales tiempo suficiente para jugar»
En el pensamiento creativo innovar es un must. En la infancia somos eminentemente creativos, pero vamos perdiendo esa capacidad a medida que llegamos a la edad adulta y aprendemos a regirnos por sistemas de creencias y patrones de comportamiento. A la hora de afrontar situaciones que requieren enfoques diferentes resulta muy práctico pensar como lo haría un niño. Los expertos Patrick Bateson y Paul Martin de la Universidad de Cambridge sostienen que, para ello, hay que perder de vista la recompensa y recuperar el placer del juego por el juego.
Existen muchas maneras de que los adultos «jueguen», instaurar actividades agradables en el trabajo es una buena manera. Google es el ejemplo por excelencia de este tipo de políticas empresariales. Los empleados de Google cuentan con toboganes, futbolines, piscinas y ¡hasta rocódromos! para entretenerse en los descansos del trabajo.
5. Haz un collage
Como harías con recortes de revistas o fotos trata de mezclar tus ideas para crear una nueva y genuina. Si es necesario toma notas y prueba distintos emparejamientos, de esa manera no intervendrá tu juicio consciente.
Como dice el neurocientífico indio Vilayanur S. Ramachandran, la base de la creatividad reside en ligar aquellos conceptos o pensamientos que aparentemente no tienen relación entre sí.
Para que estrategia surta el mejor efecto posible es importante nutrirse de diferentes fuentes. Para ello hay que simultanear diferentes áreas de conocimiento o distintos aspectos de tu vida. Enriquecer tu día a día consiste en participar de varias actividades como cursos, revistas, conciertos, charlas, viajes, etc. Para el profesor Epstein de la Universidad de San Diego la interrelación entre diferentes formas de vida y conocimientos es la base del pensamiento creativo.
6. Relaciónate mucho y rodéate bien
El pensamiento creativo necesita de muchas perspectivas para enriquecerse. Rodearse de mucha gente resulta muy útil para compartir distintas experiencias. También resulta enriquecedor ya que aumenta la cantidad de «cajones mentales» sobre los que sacar nuevas ideas. Al margen de la cantidad está la cantidad, si te rodeas de mucha gente intenta evitar los juicios limitantes. Relacionarte con los demás o trabajar en grupo es muy beneficioso si el resultado es constructivo.
El profesor Epstein recomienda no sólo codearse con gente nueva, también visitar nuevos espacios o explorar objetos fuera de lo común, dado que estos te ayudarán a desarrollar ideas más originales. La multiculturalidad es muy positiva, con el fin de conocer nuevas formas de percibir y actuar sobre la realidad explorar otras culturas puede ser una opción para abrir la mente (documentales, viajar, leer sobre otras civilizaciones…).
7. No tengas miedo a fracasar
A menudo el pensamiento creativo surge de la frustración de no ser capaz de encontrar una respuesta y termina en el Eureka! o Aha! moment de los anglosajones. Por este motivo, no debes tener miedo a no hallar las respuestas que buscas a la primera. El pensamiento creativo requiere de mucho entrenamiento y si estás empezando lo mejor es no agobiarse ni sobreexigirse.
Es posible que lo que hoy nos parezca una buena idea mañana no lo sea tanto. En esos casos no dejes que esa situación te descorazone. Aprender es experimentar hasta dar con la solución.
Tampoco debemos obligarnos a crear, eso puede resultar contraproducente y bloquear nuestro pensamiento creativo. Si no encontramos lo que buscamos en nuestros cajones mentales lo mejor que podemos hacer es distraernos y de esa manera favoreceremos que aparezcan cosas nuevas.
8. Duerme bien
Es importante que no le robes horas de sueño al cerebro para que el pensamiento creativo esté en perfecta forma. No es recomendable dormir menos de 6 horas al día y lo ideal son 8 horas al día de sueño. Según Ullrich Wagner, investigador de la Universidad de Lübeck, en Alemania.
La psicóloga Deidre Barrett de la Harvard Medical School descubrió que aquellos alumnos que dormían durante un descanso en el estudio obtenían mejores resultados en el estudio. También halló que aquellas personas que daban vueltas a un problema concreto antes de dormir encontraban una solución más fácilmente al despertar.
Dormir nos facilita ser más perspicaces puesto que favorece la reestructuración mental. El descanso adecuado nos lleva a poder abordar las situaciones de manera diferente, proponer soluciones más originales y eficaces.
9. Sé feliz
La felicidad favorece la aparición del pensamiento creativo mucho más que la tristeza. Se tiende a pensar que los artistas componen, escriben y crean mejor en situaciones melancólicas pero no es así.
El psicólogo Mihály Csíkszentmihályi de la Universidad de Claremont (California) halló que la felicidad y a creatividad se retroalimentan.
Karen Gasper, psicóloga en la Penn State University, considera que cuando estamos alegres se nos ocurren asociaciones de palabras, diagnósticos o respuestas a dilemas. Al parecer cuando estamos tristes la creación de ideas se inhibe y además cometemos más errores.
Este hallazgo tiene mucho sentido si tenemos en cuenta que las personas deprimidas tienen un foco atencional muy estrecho y están excesivamente centrados en su problema o sus pensamientos. Por lo tanto lo ideal es encontrarse en un estado de ánimo alegre que estimule el pensamiento creativo.
10. Camina para activar el pensamiento creativo
Hacer ejercicio en general parece estimular el pensamiento creativo, pero caminar en particular ha demostrado tener un efecto muy beneficioso.
Se llevó a cabo un estudio en la Universidad de Stanford para mostrar los posibles efectos positivos de caminar sobre el pensamiento creativo. Para ello se crearon cuatro condiciones experimentales: caminar en una cinta de correr, sentarse mirando a una pared blanca, caminar al aire libre y sentarse al aire libre. Los investigadores midieron el pensamiento lateral, o la capacidad de generar ideas nuevas de los participantes en el experimento. Aquellos que habían sido seleccionados en la condición «caminar» tuvieron niveles mayores de creatividad que los que fueron asignados a la condición «sentados»; sin que fuera relevante si la actividad tenía lugar al aire libre o en un recinto cerrado.
Marily Opezzo, coautora del estudio anteriormente descrito, mantiene que «caminar no te convertirá en un Miguel Ángel, pero sí puede ayudarte en las primeras etapas del proceso creativo».
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