Un estudio revela cómo la terapia cognitiva conductual puede reconfigurar los circuitos cerebrales para aliviar la depresión
Los investigadores de Stanford Medicine han descubierto un nuevo método para tratar la depresión. Su estudio demuestra que la terapia cognitiva conductual (TCC), cuando se adapta a la actividad cerebral del paciente, puede provocar cambios significativos en los circuitos cerebrales. Este avance podría dar lugar a mejores resultados, especialmente para las personas que sufren depresión y obesidad. Estos cambios aparecen al principio de la terapia -en sólo dos meses- y pueden predecir el éxito a largo plazo. La terapia de resolución de problemas, un tipo específico de TCC, ha demostrado ser más eficaz que los antidepresivos en muchos casos. Esto ofrece un enfoque nuevo y más preciso del tratamiento de la depresión.
Cómo se llevó a cabo el estudio
El estudio, publicado en Science Translational Medicine, contó con la colaboración de Stanford Medicine e investigadores de la Universidad de Illinois en Chicago. El estudio se centró en 108 adultos diagnosticados de depresión mayor y obesidad, dos enfermedades que suelen presentarse juntas y son difíciles de tratar.
Los participantes se dividieron en dos grupos. Un grupo recibió terapia de resolución de problemas durante un año junto con su atención habitual, como medicamentos o visitas periódicas al médico. El otro grupo siguió recibiendo únicamente los cuidados habituales. Los participantes se sometieron a escáneres cerebrales por resonancia magnética funcional (IRMf) a intervalos de dos, seis, 12 y 24 meses. Estos escáneres permitieron a los investigadores realizar un seguimiento de los cambios en los circuitos de control cognitivo del cerebro, que son cruciales para regular los pensamientos y comportamientos.
La terapia de resolución de problemas, una forma de TCC, pretende desarrollar habilidades como la planificación y la resolución de conflictos. Los terapeutas guiaron a los pacientes a través de problemas de la vida real, ayudándoles a idear soluciones y a elegir el mejor enfoque. El objetivo era activar los circuitos de control cognitivo del cerebro y mejorar la forma en que los pacientes procesan la información.
La Dra. Leanne Williams, autora principal del estudio y profesora de Stanford, explicó la motivación de esta investigación. «Este estudio demuestra que adaptar la terapia a la actividad cerebral del paciente puede dar mejores resultados que el típico método de ensayo y error que utilizamos actualmente», afirmó.
Retos en el tratamiento de la depresión y la obesidad
La depresión asociada a la obesidad plantea retos únicos. Los tratamientos estándar, como los antidepresivos, suelen tener un éxito limitado. Sólo un 17% de los pacientes experimentan un alivio significativo con medicación. Los circuitos de control cognitivo, que ayudan a regular pensamientos y emociones, suelen ser disfuncionales en pacientes con depresión y obesidad, lo que dificulta su tratamiento eficaz.
Investigaciones anteriores del laboratorio del Dr. Williams identificaron seis «biotipos» de depresión, cada uno vinculado a patrones distintos de actividad cerebral. Este trabajo anterior sirvió de base para el estudio actual, cuyo objetivo era crear un tratamiento más específico para las personas con disfunción del circuito de control cognitivo.
Principales conclusiones del estudio
- Las primeras adaptaciones cerebrales indican el éxito: El estudio descubrió que los cambios en la actividad cerebral aparecían tan sólo dos meses después del inicio de la terapia. Estas adaptaciones tempranas predijeron qué pacientes seguirían beneficiándose del tratamiento a largo plazo.
- La TCC supera a los antidepresivos: El estudio demostró que el 32% de los pacientes que recibieron terapia de resolución de problemas experimentaron una reducción de los síntomas de depresión del 50% o más. Esto supone casi el doble de la tasa de éxito de quienes solo recurrían a los antidepresivos.
- Los cerebros aprenden a trabajar de forma más eficiente: Antes de la terapia, los cerebros de los participantes trabajaban duro para procesar la información. Sin embargo, tras dos meses de terapia, sus circuitos de control cognitivo se volvieron más eficientes, necesitando menos recursos para realizar las mismas tareas. Esto se tradujo en una mayor capacidad para resolver problemas y una mejor regulación emocional.
- Mejoras a largo plazo: Los pacientes que mostraron cambios cerebrales tempranos siguieron experimentando beneficios hasta dos años después de terminar la terapia. Esto demuestra el impacto duradero de la terapia de resolución de problemas.
- Tratamiento de la disfunción cognitiva: La terapia fue especialmente eficaz para mejorar uno de los síntomas más debilitantes de la depresión: la sensación de que «todo es un esfuerzo». Al centrarse en los circuitos de control cognitivo, la terapia ayudó a los pacientes a recuperar el control sobre sus pensamientos y emociones.
El auge de la psiquiatría de precisión
Este estudio marca un cambio hacia la psiquiatría de precisión, un campo que personaliza los tratamientos de salud mental basándose en la actividad cerebral individual. Al igual que los médicos utilizan pruebas para determinar el mejor tratamiento para afecciones físicas como las cardiopatías, la psiquiatría de precisión pretende utilizar escáneres cerebrales para asignar a los pacientes las terapias más eficaces.
El Dr. Williams explicó: «En la medicina física, utilizamos pruebas para comprender lo que ocurre en el interior del cuerpo antes de decidir un plan de tratamiento. Pero en psiquiatría, a menudo dependemos del ensayo y error. Este estudio nos acerca al uso de escáneres cerebrales para guiar las decisiones de tratamiento, ahorrando tiempo y ayudando a los pacientes a recuperarse más rápidamente.»
Este planteamiento podría beneficiar enormemente a los pacientes, reduciendo el tiempo que dedican a pasar por tratamientos ineficaces y ayudando a los médicos a tomar decisiones más informadas sobre las terapias que probablemente funcionen mejor.
Repercusiones en la atención de la salud mental
Las conclusiones de este estudio tienen implicaciones de gran alcance para el futuro de la atención a la salud mental. Para los pacientes con depresión y obesidad, que suelen resistirse a los tratamientos tradicionales, la terapia de resolución de problemas ofrece una opción no farmacológica más eficaz y con menos efectos secundarios que los antidepresivos.
El éxito de esta terapia dirigida a los circuitos de control cognitivo sugiere que otros tratamientos de la depresión también podrían adaptarse a disfunciones cerebrales específicas. Esto podría dar lugar a aplicaciones más amplias de la psiquiatría de precisión, en la que las terapias se diseñan para adaptarse a la composición neurológica de cada paciente.
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El hecho de que los cambios del cerebro se produzcan en una fase temprana de la terapia también permite albergar esperanzas de tratamientos más rápidos y eficaces. Con más investigación, podría ser posible identificar qué pacientes tienen más probabilidades de beneficiarse de terapias específicas en tan sólo unas semanas, en lugar de meses.
Perspectivas optimistas para el tratamiento de la depresión
La última investigación de Stanford representa un gran avance en el tratamiento de la depresión, sobre todo para los pacientes que no han respondido bien a las terapias tradicionales. Al demostrar que la terapia cognitiva conductual puede adaptarse a la actividad cerebral, este estudio abre la puerta a tratamientos más precisos, eficaces y duraderos. A medida que la atención a la salud mental siga evolucionando, investigaciones como ésta desempeñarán un papel fundamental en la configuración de un futuro en el que los tratamientos no sólo sean más personalizados, sino también más eficaces.
La promesa de la psiquiatría de precisión es innegable. Al centrarse en los patrones únicos del cerebro, este enfoque podría ofrecer un camino más rápido y fiable hacia la recuperación a millones de personas que sufren depresión y otros trastornos mentales.