Empatía, una guía útil: ¿Eres capaz de ponerte en la piel de los demás?

Seguro que has conversado o escuchado hablar sobre ella, pero, ¿conoces realmente las implicaciones del concepto de empatía y su significado? La empatía es mucho más que ponerse en el lugar del otro. La empatía es una herramienta del sentir y del pensar maravillosa y realmente necesaria en la convivencia en sociedad. ¿Te consideras una persona empática? Sigue leyendo para averiguar si tus características se asemejan a las de alguien empático. 

Descubre todo sobre la empatía: Qué es, definición y concepto, características de las personas empáticas, tipos de empatía, diferencias entre empatía y asertividad, sus beneficios,  cómo mejorarla o practicarla y mucho más. Si quieres compartir tu experiencia o preguntarnos cualquier duda puedes dejarnos tu comentario abajo y te responderemos.

Empatía: Qué es y Concepto – Una guía útil

¿Qué es la empatía? Definición y Concepto

El término ‘empatía’ procede del griego ἐμπάθεια: empátheia, y el diccionario de la Real Academia Española (RAE) recoge las siguientes acepciones para explicar su significado:

  1. La empatía se puede definir como un sentimiento de identificación con algo o alguien.
  2. f. La empatía se puede definir como la capacidad de identificarse con alguien y compartir sus sentimientos.

La primera descripción de empatía es la que usamos habitualmente y hace referencia a lo emocional.

La segunda, es causa de la primera, puesto que nos sería imposible sentir si nuestra cognición no nos lo permitiese. En definitiva, podríamos decir que la empatía es la habilidad, tanto sentimental como intelectual, para ponerse en el lugar del otro. Así, el verbo ‘empatizar‘ apela a la acción de comprender afectivamente la realidad de los demás.

Pero el arte de entender las emociones es más complejo de lo que puede parecer, ya que además, como indica un estudio de la Universidad de Ámsterdam, la empatía es bidireccional. Esta investigación llevada a cabo en los Países Bajos advierte que la interacción empática es significativa para ambos individuos, tanto para quien provoca el sentimiento como para quien lo siente (no sólo para este último). Es fácil observar que no somos empáticos en la misma medida con todas las personas, pues dependerá de esa faceta diádica.

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Características de las personas empáticas

Las personas que sienten empatía comparten entre ellas una serie de rasgos de personalidad o de patrones de comportamiento que fomenta el desarrollo de la capacidad empática. Echa un vistazo al siguiente listado para conocer las principales características de las personas empáticas:

  • Tienen la sensibilidad a flor de piel. Las mujeres y los hombres empáticos saben escuchar, poseen una mente abierta a nuevas vivencias, son amables y desinteresados. Por lo general, están atentos a las necesidades de los demás y no dudan a la hora de echarles una mano. Luego, no es de extrañar que tengan una habilidad fascinante para transmitir buenas vibraciones en la interacción con el otro. No obstante, el lado malo de la sensibilidad puede jugar en su contra, pues la empatía vuelve más susceptible a quien la siente. De esta forma, cualquier ofensa o gesto feo que puedan recibir les hiere más facilmente que al resto.
  • Captan la emocionalidad de las personas. Como si de una esponja se tratase, alguien empático es capaz de absorber las emociones de los demás. El estado de ánimo que emite el otro influye notablemente en el de una persona con alto nivel de empatía, de tal manera que su emocionalidad se adecúa intensamente tanto a los sentimientos negativos como a los positivos. De este modo, se les hace complicado no sentir agobio si se encuentran con alguien que está pasando por un momento de ansiedad y estrés, o no contagiarse de la alegría de una persona feliz.
  • Su bondad puede afectar a su propio bienestar. Tener un gran corazón y preocuparse sinceramente por los demás son virtudes indiscutibles. El inconveniente fruto de ello es que personas empáticas llegan a dedicarse más a los problemas del resto que a los suyos propios, lo que suele generarles frustración y dificultades en la gestión de su vida.
  • Cuidan su lenguaje. La comunicación es fundamental para demostrar las habilidades empáticas. Cuando sentimos empatía hacia los demás, repasamos dos veces nuestras palabras antes de pronunciarlas porque somos conscientes del impacto que el lenguaje puede causar en el estado anímico de la otra persona, tanto para bien como para mal. Así que, los individuos empáticos cuidan sus expresiones para no dañar a los demás y atender a aquello que les gustaría escuchar.
  • Evitan los extremos. Las personas con empatía prefieren la variedad de los matices, un modo extremista de pensar no va con ellos. Por ello, cuando se rodean de quien sitúa sus creencias en un polo o en el otro, son capaces de enseñarles que no todo es blanco o negro, sino que existen multitud de colores desde los que percibir las cosas y lo más apropiado es estar abiertos a esa diversidad que nos ofrece la vida.
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Tipos de empatía

No hay un sólo tipo de empatía, según distintos criterios de clasificación podemos discernir entre:

  • Empatía afectiva: también llamada empatía emocional, consta de de tres elementos diferenciados. Para empezar, es necesario sentir la misma emoción que la otra persona. Después, aparece un componente angustioso como reacción natural al percibir vívidamente los sentimientos del otro. Finalmente, llega la característica compasión.
  • Empatía cognitiva: hace referencia al potencial intelectual para percibir y comprender las emociones de los demás. Podría decirse que la empatía cognitiva es el paso previo a sentir empatía afectiva, debido a que es indispensable, en primer lugar, aprender a reconocer emociones y, en segundo lugar, entender la repercusión de las mismas sobre el estado anímico de cada uno; y ambas funciones son propias de este tipo de empatía.
  • Empatía inconsciente: empatizar de manera inconsciente supone un elevado nivel de implicación. Implicarse excesivamente con la emocionalidad de la otra persona lleva a la confusión causada por un contagio emocional. La gente inconscientemente empática se impregna de las emociones de otros, haciéndolas suyas. En conscuencia, controlar, gestionar o manejar las propias emociones se vuelve tremendamente complejo.
  • Empatía consciente: esta clase de empatía conlleva una implicación emocional menor.  La empatía consciente permite observar al otro desde la objetividad y la perspectiva que te aporta mantener cierta distancia, esencial para favorecer la autorregulación emocional y permitir una mejor comprensión de las necesidades de la otra persona. Quien empatiza de forma consciente es más eficaz a la hora de ayudar a los demás porque los acompaña sin sentirse abrumado por los sentimientos ajenos.

En síntesis, el modo más saludable de empatizar es el que se da desde la consciencia, porque de esta forma no acarreas con pesos de emociones que realmente no te corresponden porque son las del otro, y así es como mejor puedes ayudar.

Empatía intercultural

Desde la empatía se aprende a respetar y a valorar las decisiones ajenas, y también a entender las preocupaciones y aspiraciones de los demás. Y este proceso ocurre del mismo modo entre culturas. Empatizar con las demás culturas supone conocer y comprender la importancia que cada persona otorga a sus costumbres, tradiciones y producciones artísticas.

Reconocer la multiculturalidad es aceptar la diversidad humana, pues no todas las personas somos iguales ni hemos crecido en el mismo ambiente. Es deseable y conveniente para manejar la vida en sociedad darnos cuenta de que existen multitud de culturas, idiomas, religiones, profesiones, maneras de pensar, tonos de piel o formas de vestir; y todas son igualmente válidas.

Empatía intercultural
Empatía intercultural

Es fundamental inculcar esta clase de empatía desde el contexto educativo, pues unos niños y niñas educados en la diversidad de etnias desarrollarán una forma de pensar mucho más sana y abierta. Además, aprender a aceptar lo diferente y no a confrontarlo evitará numerosos problemas sociales en el futuro, y permitirá a cada uno enrriquecerse como personas.

Empatía y asertividad

Es importante establecer una clara distinción entre la empatía y la asertividad, dadas las confusiones que ambos términos pueden provocar.

Para empezar, las similitudes que se observan denotan que, tanto empatía como asertividad, se consideran habilidades sociales potencialmente desarrollables en todos los seres humanos, pues ambas se pueden aprender en diferentes contextos de forma intencionada, casual o debido a las experiencias de la vida diaria.

Las dos habilidades necesitan del respeto para ponerlas en práctica: respeto hacia los demás (porque lo último que se pretende siendo empáticos o asertivos es dañar los sentimientos del otro o herirles de algún modo) y respeto hacia uno mismo (porque estamos defendiendo los derechos del ser humano). Además, son importantes otras cualidades como la honestidad, la integridad y la coherencia.

Las diferencias son más perceptibles. Mientras que la asertividad implica el yo de cada uno, y se preocupa por no agredir a los demás con las palabras, al mismo tiempo que permite que los demás opinen sobre sus pensamientos y opiniones expuestas, en la empatía se expresan sin restricciones de ningún tipo, los sentimientos y opiniones de los demás, y se ofrece hablar sobre ellos. En la asertividad se defienden las palabras que se pronuncian, y en la empatía se entienden las palabras que los demás pronuncian.

A modo de conclusión, cuando existe la capacidad de decir lo que se piensa sin herir los sentimientos de los demás, y también existe la capacidad de entender a los otros dándoles la oportunidad de hablar, y exponer lo que piensan, se establece un diálogo enriquecedor, donde ambas partes aprenden de los otros, y donde la comunicación fluye claramente hacia el objetivo que se haya establecido.

Se trata de dos habilidades muy útiles para el aprendizaje y la comunicación, que se relacionan en algunos aspectos, pero que se diferencian en otras tantas facetas, por lo que se concluye que se complementan, pero no se necesitan. Aquí puedes aprender alguna técnica de asertividad.

Beneficios que aporta la empatía

La empatía tiene abundantes beneficios. Veamos algunos ejemplos:

1 – Facilita la sintonía emocional:

Las personas empáticas conectan rápidamente con los demás, logrando hacer sentir cómodos a la gran mayoría y consiguiendo que las relaciones interpersonales parezcan más sencillas.

2- Nos ayuda a ser más objetivos y justos:

La mejor manera de ganarse el respeto de los demás es mostrándolo nosotros mismos, aún a pesar de nuestras posibles divergencias con los puntos de vista que expongan nuestros interlocutores.

3- Mejora la autoestima y estimula nuestro aprendizaje:

Sentir que provocamos un efecto positivo en los demás funciona como un poderoso reforzador personal. Además, el ejercicio empático nos permite aprender de la visión ajena, enriqueciendo el prisma de la realidad con perspectivas diferentes.

4- Transmite generosidad:

Aquellas personas que demuestran empatía se orientan a la colaboración y gozan de mayor éxito en sus grupos de referencia. Funcionan como brillantes catalizadores del cambio a la hora de influir en los demás para alcanzar objetivos comunes

5- Consolida las relaciones profesionales y las mantiene en el tiempo:

Obrar empáticamente aumenta la fortaleza de los vínculos. Este aspecto adquiere una relevancia singular en negociación. También en aquellos casos en los cuales es preciso sellar alianzas a corto, medio y largo plazo basadas en la confianza.

6- Ofrece nuestra vertiente más pacífica y constructiva:

Existen numerosas evidencias científicas que corroboran que empatía y violencia son, neuropsicológicamente, incompatibles entre sí. Mientras nuestra comprensión aumenta, decrece nuestra inclinación a la beligerancia y mejora la manera en la que somos percibidos socialmente.

Claves para practicar la empatía

Como toda habilidad, la empatía puede entrenarse. A continuación, se expone una serie de tips para practicar la empatía:

  • Escuchar con la mente abierta y sin prejuicios. Ser respetuososcon los demás.
  • Prestar atención y mostrar interéspor lo que nos están contando, ya que no es suficiente con saber lo que el otro siente, sino que tenemos que demostrárselo.
  • No interrumpir mientras nos están hablandoy evitar convertirnos en expertos que se dedican a dar consejos, en lugar de intentar sentir lo que el otro siente.
  • Aprender a descubrir, reconocer y recompensar las cualidades y logros de los demás. Esto va a contribuir, no solamente a fomentar sus capacidades, sino que descubrirán también nuestra preocupación e interéspor ellos.
  • Cuando tengamos que dar nuestra opiniónsobre lo que nos están contando, es muy importante hacerlo de forma constructiva, ser sinceros y procurar no herir con nuestros comentarios.
  • Ten buena predisposición para aceptar las diferencias que hay con los demás, ser tolerantes y pacientescon los que nos rodean y con nosotros mismos.