Un estudio revela cómo el cerebro distingue entre la imaginación y la realidad

¿Alguna vez has tenido una imagen en tu mente que parecía casi real? Comprender cómo el cerebro separa la imaginación de la realidad es una cuestión científica fundamental. Un nuevo estudio arroja luz sobre la capacidad del cerebro para distinguir entre ambas y revela por qué este proceso a veces es imperfecto.

Un estudio revela cómo el cerebro distingue entre la imaginación y la realidad. Imagen de Pexels

Nota: Este artículo tiene fines informativos y educativos. Resume investigaciones científicas en un lenguaje accesible para un público amplio y no es un comunicado de prensa científico oficial.

Científicos identifican una señal sensorial que ayuda al cerebro a controlar la realidad

Cada día, los seres humanos creamos mentalmente imágenes vívidas, desde imaginar un paisaje hermoso hasta visualizar un rostro familiar. Estas experiencias mentales pueden parecer sorprendentemente reales, pero normalmente sabemos que no reflejan la realidad actual. ¿Cómo mantiene el cerebro esta distinción?

Un nuevo estudio de la University College London, publicado online en Neuron el 5 de junio de 2025, explora los mecanismos neuronales que nos permiten distinguir la imaginación de la realidad. Los investigadores, dirigidos por Nadine Dijkstra, estudiaron cómo el cerebro monitoriza la actividad sensorial para respaldar los juicios sobre lo que es real y lo que es imaginario.

Según los autores, sus hallazgos revelan un mecanismo sencillo pero poderoso: el cerebro rastrea la fuerza combinada de las señales sensoriales en el giro fusiforme (FG), una región de la corteza visual de nivel medio. Esta señal ayuda a informar los juicios explícitos sobre la realidad y explica por qué estos juicios a veces fallan.

Lo que investigaron los científicos

La investigación tenía como objetivo abordar una pregunta fundamental: ¿cómo determina el cerebro si una señal perceptiva refleja la realidad externa o una imagen generada internamente? Trabajos anteriores habían demostrado que la imaginación y la percepción reclutan sistemas neuronales superpuestos, lo que crea la posibilidad de confusión entre ambos. Sin embargo, los mecanismos neuronales precisos que sustentan esta distinción seguían sin estar claros.

Los autores propusieron un modelo de «umbral de realidad» en el que las señales perceptivas e imaginadas se suman para crear una señal de realidad. Si esta señal supera un umbral, el cerebro clasifica la experiencia como real; si no, se clasifica como imaginada. El estudio puso a prueba este modelo observando tanto el comportamiento como la actividad cerebral durante tareas que creaban deliberadamente condiciones en las que se podían confundir la imaginación y la realidad.

El estudio se basa en investigaciones anteriores que sugieren que dicha monitorización sensorial puede ser una parte fundamental de la «monitorización de la realidad perceptiva», una función cerebral esencial que ayuda a prevenir las percepciones erróneas.

Cómo se llevó a cabo el estudio

En el experimento participaron 26 voluntarios adultos sanos (14 mujeres, con una edad media de 23 años), todos con visión normal o corregida a normal. Los participantes completaron una tarea de detección visual mientras se sometían a una resonancia magnética funcional (fMRI).

Cada prueba comenzaba con una breve indicación en la que se pedía a los participantes que imaginaran una rejilla a 45° o a -45°. A continuación, los participantes veían un ruido dinámico (un patrón visual aleatorio que cambia rápidamente) en el que podía aparecer o no una rejilla. Cuando aparecía, la rejilla coincidía con la orientación indicada en el 50 % de las pruebas. Los participantes indicaban si percibían una rejilla y valoraban la intensidad de su imagen mental en una escala de cuatro puntos.

Los niveles de contraste del estímulo se calibraron individualmente para alcanzar un rendimiento de detección cercano al umbral. El experimento incluyó bloques separados para condiciones congruentes (imágenes y estímulos coincidentes) e incongruentes (imágenes y estímulos no coincidentes), lo que permitió a los investigadores analizar cómo la congruencia influía en la percepción y la actividad neuronal.

Los investigadores también utilizaron modelos computacionales para poner a prueba teorías contrapuestas sobre la monitorización de la realidad perceptiva. Se compararon los modelos con datos conductuales y neuronales para identificar los mecanismos que mejor explicaban los juicios de realidad de los participantes.

¿Qué hace que este estudio sea novedoso?

Los autores destacan que «un mecanismo clave mediante el cual el cerebro distingue la imaginación de la realidad es mediante la monitorización de la actividad de la corteza visual de nivel medio».

Además, informan de que las fluctuaciones de actividad en el giro fusiforme predijeron cuándo los participantes confundían los estímulos imaginarios con los reales. El estudio también identificó una red de regiones frontales del cerebro, que incluye la ínsula anterior y la corteza prefrontal dorsomedial, que interactúa con esta señal sensorial para respaldar juicios explícitos sobre lo que es real.

En comparación con investigaciones anteriores, este estudio proporcionó una demostración más detallada de cómo regiones específicas del cerebro contribuyen al control de la realidad perceptiva. Los autores sugieren que sus hallazgos «sientan las bases para caracterizar un sistema generalizado de control de la realidad perceptiva en el cerebro humano».

Principales conclusiones del estudio

El estudio presenta varios hallazgos clave:

  • «Los juicios sobre la realidad se basan en la fuerza combinada de la actividad sensorial generada por las imágenes o la percepción en el giro fusiforme».
  • «Las fluctuaciones de la actividad en esta región predicen confusiones entre las imágenes y la percepción en cada prueba».
  • Los autores descubrieron que la actividad en el giro fusiforme reflejaba tanto la fuerza de las señales perceptivas como la viveza de las imágenes mentales, en consonancia con una señal de realidad.
  • Según los autores, las regiones frontales del cerebro codificaban los resultados binarios de los juicios sobre la realidad y mostraban un acoplamiento funcional con el giro fusiforme.
  • El estudio descubrió que la actividad en el giro fusiforme predecía cuándo los participantes confundían sus imágenes con la percepción, especialmente en ensayos en los que los estímulos imaginados y percibidos eran congruentes.

Conclusiones de los autores

Los autores concluyen que el control de la realidad perceptiva se basa en la actividad de control de la corteza visual de nivel medio, en particular del giro fusiforme. Escriben: «Demostramos que una variable latente sensible a combinaciones de señales perceptivas y de imaginación se rastreó de forma única en la actividad del FG, lo que permitió a las regiones cerebrales posteriores distinguir eficazmente la realidad de la imaginación».

También sugieren que las señales de control asociadas con las imágenes autogeneradas no son suficientes por sí solas para evitar la confusión. «Nuestros resultados sugieren que las señales de control asociadas con la percepción autogenerada no son suficientes para distinguir la imaginación de la realidad».

Además, el estudio destaca que los juicios sobre la realidad no solo implican la monitorización sensorial, sino también la transformación activa por parte de las regiones frontales del cerebro. La ínsula anterior, en particular, se identificó como un nodo clave en la traducción de las señales sensoriales en decisiones explícitas sobre lo que es real.

El contexto científico más amplio

Aunque el estudio se centró en la percepción visual, los autores señalan que pueden existir mecanismos similares en otras modalidades sensoriales. Mencionan que la participación de regiones frontales como la ínsula anterior concuerda con los resultados de investigaciones sobre alucinaciones auditivas, lo que sugiere una posible función general en el control de la realidad perceptiva.

Los hallazgos también contribuyen a esfuerzos más amplios para comprender cómo el cerebro construye un modelo coherente de la realidad. Al identificar un sustrato neural específico para la señal de la realidad, el estudio proporciona una base para futuras investigaciones sobre cómo funciona este sistema tanto en estados saludables como alterados.

Limitaciones y perspectivas futuras

Los autores reconocen que su diseño experimental se centró en estímulos visuales relativamente simples (rejillas inclinadas) y que futuras investigaciones deberían examinar cómo funciona el control de la realidad perceptiva con imágenes más complejas o naturalistas. También señalan que sus hallazgos se basan en una clase de objetos específica y sugieren que sigue siendo una cuestión abierta si los mecanismos observados se generalizan a otros tipos de estímulos.

Además, los autores proponen que futuros estudios investiguen cómo el control voluntario sobre las imágenes mentales influye en la monitorización de la realidad perceptiva. Destacan la necesidad de examinar si mecanismos neuronales similares operan en otras modalidades sensoriales, como la audición o el tacto.

El estudio también destaca que las diferencias individuales en la viveza de las imágenes mentales y el control de la atención pueden influir en la formación de los juicios sobre la realidad. Los autores sugieren que explorar estos factores podría ofrecer información valiosa sobre por qué algunas personas son más propensas a cometer errores en el control de la realidad.

Por último, proponen que sus hallazgos puedan servir de base para futuras investigaciones sobre las condiciones en las que se altera el control de la realidad perceptiva, como las alucinaciones, al tiempo que advierten que es necesario seguir trabajando para generalizar los resultados a poblaciones clínicas.

Conclusión

Este estudio ofrece nuevos conocimientos sobre cómo el cerebro humano distingue la imaginación de la realidad. Al identificar una señal sensorial en el giro fusiforme que rastrea la fuerza combinada de las señales imaginadas y percibidas, los investigadores ofrecen una posible base neural para la monitorización de la realidad perceptiva. Los autores enfatizan que se necesitan más estudios para explorar la generalidad de este mecanismo y su relevancia en diferentes modalidades sensoriales y diferencias individuales.

El estudio original está disponible en: https://doi.org/10.1016/j.neuron.2025.05.015

La información en este artículo se proporciona únicamente con fines informativos y no constituye asesoramiento médico. Para obtener asesoramiento médico, consulta a tu médico.