Vampiros emocionales: Descubre quién son y ¡hazles la cruz!
“Al principio, parecen mejores que las personas corrientes. Son brillantes, encantadores… Os caen bien, confiáis en ellos, esperáis más de ellos que de otras personas. Esperáis más, pero recibís menos y al final os capturan. Rara vez os dais cuenta del error hasta que han desaparecido, dejándoos vacíos, las carteras vacías o, quizá, el corazón roto. Aún entonces os preguntáis… ¿Serán ellos o yo? Son ellos. Vampiros emocionales”
Ya están aquí. Entre nosotros. Los vampiros emocionales. Y os aseguro que son mucho más peligrosos que el Drácula de Bram Stoker. De poco te sirve comer ajo (que también). Están a tu alrededor, en la mesa de al lado, en tus miles de whatsapp del móvil. Disfrazados de colegas, compañeros de trabajo, (¡parejas!) Acechando. Esperando su oportunidad. Se alimentarán de tu energía positiva hasta dejarte seco, y desaparecerán, a por otra presa.
¿Cómo reconocer a un vampiro emocional? Vampiro a la vista….
No tienen integridad, por lo que están muy lejos de conocerse a sí mismos. El problema es su inmadurez, y su incapacidad para aceptar las responsabilidades de sus actos. Realmente no son malos, pero no te dejes engañar. Algunos tipos de vampiros son conscientes del poder que tienen sobre ti y no dudarán en utilizarlo para su propio beneficio. ¡Alerta permanente!
Hacen gala del egoísmo más infantil, por lo que puede ser una buena técnica de identificación. Si su objetivo es diferente que el tuyo, prepárate, porque pasan de ser la persona más encantadora del mundo a sacar los colmillos.
Te dejarán confuso y meditabundo. Y ahí es cuando empiezan a succionarte tu energía.
No llevan capa negra, ni salen solo de noche, pero sí que les gusta la oscuridad. Buscarán cualquier grieta en tu alma para penetrar hasta lo más oscuro de tu ser.
Ante la duda de si estás ante un vampiro emocional, nunca le abras la puerta. No le dejes entrar en tu vida, porque desde ese momento, se instalará cual parásito en ella. Y entonces ponte a echarlo…
Ellos jamás de los jamases se confunden. Al contrario, son víctimas del sistema injusto que les ha tocado vivir. Si eres una persona empática, doblega tu vigilancia. Sois las víctimas preferidas de estos seres de las tinieblas, que no dudarán en arrimarse a ti puesto que eres más “duradera” (pueden extraerte energía durante muuucho más tiempo) que a otro tipo de personas. Al menor signo de agotamiento, toma distancia.
Los vampiros emocionales los tienes de todos los tipos y tamaños, a gusto del consumidor. A continuación te presento los tipos más peligrosos de estos chupópteros de energía.
Tipos de vampiros emocionales
1.Vampiros emocionales del tipo antisociales
O también conocidos como truhanes adorables. Sólo buscan la satisfacción de sus deseos, aquí y ahora. Con un complejo de Peter Pan enmascarado, estos adorables vampiros te dejarán tan cautivado que lamentarás no haberlos conocido antes.
Su afán de aventuras y adrenalina te hipnotizarán, pero aparte de eso, poco más tienen que aportar.
- Dentro de este grupo, los más típicos son los vampiros intrépidos, que te prometerán mil y una aventuras, cuando el pasatiempo real eres tú. Sexys, emocionantes, y decididamente malos para tu salud.
- Los vampiros vendedores de coches usados, mienten más que hablan. con este tipo de vampiros recuerda siempre leer la letra pequeña. Tú tienes algo que necesita. Él lo quiere. ¿A que adivinas el final?
- Los vampiros bravucones son los que más molan. Grandes, temibles y estúpidos. Son tan simples que adoran el poder, pero no lo entienden. Creen que la mayoría de los problemas se pueden resolver a puñetazos. Y cuidado porque tú puedes ser el problema el día menos pensado…
2. Los vampiros emocionales de tipo histriónico o teatrales
Bienvenidos al mundo del espectáculo. Por favor, tomen asiento que comienza la función.
Son peligrosos porque todo lo que ves de ellos es una puesta en escena maravillosa. Dentro de los vampiros emocionales de tipo teatral encontramos a:
- La típica amiga reina del drama: Cuando te suene el móvil, prepárate. Surcarás los mares junto a ella, navegando de crisis en crisis. Su frase de presentación es algo parecido a “No sabes lo que me pasó ahora…” evita unirte a su reparto o acabarás como ella.
Fundamentalmente melodramáticos y expertos en llanto, te arrastrarán a su mundo de huracanes emocionales en los que más vale que estés bien anclado al suelo.
A estos vampiros actorcetes, reconóceles sus méritos, halágalos, y mándalos de gira. Tan lejos como puedas.
- Los pasivos- agresivos: también tienen su aquél, no te creas. Son tan terroríficamente perfectos que creen que nada en ellos puede hacerte daño. Buscarán siempre tu aprobación, haciendo lo que deben hacer, pensando lo que deben de pensar, y sintiendo como se suponen que deben sentir. En su papel de niñ@s buen@s, se consideran tan deliciosamente agradables como para que resulte imposible no quererlos. Eso es lo que los hace peligrosos.
3. Los vampiros emocionales de tipo narcisista
Ellos viven en sus mundos de Yupi, en donde son las personas más buenas, guapas e inteligentes. No es que se crean mejores que tú, es que sencillamente no piensan en ti. El egoísmo es su motor, y tú su gasolina. En este grupo encontramos:
- Los vampiros leyenda se forjan cuando hartos de no poder convertir sus aspiraciones en éxitos reales, deciden crear (¡criaturitas!) una realidad paralela en la que son los reyes del mambo, rodeándose de personas débiles y apartando a los fuertes.
Caracterizados por sus “rabietas de culpabilidad” cuando ven que por enésima vez no consiguen sus objetivos se deshacen en una espiral de auto-reproche. Y si estás cerca cuidadito que te cogen de la mano.
- Los vampiros superestrella: Show must go on
Están plenamente convencidos de que son las personas más importantes del planeta. No les vale con que les quieras, tienes que adorarlos. Aman los trofeos, los juguetes caros. Así que si alguna vez te ves entre un vampiro de estos y su próximo trofeo, ¡huye!
Como líderes, te van a hacer sentir a cada oportunidad que tengan como un ser insignificante. Se les respeta, pero no se les quiere.
Mucho cuidadito porque son embaucadores natos. Pueden arrastrarte a su mundo, y muchos no han vuelto…
4. Vampiros emocionales del tipo obsesivo-compulsivo
La seguridad y el control es su sangre más preciada. No quieren hacerte realmente daño, pero no te interpongas en sus objetivos o resultarás muy mal parado. Al mínimo error, te negarán su aprobación, cambiando su actitud suave por pequeñas críticas.
- Los vampiros perfeccionistas quieren controlar tus acciones. Son súper fáciles de reconocer; no pasará mucho tiempo sin que se sientan ofendidos por algo. Su rabieta más bestia puede ser un simple suspiro, pero a ti te dejará más chafado que la peor de las broncas.
- Los vampiros puritanos quieren controlar tu alma. Porque sí. Porque ellos lo saben todo y tú nada. Convertirán tu vida en un infierno con la intención de llevarte al cielo. Mezquinos por naturaleza, creen en el castigo y la censura para la purificación del alma. Dan auténtico pavor porque realmente creen que lo están haciendo por tu bien.
Vade retro a estos vampiros moralistas, o corres el peligro de perder tu identidad.
5. Vampiros emocionales del tipo paranoico
Por último y no por ello menos importantes, están los vampiros paranoicos. En busca de la auténtica verdad, harán de tu vida un auténtico tormento. Buscarán hasta debajo de las piedras para pillarte en falta y reza para que no lo haga porque un vampiro paranoico te la encuentra.
Pueden rasgarte el corazón y romperlo en pedazos si no eres leal. Con ellos nada de medias tintas; o todo o nada. Raramente perdonan. Su vida es una traición imaginada detrás de otra.
Es la cita perfecta para Halloween; provócale con una mentira y prepárate para una noche de auténtico terror: lágrimas, gritos, preguntas enrevesadas, celos y angustias te harán recordar esa noche como la más terrorífica de tu vida. Porque amigo mío, sí: una rabieta de un vampiro paranoico durará hasta el amanecer.
¡Saca las estacas y hazles la cruz!
Una vez que conocemos estos vampirillos tan adorables que pululan a tu alrededor, tienes dos opciones: O esconderte debajo de la cama hasta el fin de tus días, o inevitablemente tendrás que interactuar con ellos de vez en cuando.
Afila tus estacas, agudiza tu olfato para verlos venir de lejos, o imprímete esta pequeña guía y llévala en el bolsillo para reconocerlos.
Si todo esto no funciona, come ajo.
Mal que te pese, alguno huirá por propia voluntad…
Referencia: «Vampiros Emocionales» del Dr. Bernstein.