Qué es la superstición. La psicología de la conducta supersticiosa

Horóscopos, gatos negros, espejos rotos, tocar madera, trébol de cuatro hojas… Las supersticiones nos rodean y guían muchas de nuestras decisiones cotidianas. Pero, ¿por qué somos supersticiosos? Aquí te explicamos qué es la superstición y los mecanismos psicológicos de la conducta supersticiosa.

Qué es la superstición
Qué es la superstición

¿Eres una persona supersticiosa? La mayoría de nosotros lo somos en alguna medida, unos más y otros menos. Las conductas supersticiosas están por todas partes. Cada cultura tiene las suyas propias. Por ejemplo en la cultura china cortarse las uñas por la noche es símbolo de mala suerte, ya que atraerás a los fantasmas. Además, cada individuo también puede desarrollar supersticiones personales e idiosincrásicas derivadas de su propia experiencia.

De entre las supersticiones de buena suerte podemos encontrar: el trébol de cuatro hojas; en las bodas algo nuevo, algo viejo, algo prestado y algo azul; tocar madera; cruzar los dedos; tirar monedas a una fuente; pedir deseos cuando se te cae una pestaña, al soplar una vela o al ver una estrella fugaz; las herraduras…

Las supersticiones de mala suerte en nuestra cultura son: pasar debajo de una escalera, vestir de amarillo en un escenario, que un gato negro se te cruce, derramar la sal, romper un espejo, abrir un paraguas en el interior de una habitación, los días martes y 13…

Qué es la superstición

La superstición es la creencia de que un evento (evento 1) influye de alguna manera en otro evento (evento 2), sin estar esta relación demostrada. Algunos ejemplos de superstición:

  • Podemos creer, por ejemplo, que llevar nuestra camiseta de la suerte (evento 1), va influir en la probabilidad de que una cita romántica sea un éxito (evento 2).
  • Otro ejemplo de superstición, sería creer que soplar las velas en un cumpleaños (evento 1), va a causar, que se cumpla mi deseo (evento 2).
  • También puedo creer que llevar un trébol de cuatro hojas (evento 1), va evitar que me pase algo malo (evento 2).
Qué es la superstición
Pedir un deseo al soplar las velas es una conducta supersticiosa

¿Cómo se crean las supersticiones? La teoría de Skinner: Condicionamiento Operante

Bajo la superstición yace un fenómeno muy importante en psicología llamado Condicionamiento Operante, mencionado por primera vez por B.F. Skinner.

Skinner llevó a cabo un experimento con palomas a las que, durante unos minutos al día, un mecanismo de sus jaulas les daba comida a intervalos regulares. Lo que se observó es que las palomas desarrollaron una conducta supersticiosa, creyendo que al actuar de una manera determinada o realizando alguna acción, el alimento iba a llegar.

Al final del estudio tres cuartos de las palomas se habían vuelto supersticiosas.

¿Cómo ocurrió esto? ¿Por qué las palomas de Skinner se volvieron supersticiosas? En el momento en el que apareció la comida la paloma estaba realizando una conducta, bastante aleatoria, por ejemplo mover la cabeza de un lado a otro. Al aparecer la comida, se refuerza o premia esa conducta. De esta manera, se conectan los dos eventos (comida y movimiento de cabeza), haciendo creer a la paloma que es el movimiento de cabeza el que causó la aparición de comida. Entonces la paloma seguirá moviendo la cabeza para que vuelva a aparecer dicho alimento.

Esto mismo ocurre en humanos. Si, por ejemplo, durante una cita romántica que ha sido un éxito he llevado una camiseta determinada puedo llegar a creer que ha sido el hecho de ponerme esa camiseta lo que ha determinado ese éxito. Por tanto tenderé a ponerme esa camiseta para que todas mis citas sean exitosas.

Aunque también se da otro fenómeno, el sesgo de confirmación. Por este sesgo las personas tendemos a confirmar nuestras creencias prestándole atención a aquellos datos a favor de estas y obviando los datos en contra. De esta manera «nos olvidaremos» de las veces en las que se nos cruzó un gato negro y no nos ocurrió nada malo y recordaremos más aquellas veces que se nos cruzó un gato negro y sí nos ocurrió algo. Así la creencia supersticiosa se mantendrá.

¿Por qué somos supersticiosos?

Según un estudio de la Universidad de Kansas hay tres razones por las cuales las personas somos supersticiosas:

  • Para ganar control sobre situaciones inciertas (o creer que lo ganan).
  • Para reducir los sentimientos de indefensión e impotencia.
  • Porque es más sencillo recurrir a conductas supersticiosas que aprender habilidades de enfrentamiento.

¿Cómo son las personas supersticiosas?

Según estos investigadores, es más probable que las personas que creen en el destino y en el control que este ejerce en sus vidas sean supersticiosas.

La superstición es más habitual en personas con locus de control externo, es decir, en personas que tienden a atribuir la causa de lo que les ocurre al exterior, a las demás personas, a la situación… Asimismo, las personas con locus de control interno, que asumen que son responsables de lo que les ocurre, son menos supersticiosas.

Las mujeres tienden a ser más supersticiosas que los hombres. Esto puede deberse al bagaje cultural de la mujer, tradicionalmente recluida en casa, dependiente del hombre. La falta de oportunidad para tomar decisiones y de tener la iniciativa ha llevado a las mujeres a percibir una falta de control de su propia vida.

Los gatos negros: símbolo de mala suerte
Los gatos negros: símbolo de mala suerte

Problemas de la superstición

La mayoría de las veces la superstición es inocua, no es perjudicial en sí misma. Incluso muchas veces nos ayuda a manejar la ansiedad. Sin embargo, llevada a ciertos niveles puede perjudicarnos. 

  • La superstición puede crearnos dependencia a algún objeto o amuleto, que si lo perdemos o lo olvidamos puede llevar a un aumento de nuestra ansiedad.
  • Si ese objeto preciado lo solemos llevar a situaciones importantes como entrevistas o exámenes, el hecho de no llevarlo con nosotros puede perjudicar nuestro desempeño, ya que pensaremos que no somos capaces de hacerlo sin él.
  • La superstición puede llevarnos a creer que ciertas pseudociencias y pseudoterapias funcionan cuando realmente no lo hacen. Este es el caso de la homeopatía, flores de bach, el feng shui, la astrología… El problema de esto aparece cuando algunas personas sustituyen los tratamientos médicos, los únicos que se han demostrado que pueden curar nuestras enfermedades, por este tipo de terapias que no funcionan, poniendo en peligro su salud y en muchos casos la vida.

Esto es lo que le ocurrió a Steve Jobs, fundador de Apple, quien quiso tratar su cáncer con una terapia pseudocientífica y cuando quiso ponerse en manos de la medicina ya era demasiado tarde.

¿Cómo evitamos la conducta supersticiosa?

Según el investigador Donald Saucier hay algo que podemos hacer para evitar la conducta supersticiosa.

1- Toma el control de tu vida

Para evitar la conducta supersticiosa hay que dejar de creer en la mala suerte y tomar el control de lo que hacemos, asumir que controlamos las situaciones. A veces usamos la mala suerte para liberarnos de la culpa, pero en lugar de eso debemos centrarnos en primer lugar en lo que podemos hacer para evitar situaciones difíciles.

2- Se decisivo y proactivo

Las personas que son menos decisivas, que les cuesta tomar decisiones, tienden a las creencias supersticiosas. Las personas proactiva toman el control de su vida, toman decisiones y toman la iniciativa son menos supersticiosas. ¡Tú eres quien crea la buena suerte con tus acciones, no con rituales y objetos!

3- Evita situaciones en las que dependas de la mala suerte

La mala suerte no ocurrirá si sólo pasan cosas buenas. Si algo malo ocurre y lo llamas mala suerte, hazlo como un mecanismo de afrontamiento después de que el hecho haya ocurrido, en lugar de antes del evento.

4- Controla tu ansiedad de otra forma

Deshazte de tus conductas y rituales supersticiosos. Si el hecho de no llevar tu camiseta o bolígrafo de la buena suerte a un examen te pone nervioso prueba técnicas de relajación o meditación Mindfulness para controlar tu ansiedad. También puedes poner en práctica estos consejos para aprobar un examen y dar lo máximo de ti.