La música como medicina: Estudio muestra que escuchar música facilita la recuperación postoperatoria
En un estudio innovador, los investigadores han descubierto que escuchar música después de una intervención quirúrgica puede reducir significativamente el dolor, la ansiedad y la frecuencia cardíaca, ofreciendo una herramienta sencilla pero potente para apoyar la recuperación del paciente. Este estudio, publicado en Neuroscience News y presentado en el Congreso Clínico 2024 del Colegio Americano de Cirujanos, se basa en los resultados de 35 estudios y revela que la musicoterapia puede ayudar a los pacientes a necesitar menos analgésicos y a sentirse más cómodos en las horas críticas posteriores a una intervención quirúrgica. Así es como la música podría convertirse pronto en un elemento básico en las salas de recuperación de todo el mundo.
Historial e investigación
El nuevo estudio fue liderado por un equipo de la Facultad de Medicina de la Universidad Northstate de California, en Elk Grove (California), dirigido por el Dr. Eldo Frezza, profesor de cirugía, con la colaboración de Shehzaib Raees, estudiante de medicina de tercer curso. Como base para su análisis, el equipo comenzó con un conjunto de 3.736 estudios, que finalmente redujeron a 35 estudios revisados por expertos que proporcionaban datos sólidos sobre los resultados de los pacientes, como los niveles de dolor, ansiedad, frecuencia cardiaca y uso de opiáceos.
La necesidad de aliviar el dolor posquirúrgico
El alivio del dolor y la comodidad del paciente en el postoperatorio son cruciales para una recuperación óptima, ya que el dolor puede provocar complicaciones físicas y aumentar el estrés. Por lo general, el tratamiento del dolor se ha basado en medicamentos, sobre todo opiáceos, que son eficaces pero conllevan riesgos, como la adicción y efectos secundarios adversos. Dada la crisis de los opiáceos, la exploración de la música como opción terapéutica resulta oportuna y pertinente.
Cómo se realizó el estudio
Detalles sobre la metodología y los participantes
Los 35 estudios incluidos en este metaanálisis exploraron el efecto de escuchar música en pacientes postoperados. Los estudios incluyeron un grupo diverso de participantes que, tras someterse a una intervención quirúrgica, escucharon música a través de auriculares o altavoces durante sus periodos de recuperación. Los tipos de música variaban en función de las preferencias y la disponibilidad del paciente.
Recopilación y análisis de datos
Los autores del estudio se centraron en medir los indicadores clave de la recuperación, entre ellos:
- Niveles de dolor, evaluados mediante escalas de autoevaluación como la Numeric Rating Scale y la Visual Analog Scale.
- Ansiedad, medida a través del Inventario de Ansiedad Estado-Rasgo, que evalúa los niveles en una escala de 80 puntos.
- La frecuencia cardiaca y el consumo de opiáceos, que repercuten directamente en la velocidad de recuperación y la seguridad del paciente.
¿Qué destaca de este estudio?
Enfoque innovador: La música como terapia pasiva
Esta investigación es una de las primeras en demostrar los beneficios potenciales de la música en la recuperación postoperatoria a través de un conjunto de datos tan amplio. Aunque otros estudios han explorado el papel de la música en la salud mental y la reducción de la ansiedad, este es el primero en evaluar su impacto en la recuperación postoperatoria mediante un análisis detallado de las métricas de salud física y mental.
El estudio es único en su enfoque de la música como «terapia pasiva». Escuchar música es una actividad que los pacientes realizan sin esfuerzo, por lo que resulta ideal en un entorno postoperatorio. Como señaló el Dr. Frezza, la música proporciona a los pacientes una forma fácil y accesible de sentir familiaridad y consuelo en un momento vulnerable.
Conclusiones clave del estudio
1. Reducción del dolor: Los pacientes que escucharon música declararon una reducción del dolor del 19% al día siguiente de la intervención. Esto se determinó mediante autoevaluaciones de los pacientes, muchos de los cuales manifestaron que percibían que su dolor era menos intenso. Este hallazgo indica que la musicoterapia podría ayudar a los pacientes a evitar dosis más altas de analgésicos.
2. Reducción de los niveles de ansiedad: La ansiedad se redujo en un 3% entre los pacientes que escucharon música en el postoperatorio, según el Inventario de Ansiedad Estado-Rasgo. La disminución de los niveles de ansiedad es vital para la recuperación, ya que contribuye a mejorar la calidad del sueño, reduce las complicaciones relacionadas con el estrés y aumenta la comodidad general del paciente.
3. Menos dependencia de los opiáceos: Un hallazgo especialmente destacable es que los pacientes que escucharon música necesitaron una cantidad significativamente menor de morfina el primer día tras la intervención, una media de 0,758 mg frente a los 1,654 mg de los que no la escucharon. Esta reducción podría tener implicaciones de gran alcance, dados los riesgos asociados a los medicamentos opiáceos.
4. Mejor control de la frecuencia cardíaca: El estudio descubrió que los pacientes que escuchaban música tenían una reducción media de la frecuencia cardíaca de 4,5 latidos por minuto en comparación con los que no lo hacían. Una frecuencia cardiaca más baja después de una intervención quirúrgica contribuye a mejorar la circulación y a reducir el riesgo de ritmos cardiacos anormales, lo que favorece una cicatrización más rápida de las zonas intervenidas.
5. Reducción del cortisol: Aunque no se midió directamente en este análisis, los investigadores especulan que escuchar música puede reducir el cortisol, una hormona del estrés conocida por retrasar la curación. Esta hipótesis concuerda con investigaciones anteriores que indican que la música puede reducir el cortisol en entornos estresantes, lo que sugiere que la música podría desempeñar un papel similar en la recuperación posquirúrgica.
La importancia del estudio
Implicaciones para la ciencia y la medicina: Las conclusiones del estudio pueden influir en las prácticas futuras, tanto hospitalarias como clínicas. La introducción de la música como ayuda para la recuperación podría mejorar las prácticas actuales de tratamiento del dolor, reducir la dependencia de los opiáceos y ofrecer una nueva forma de mejorar las experiencias de los pacientes.
Posibles beneficios para la educación y la sociedad: Este estudio podría fomentar una educación más amplia sobre opciones no farmacéuticas para el tratamiento del dolor, en particular la musicoterapia. Los hospitales y los profesionales sanitarios podrían considerar la adopción de programas de musicoterapia, no sólo para la recuperación posquirúrgica, sino también para otros pacientes sometidos a procedimientos dolorosos o que provoquen ansiedad. Además, la musicoterapia podría integrarse más en la formación médica, a medida que las nuevas generaciones de médicos y enfermeras aprendan a contemplar la comodidad del paciente desde una perspectiva holística.
Coste-eficacia y accesibilidad: En comparación con las intervenciones farmacéuticas, la música es una opción de bajo coste, ampliamente accesible y no invasiva. Al reducir las necesidades de medicación, podría ahorrar considerables recursos a los sistemas sanitarios, al tiempo que ofrece a los pacientes un método de recuperación no tóxico y reconfortante.
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Música y capacidades cognitivas: Conexión con la recuperación postoperatoria
Además de sus efectos positivos sobre el dolor y la ansiedad, el estudio aborda indirectamente otro aspecto importante: el impacto de la música en las capacidades cognitivas. Investigaciones anteriores han demostrado que escuchar música puede potenciar la memoria, mejorar la concentración e incluso activar zonas del cerebro relacionadas con el aprendizaje y la resolución de problemas. Los científicos sugieren que estos beneficios cognitivos podrían desempeñar también un papel en la recuperación postoperatoria.
Por ejemplo, escuchar música puede mejorar la concentración de los pacientes y facilitar una mejor comprensión de las instrucciones de los médicos en las primeras horas tras la intervención, facilitando así la interacción del paciente con el personal médico y fomentando un enfoque más consciente de la recuperación. En un estado de estrés y desorientación tras la anestesia, la capacidad de la música para estimular la actividad cognitiva podría ayudar a los pacientes a adaptarse más rápidamente y a pasar a un estado más consciente, lo que, a su vez, mejoraría los resultados generales de la recuperación.
Los resultados del estudio sobre los efectos de la música en la recuperación posquirúrgica también abren las puertas a su aplicación en el entrenamiento cognitivo. Si la música puede reducir la ansiedad, mejorar la concentración y activar áreas cerebrales relacionadas con la memoria y la atención, podría convertirse en una poderosa herramienta en programas de entrenamiento cognitivo para una amplia gama de individuos, desde pacientes ancianos a estudiantes y profesionales que buscan mejorar sus capacidades mentales.
La música, por ejemplo, podría integrarse en programas de entrenamiento destinados a mejorar la memoria o la concentración. Las investigaciones sugieren que la música de fondo con un ritmo y un tempo determinados ayuda a mantener la concentración y facilita una mejor retención de la información. Combinada con ejercicios de memoria o tareas de atención, la música puede potenciar los efectos de ese entrenamiento al ayudar al cerebro a asociar ritmos musicales con tareas cognitivas, mejorando el rendimiento a largo plazo.
Además, escuchar música puede utilizarse como preparación para el entrenamiento cognitivo al reducir los niveles de estrés y ansiedad. Este enfoque es especialmente relevante para personas con deficiencias cognitivas o pacientes que se recuperan de lesiones cerebrales, para quienes un estado de calma y concentración es crucial para el éxito del entrenamiento. Este método hace que el entrenamiento cognitivo sea más accesible, ya que la simple adición de música ayuda a mejorar la concentración y a reducir la tensión cerebral, creando un entorno más cómodo para el aprendizaje y el desarrollo de habilidades cognitivas.
Conclusiones
El estudio de la Universidad Northstate de California ofrece pruebas convincentes de que la música puede ayudar significativamente a la recuperación posquirúrgica reduciendo el dolor, la ansiedad y la frecuencia cardíaca. Estos resultados no sólo contribuyen al creciente número de investigaciones sobre los beneficios terapéuticos de la música, sino que también ponen de relieve la importancia de explorar métodos sencillos y no invasivos para mejorar los resultados de los pacientes. Como subrayó el Dr. Frezza, los pacientes deben sentirse libres de escuchar cualquier tipo de música que les guste, ya que los beneficios están ligados a la comodidad personal y a la relajación que proporciona la música.
En un mundo en el que la asistencia sanitaria sigue buscando el equilibrio entre las intervenciones de alta tecnología y la atención holística al paciente, la musicoterapia ofrece un puente que podría cambiar la experiencia de recuperación de innumerables pacientes. A medida que avanza la investigación, se espera que este enfoque sencillo pero eficaz se integre en los cuidados postoperatorios habituales, demostrando que a veces la curación puede venir de las fuentes más sencillas.