El COVID persistente perjudica las capacidades cognitivas y físicas durante años, según un estudio

Un estudio reciente publicado en PLOS Medicine ha revelado que dos tercios de las personas que sufren el síndrome Post-COVID-19 (SPC) continúan experimentando problemas de salud significativos, como una menor capacidad para hacer ejercicio físico y deficiencias cognitivas, dos años después de la infección inicial. El estudio, realizado por investigadores de la Universidad de Friburgo (Alemania), destaca las consecuencias a largo plazo del SPC y subraya la necesidad de realizar evaluaciones cognitivas y físicas en la atención clínica.

El COVID persistente perjudica las capacidades cognitivas y físicas durante años, según un estudio. Imagen de Freepik

¿Cómo se realizó el estudio?

Equipo de investigación y publicaciones

Como informa Neuroscience News, el estudio fue dirigido por el Dr. Winfried Kern y un equipo de investigadores de la Universidad de Friburgo (Alemania). Sus hallazgos se publicaron en la revista PLOS Medicine en enero de este año. Esta investigación se suma a una creciente cantidad de trabajos sobre los efectos a largo plazo de la COVID-19, pero destaca por su enfoque integral para evaluar los resultados de salud tanto físicos como cognitivos.

Participantes del estudio y métodos

El estudio examinó a 982 personas diagnosticadas con SPC, de entre 18 y 65 años, junto con un grupo de control de 576 personas que no experimentaron síntomas prolongados. Los participantes se sometieron a exhaustivas pruebas en varios centros de salud universitarios del suroeste de Alemania.

La metodología incluyó:

  • Pruebas neurocognitivas que evalúan la memoria, la atención y la velocidad de procesamiento mediante herramientas de evaluación cognitiva estandarizadas, como mediciones del tiempo de reacción y tareas complejas de resolución de problemas.
  • Pruebas de ejercicio cardiopulmonar que miden el consumo de oxígeno, la eficiencia ventilatoria y la capacidad de resistencia mediante pruebas en cinta de correr o bicicleta estática con monitorización en tiempo real de la frecuencia cardíaca, los niveles de oxígeno en sangre y el rendimiento respiratorio.
  • Pruebas de laboratorio para investigar posibles marcadores biológicos de la SPC, incluidos marcadores inflamatorios, desequilibrios hormonales y detección de persistencia viral mediante pruebas de PCR en muestras de heces y detección de antígenos en plasma sanguíneo.
  • Entrevistas detalladas con los pacientes y cuestionarios que evalúan la persistencia y la gravedad de los síntomas a lo largo del tiempo, y que hacen un seguimiento de los cambios en el estilo de vida, la situación laboral y la funcionalidad diaria.

El diseño del estudio garantizó una representación equilibrada de los casos de SPC y de los participantes de control, al tiempo que permitió el seguimiento a largo plazo de la progresión de los síntomas y la identificación de patrones entre diferentes grupos demográficos.

Aunque investigaciones anteriores han identificado síntomas persistentes de SPC, la mayoría de los estudios se han basado en datos autoinformados. Este nuevo estudio es significativo porque utiliza medidas fisiológicas y cognitivas objetivas para evaluar el impacto del SPC, proporcionando pruebas más concretas de deterioro a largo plazo. Además, este estudio diferencia entre aquellos que experimentaron recuperación y aquellos que no, ofreciendo una comprensión más clara de los posibles factores de riesgo.

¿Qué hace que este estudio sea único?

Este estudio es innovador porque:

  1. Se basa en datos objetivos en lugar de autoinformes, lo que garantiza resultados más precisos.
  2. Realiza un seguimiento de los pacientes con SPC durante dos años, un periodo de seguimiento más largo que la mayoría de los estudios anteriores.
  3. Identifica factores de riesgo clave, como la obesidad, un menor nivel educativo y las infecciones iniciales graves, como factores que contribuyen a la prolongación de los síntomas.
  4. Destaca el deterioro cognitivo, un aspecto que a menudo no se tiene en cuenta en la investigación sobre la COVID persistente.
  5. Destaca el malestar post-esfuerzo (MPE) como síntoma definitorio, vinculando el SPC con afecciones como el síndrome de fatiga crónica.

Principales conclusiones del estudio

La investigación reveló varias ideas fundamentales:

1. Los síntomas de SPC persisten en la mayoría de los pacientes.

  • El 67,6 % de los pacientes con SPC seguían experimentando síntomas significativos dos años después de la infección.
  • Los síntomas más comunes incluían fatiga, disfunción cognitiva, dificultad para respirar y trastornos del sueño.
  • Esto contradice las primeras suposiciones de que los síntomas del COVID prolongado se resolverían en un año.

Ejemplo: Una exmaratonista de 45 años que participó en el estudio informó de un agotamiento grave tras un esfuerzo físico leve, lo que la obligó a cambiar por completo su estilo de vida. Del mismo modo, una maestra descubrió que el simple hecho de estar de pie durante largos períodos de tiempo durante las clases le provocaba una fatiga extrema, lo que afectaba a su capacidad para enseñar con eficacia.

2. La capacidad física disminuye significativamente

  • Los pacientes con SPC tenían un menor consumo de oxígeno y una menor eficiencia ventilatoria en comparación con el grupo de control.
  • La fuerza de la empuñadura también se redujo, lo que indica una debilidad muscular más generalizada.

Ejemplo: Un trabajador de la construcción que antes podía realizar tareas físicamente exigentes ahora tiene dificultades para caminar largas distancias sin experimentar dificultad para respirar. Del mismo modo, un oficinista al que le gustaba hacer largas caminatas los fines de semana descubrió que incluso un corto paseo hasta el supermercado le dejaba fatigado durante horas.

3. Deterioro del rendimiento cognitivo

  • Los pacientes con SPC obtuvieron puntuaciones más bajas en las pruebas de memoria, atención y velocidad de procesamiento en comparación con los controles sanos.
  • Las dificultades cognitivas fueron más pronunciadas en pacientes que experimentaron MPE.

Ejemplo: Un profesor universitario que participó en el estudio informó de que tenía dificultades para concentrarse en las clases y recordar conceptos clave, lo que afectaba significativamente a su capacidad docente. Otro participante, un ingeniero de software, tenía dificultades para depurar el código de forma eficiente debido a la menor velocidad de procesamiento, lo que afectaba al rendimiento y la productividad en el trabajo.

4. El malestar post-esfuerzo empeora los resultados

  • El 35,6 % de los pacientes con SPC informaron del malestar post-esfuerzo, un empeoramiento de los síntomas tras un esfuerzo físico o mental.
  • Estas personas tenían síntomas más graves en general.

Ejemplo: Un paciente de SPC que intentó volver a hacer ejercicio con regularidad descubrió que incluso el ejercicio ligero le provocaba días de fatiga debilitante. Otro participante señaló que participar en reuniones sociales con largas conversaciones le dejaba mentalmente agotado durante varios días después.

5. La obesidad, el nivel educativo y la gravedad de la enfermedad inicial influyen en el riesgo de SPC

  • Las personas con obesidad tenían una mayor probabilidad de presentar síntomas persistentes.
  • Un menor nivel educativo se relacionó con peores resultados en el SPC.
  • Las personas con infecciones iniciales graves por COVID-19 eran más propensas a experimentar síntomas prolongados.

Ejemplo: Un paciente que había sido hospitalizado durante su infección inicial y que más tarde desarrolló SPC, tuvo más dificultades con los trastornos cognitivos y físicos que aquellos que tuvieron casos más leves. Otro participante que careció de acceso a seguimientos médicos después de su infección inicial, tuvo dificultades para manejar eficazmente los síntomas de SPC a largo plazo.

Cuánto tiempo afecta el COVID a las capacidades cognitivas

El estudio proporciona pruebas cruciales de que el COVID prolongado no solo afecta a la salud física, sino también a la función cognitiva. Entre las principales conclusiones se incluyen:

  • Los pacientes con SPC obtuvieron peores resultados en las pruebas cognitivas que miden la memoria, la atención y la velocidad de procesamiento.
  • El deterioro cognitivo no estaba vinculado a un marcador biológico específico, lo que dificultaba la identificación de las causas exactas.
  • The findings align with other research suggesting COVID-19 may contribute to neurological dysfunction.
  • Los pacientes que experimentaban neblina mental, dificultad para realizar varias tareas a la vez y fatiga mental informaron de una incapacidad para volver a sus capacidades laborales anteriores.
  • Algunas personas tenían nuevas dificultades con la memoria lingüística, la resolución de problemas y la comprensión lectora, similares a las de una lesión cerebral traumática leve o un deterioro cognitivo en fase inicial.

Esto subraya la necesidad de realizar evaluaciones cognitivas en pacientes con COVID prolongado, ya que el deterioro cognitivo puede afectar a la vida diaria, la productividad laboral y la salud mental. Los pacientes con un deterioro cognitivo significativo pueden necesitar programas de rehabilitación especializados, que incluyan entrenamiento de la memoria y adaptaciones laborales estructuradas.

El impacto en la ciencia, la medicina y la sociedad

Implicaciones para la sanidad

  • Los médicos deben incluir pruebas cognitivas y físicas en las evaluaciones de SPC.
  • Los programas de rehabilitación a largo plazo deben abordar tanto la salud física como la mental.
  • Se necesita más investigación para identificar los factores de recuperación y las estrategias de tratamiento.

Aspectos educativos y sociales

  • Las campañas informativas deben educar al público sobre los efectos del COVID persistente en la función cerebral y las actividades diarias. El COVID prolongado debe reconocerse como una afección grave y a largo plazo que requiere asistencia médica.
  • Es posible que las escuelas y universidades necesiten apoyar a los estudiantes que experimentan dificultades cognitivas después de la COVID.
  • Se deben considerar adaptaciones en el lugar de trabajo para personas con discapacidades cognitivas y físicas.

Implicaciones para la ciencia

  • Este estudio aporta valiosos datos a largo plazo sobre el SPC, lo que ayuda a los investigadores a comprender su persistencia e impacto.
  • Los hallazgos respaldan la hipótesis de que el COVID prolongado puede provocar disfunciones neurológicas y fisiológicas sin marcadores biológicos claros.
  • Los estudios futuros pueden utilizar estos datos para explorar los mecanismos subyacentes del deterioro cognitivo y el deterioro físico en pacientes con SPC.
  • El estudio subraya la necesidad de seguir investigando los tratamientos y las estrategias de rehabilitación.

Conclusiones

Este estudio de la Universidad de Friburgo proporciona pruebas convincentes de que el COVID persistente tiene efectos duraderos tanto en la salud física como en la cognitiva. Síntomas como la fatiga, la intolerancia al ejercicio y el deterioro cognitivo persisten en una parte significativa de los pacientes durante al menos dos años. Los resultados sugieren que la recuperación está influenciada por factores como la obesidad, el nivel de educación y la gravedad inicial de la enfermedad. Al no existir marcadores biológicos claros que permitan determinar los mecanismos exactos del SPC, los profesionales sanitarios deben centrarse en el tratamiento de los síntomas, la rehabilitación y el apoyo a largo plazo. A medida que continúa la investigación, existe una necesidad urgente de desarrollar intervenciones específicas para ayudar a los pacientes con SPC a recuperar su calidad de vida y sus capacidades funcionales.