Qué es el autoconocimiento y cómo conseguirlo
Ya Sócrates nos lo decía: «Conócete a ti mismo». Pero, ¿qué utilidad tiene conocernos a nosotros mismos? ¿Qué ganamos con ello? Llegar al autoconocimiento no es tarea fácil, por ello cabe preguntarse si merece la pena el esfuerzo. Aquí te contamos todo sobre el autoconocimiento, qué es, sus beneficios, su relación con la autoestima y cómo alcanzarlo.
¿Qué es el autoconocimiento? Definición y significado
El autoconocimiento consiste en conocer nuestros propios estados mentales, procesos psicológicos, disposiciones y preferencias. Es decir, conocernos psicológicamente, como funciona nuestra mente, nuestras emociones, nuestra personalidad.
El estudio del autoconocimiento se remonta a 1972 con los psicólogos Duval y Wicklund, que desarrollaron una teoría del autoconocimiento. Propusieron que:
“Cuando centramos nuestra atención en nosotros mismos, evauluamos y comparamos nuestra conducta presente con nuestros estándares internos y valores. Nos volvemos auto-conscientes como evaluadores objetivos de nosotros mismos”.
En definitiva, consideran que el autoconocimiento es un mecanismo principal de auto-control.
También Daniel Goleman, aclamado por su libro «Inteligencia Emocional» habla del autoconocimiento, definiéndolo como «conocer nuestros estados internos, preferencias, recursos e intuiciones». Pone más énfasis a nuestra habilidad de monitorizar nuestro mundo interno, pensamientos y emociones a medida que van surgiendo.
A medida que nos vamos dando cuenta de lo que ocurre dentro de nosotros, podemos reconocerlo y aceptarlo como una parte inevitable de ser humano, más que castigarnos por ello. Es por eso por lo que la aceptación y la auto-compasión son habilidades esenciales para llegar al autoconocimiento.
Barreras para el autoconocimiento
Entenderse y conocerse a uno mismo es una tarea más difícil de lo que pueda parecer. Y es que, no hay nadie a quien conozcamos mejor que a uno mismo, ya que estamos presentes en todo los aspectos de nuestra vida. Cada uno de nosotros tiene acceso a nuestros pensamientos privados, emociones no expresadas y secretos que nadie más sabe. Sin embargo, esto no lo hace más fácil, porque tenemos ciertas barreras para conocernos.
1. Estamos en piloto automático
La mayoría del tiempo, simplemente no estamos «ahi» para observarnos a nosotros mismos. Es decir, no estamos prestando atención a lo que está pasando dentro de nosotros.
Los psicólogos Mathew Killingsworth y Daniel T. Gilbert encontraron que más de la mitad del tiempo funcionamos en «piloto automático», o de forma inconsciente a lo que hacemos y sentimos, donde nuestra mente vaga lejos del aquí y ahora.
2. Sesgo de confirmación
Algunos sesgos cognitivos, como el sesgo de confirmación supone también una barrera para nuestro autoconocimiento. Este sesgo implica la creencia en determinados datos que apoyan la idea previa que tenemos, en este caso, de cómo somos, y dando menos importancia o ignorando los datos que apoyan la idea contraria. Por ejemplo, si creemos firmemente que somos unos amigos buenos y leales, es más probable que interpretemos situaciones donde quizá no lo hemos sido como una anomalía o una excepción. Esto evita que nuestro autoconcepto, la idea que tenemos de nosotros mismos, cambie o evolucione.
¿Qué sucede cuando no nos conocemos lo suficiente?
La investigacion psicológica sugiere que un pobre autoconocimiento puede tener consecuencias negativas, como una toma de decisiones inadecuada, baja capacidad para conseguir lo que nos proponemos, dificultades emocionales e interpersonales y una baja satisfacción con la vida.
A continuación describimos las consecuencias de un bajo autoconocimiento.
1. Un bajo autoconocimiento fomenta la inseguridad
Si no nos conocemos bien, vamos a tender a compararnos con los demás, fiarnos de las opiniones que tienen los demás sobre mi y vamos a intentar buscar la aprobación externa. No vamos a tener un concepto de nosotros mismos equilibrado y objetivo, vamos a tender a una imagen distorsionada y negativa.
2. Si no nos conocemos tendremos dificultad para eliminar hábitos indeseados
Muchas conductas adictivas o compulsivas tienen la función de sobrellevar un malestar interno, o huir de ciertas emociones. El autoconocimiento nos permite reconocer y aceptar emociones y experiencias dolorosas y tratarnos con compasión. Entonces no tendremos tantos motivos para huir de ellas y nos será más fácil desprendernos de todas esas conductas indeseadas.
El autoconocimiento también nos ayudaría a detectar en qué situaciones es más fácil que realicemos esas conductas, preparándonos para poder evitarlas.
3. La falta de autoconocimiento influye de forma negativa en nuestras relaciones
Si no nos conocemos será más probable que ignoremos cuando estamos proyectando en el otro emociones que son nuestras, o que responsabilicemos a los demás de cómo nos sentimos.
También puede suceder que, debido a nuestras experiencias pasadas, repitamos patrones de relación poco saludables, eligiendo parejas que nos frustran de forma similar, porque es lo que hemos conocido, o lo que de forma inconsciente creemos merecer.
Es a través del autoconocimiento cuando podremos ser conscientes de todo ello, romper antiguos patrones y responsabilizando de nuestras propias emociones.
4. Si no nos conocemos elegiremos trabajos y proyectos que no encajan con nosotros.
Si no sabemos bien cuáles son nuestros puntos fuertes, habilidades y valores elegiremos trabajos que quizá complacen a otras personas, o que nos dan prestigio a ojos de la sociedad. Esto nos llevará a una profunda insatisfacción y una gran desmotivación.
Aunque por nuestras circunstancias no siempre podremos trabajar de aquello que más nos llene, sí podremos elegir ciertos empleos que sean mínimamente adecuados para nosotros.
5. Un bajo autoconocmiento nos llevará a invertir tiempo en dinero en cosas que no nos satisfacen.
En esta sociedad capitalista y del consumismo es fácil caer en comprar cosas que nos hacen creer que nos darán felicidad y éxito. Igualmente a veces invertimos mucho tiempo y esfuerzo en relaciones de amistad o de pareja que no nos aportan nada. Sólo cuando somos conscientes de aquello que realmente nos da felicidad, dejaremos de malgastar nuestro tiempo y dinero en aquello que no nos satisface.
Cómo nos puede ayudar tener un mejor autonocimiento. Beneficios
Los griegos antiguos lo tenían muy claro. Es muy importante conocerse a uno mismo. Sócrates lo decía, y también estaba escrito en la entrada del Oráculo de Delphi, donde la gente peregrinaba para preguntar acerca de su futuro.
1. El autoconocimiento mejora nuestra autoestima y seguridad en nosotros
El conocernos a nosotros mismos, saber, aceptar y no juzgar nuestros aspectos positivos y negativos nos devuelve una imagen equilibrada y realista de cómo somos, hace que estemos en paz con quiénes somos, fomentado una sana autoestima. Lo que no se traduce en un estatismo y en el no querer evolucionar, sino que nos acerca al cambio desde una actitud de aceptación, más que de lucha, algo que es esencial a la hora de cambiar.
2. El autoconocimiento fomenta el cambio y el desarrollo personal
El autoconocimiento requiere de consciencia de nosotros mismo y al mismo tiempo fomenta la sensación de control sobre nosotros mismos. Es decir, dejaremos de responsabilizar a los otros por todo lo que nos pasa o lo que sentimos, y nos haremos cargo de ello. Tampoco se trata de que nos culpemos de todo, sino de vernos como sujetos activos en nuestra propia vida, más que sujetos pasivos.
Esto va a fomentar nuestra capacidad de cambiar y desautomatizar nuestras tendencias automáticas de conducta, emoción y pensamiento. Ya que podremos predecir cómo vamos a reaccionar y quizá podremos evitar ciertas respuestas que no nos gustan, fomentando nuestro crecimiento personal.
3. El autoconocimiento mejora nuestras relaciones
El conocernos a nosotros mismos y aceptarnos completamente fomenta la compasión hacia nosotros mismos y los demás. El responsabilizarnos de nuestras emociones, pensamientos y conductas y no culpar a los demás va a ahorrarnos infinidad de conflictos. Tenderemos a juzgar menos a otras personas y sus conductas, mejorando nuestras relaciones sociales.
4. Nos ayuda a recibir mejor las críticas
El autoconocimiento favorece nuestra autoestima y seguridad en nosotros mismos. Cuando una persona no recibe bien las críticas se debe en gran medida a una baja autoestima, la persona reacciona de forma agresiva porque teme que eso pueda ser cierto. Cuando nos conocemos y sabemos nuestro puntos fuertes y débiles sabremos si eso que nos dicen es cierto o no. Si alguien los llama «egoísta» y nosotros somos conscientes de que no es cierto, la ignoraremos y no nos afectará. Cuando, por el contrario, creemos que es cierto, nos lo tomaremos bien, no nos pillará de sorpresa porque ya tendremos reconocidos y aceptados esos «defectos», y será probable que estemos trabajando en ellos.
Descubre aquí cómo comunicarnos de forma asertiva y aprender a hacer y recibir críticas.
Autoconocimiento emocional
El autoconocimiento emocional implica ser conscientes y reconocer las distintas emociones que experimentamos tal y cómo van surgiendo.
Esto es particularmente difícil cuando no nos han educado en inteligencia emocional. No sabemos reconocer las emociones, no sabemos ponerles nombre. Muchas personas sólo reconocen dos emociones: sentirse bien o sentirse mal. Si no sé ponerle nombre a la emoción, difícilmente sabré encontrar su origen y gestionarla.
También es frecuente luchar contra nuestras emociones. Pensamos que algunas emociones son erróneas, especialmente las negativas. «Si tengo todo lo que quiero, no debería sentirme mal», o aquellos mensajes sociales que transmiten que todo se arregla con una sonrisa. Sin embargo, todas las emociones tienen su utilidad y son importantes, nos dan información sobre nosotros mismos y el mundo. La clave es saber cómo expresarlas. Por ejemplo, si yo siento ira, quizá es que haya sido testigo o víctima de una injusticia, y esa emoción puede que me impulse a ponerme en mi lugar (de forma asertiva sería lo ideal).
El autoconocimiento emocional es reconocer y aceptar esas emociones, lo que a su vez nos servirá para comprender de donde vienen y trabajar para, o bien perpetuarlas o regodearnos en ellas (en las positivas) o bien para disminuir su intensidad y duración (en las negativas).
Autoconocimiento y autoestima
Muy a menudo, basamos la opinión que tenemos de nosotros mismos en lo que otros piensan de nosotros. O más concretamente, lo que creemos que los demás piensan. Si fuimos criticados con frecuencia en la niñez, puede que de mayores desarrollemos una baja autoestima y una sensibilidad al rechazo. Si, por el otro lado fuimos muy elogiados, puede que hayamos desarrollado una necesidad de aprobación.
Descubre aquí cómo elogiar a los niños para fomentar su autoestima.
Nuestra mente crea ideas acerca de cómo somos, y tendemos a creernos lo que dice a pies juntillas. A veces ni nos lo cuestionamos. El autoconocimiento nos permite aproximarnos a nuestra esencia con curiosidad y sin juicios, permitiéndonos cuestionar aquello que tenemos por cierto. De esta manera podremos crearnos un autoconcepto flexible pero realista y ajustado, lo que mejorará nuestra autoestima y nos hará más resistentes frente a la comparación con los demás.
¿Cómo podemos desarrollar nuestro autoconocimiento? Ejercicios de para el autoconocimiento
1. Autoconocimiento a través del mindfulness
El mindfulness es una técnica que se reconoce por sus efectos positivos en salud mental, e implica prestar atención a las experiencias presentes (pensamientos, emociones), observándolas sin juzgarlas.
Según este estudio esta técnica podría ser útil para aumentar nuestro autoconocmiento. Carlson, la autora, los componentes del mindfulness (atención y observación sin juicios) pueden derribar las barreras principales para conocernos a nosotros mismos. Ella argumenta que uno de los mayores obstáculos para el autoconocimiento es el hecho de querer vernos de forma positiva, de ahí que a veces sobrestimemos nuestra virtudes para preservar nuestra autoestima. Sin embargo, una observación no juiciosa de nuestros pensamientos, emociones y conductas reduce esa reactividad emocional y nos abre al conocimiento de todas las facetas de nosotros mismos.
La dificultad de acceso a la información es otra barrera. Por ejemplo a veces tenemos dificultad para ser conscientes de nuestra conducta no-verbal, lo que nos podría dar mucha información de nuestros estados internos. Yo puedo creer que estoy muy relajada, pero estoy apretando los puños o la mandíbula y no me estoy dando cuenta. Y es que, el cuerpo nos habla y tenemos que aprender a escucharlo. Para ello, el Mindfulness y el Yoga pueden ser de gran ayuda, ya que se asocian con una mayor consciencia corporal.
Lo mismo ocurre con nuestras emociones. El mindfulness nos ayuda a ser conscientes de lo que sentimos de una forma no juiciosa. Lo que nos permitiría tener mas autoconocimiento emocional.
Descubre cómo aquí cómo practicar el Mindfulness .
2. Empieza un diario
Si te gusta escribir, mantener un registro de nuestros pensamientos, emociones, cosas que no resultan difíciles, puede sernos de ayuda, no solo para conocernos mejor, sino para amortiguar el impacto emocional de ciertas experiencias y procesar mejor situaciones difíciles de nuestra vida.
3. Pide feedback
A veces nosotros no tenemos todas las respuestas acerca de nosotros mismos, y la visión externa de otras personas puede ser de gran ayuda. Algunas personas de confianza pueden ver cosas que nosotros no hemos visto.
Atrévete a preguntar a alguien cercano acerca de algún aspecto de nosotros en el que nos interese profundizar o trabajar. Mantén una actitud abierta y muéstrate dispuesto a escuchar lo que tienen que decir. A veces no es fácil escuchar ciertos aspectos de nosotros mismos, especialmente si son negativos, pero recuerda que sólo así vamos a evolucionar.
Sin embargo, hay ocasiones que el feedback nos viene de formas poco adecuadas o agradables, por ejemplo desde el enfado o el resentimiento. En esas ocasiones intenta no aferrarte a esa crítica y cuando el enfado haya pasado, pedirle a la persona aclaraciones.
4. Haz registros
Los registros emocionales nos pueden dar mucha información acerca de nuestros patrones automáticos de pensamiento y conducta y sobre qué influye y qué no en nuestra experiencia emocional.
En una tabla registra diferentes situaciones del día con su hora y fecha, qué emoción sentiste, su intensidad, que pensabas, hiciste después. También puedes registrar emociones, estrategias para manejarlas y su efectividad. Registrar tus pensamientos negativos repetitivos, el malestar que te causan y una alternativa más racional.
Estos registros son muy útiles para hacernos conscientes de nuestros patrones emocionales y de pensamiento, lo que luego nos ayuda a modificar aquellos que son indeseados.
5. Analiza tus acciones
No se trata de que lo analices todo, ya que podría abrumarnos. Pero comienza a preguntarte por qué reaccionas de la forma que reaccionas, sobre todo si ha sido una reacción intensa. ¿Por qué le he contestado así a mi pareja? ¿Me he sentido atacado? ¿Es un tema sensible para mi? ¿Me ocurre con más personas o situaciones?
De esta manera podremos ir descubriendo patrones de conducta que pueden responder a traumas o heridas emocionales, al aprendizaje…